Es el, sin duda era el. Esta muy cambiado pero era el.—Vaya, chicas parece que no son las únicas que llegaron tarde—dijo el maestro señalándonos con un dedo acusador
Yo estaba muda, Lu estaba muda y él me estaba mirando, y todos los ojos estaban puestos en el.
Se veía tan guapo.—Pues vale si ninguno piensa decir nada todos están castigados, felicidades chicos son los primeros castigados
Dios mío, no puedo creer que en mi primer día ya este castigada, mis padres me van a matar.
Nunca fui una chica que causara problemas, siempre he sido buena, no le respondía a los profesores ni me escapaba, no sacaba las mejores notas pero tampoco las peores, pensándolo bien creo que siempre he estado en ese intermedio. No soy guapa pero tampoco soy la más desgraciada, no soy lista pero tampoco soy tonta, no soy delgada pero tampoco soy gorda y así en casi todo.—¿Lo has visto?—dijo Lu a mi lado susurrando
—Claro que lo vi, no soy ciega
Era Adrián, Adrián es un chico que conozco desde los siete años, y desde el primer día que lo vi, me enamoré.
Pase seis años perdidamente enamorada de él, pero como en casi todas los clichés de romances adolescentes, nunca se lo dije. El nunca me presto atención, pero yo seguía y seguía encaprichada de él.
Era un chico guapo, alto, de pelo negro, atlético, jugaba en el equipo de fútbol y tenía muchos amigos, era bastante coqueto con todas y no saben lo celosa que me ponía en secreto, pero saben no me dolía tanto que fuera coqueto con las demás chicas, lo que me dolía era que conmigo no lo era, hablaba conmigo de vez en cuando, creo que solo me veía como una amiga, pero él sabía que a mi me gustaba porque un día en sexto de primaria le conté por primera vez a una amiga que él me gustaba, ella le contó a su otra amiga que tenía bastante fama de no saber guardar secretos.
Y si, ella le contó a todo el colegio y pues entre esos Adrián se enteró y no me volvió ha hablar. Uno o dos meses después el se fue a otra ciudad y no volví a saber nada de él, hasta hoy...
Después de tres años.Me pase toda la clase anonada, estaba como en otro mundo, solo podía pensar que él estaba ahí, otra vez y lamentablemente creo que lo que sentía por él revivió después de tres años de tenerlo enterrado en mi corazón.
—¿Estas bien?—me dijo Lu cuando salimos de clase
—Sisi
—No se te nota muy segura
No respondí
—No me digas que...—hizo una pausa breve y me miro con una sospecha—Ay no, te sigue gustando
—Claro que no
—Si si que te sigue gustando, estás enamorada. Nunca me cansaré de decirte que él no te merece, no merece que le ruegues
—No le estoy rogando
—¡Pero lo hacías! No quiero verte sufrir de nuevo
—Gracias Lu pero eso es problema mío—no pasaron ni dos segundos desde que lo dije y me arrepentí—,Perdón es-
—Vale, lo entiendo no te tienes que disculpar, tú a tus asuntos y yo a los míos
—Oh vamos Lu, sabes que no quise decir eso
—Pero lo hiciste
—Es solo que puedo cuidarme sola, no necesito otra madre
Me miro fijamente y dijo
—Espero equivocarme y no tener que decirte te lo dije
Y se fue.
Me quede parada en los pasillos, sola pensando si tenía razón o no.
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Sólo mírame una vez más
Novela JuvenilEsto es una historia de romance adolescente en la escuela que seguro te divertirá. Valeria es una chica amable, bastante tímida, pero la mejor amiga que podrías desear. Adrián es un chico atlético, bueno haciendo amigos popular, aunque un verdadero...