Capítulo 6: Convivencia

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Shaka miraba por la ventana de su cuarto cómo la lluvia caía sin parar, pese a ser su cumpleaños número cuatro, le encantaba los días lluviosos no estaba feliz y esque nunca había sentido dicha agua en su cuerpo. Cid, Kardia y Deuteros miraban desde el marco de la puerta como su niño estaba triste 

Cid: qué le pasa a nuestro hijo, a pesar de ser su cumpleaños está triste - susurraba el más mayor de los tres 

Kardia: cómo que tiene, siempre te ha dicho que quiere jugar a fuera mientras llueve

Deuteros: pero siempre lo reprendes muy feo así que ahora su cumple 

Ambos: lo ve como algo para estar triste 

Cid: nos guste o no, no deja de ser un príncipe solo lo estoy cuidando

Deuteros: cuando era bebé nos regañabas a nosotros por no saber cuidar de un bebé

Kardia: ahora nosotros te regañaremos por no saber cuidar de un niño 

Cid: no soy tan malo cuidando hijos

Deuteros: crees que un niño lo que quiere de regalo en su cumpleaños es un libro? Por supuesto que no

Kardia: los niños aprenden a través de la experimentación de su cuerpo, así que yo opino que desbloques tu magia e inventa una ropa o algo que le ayude a sentir la lluvia 

Cid: nosotros sabemos el qué significa esa lluvia

Deuteros: bien dijiste "nosotros" él no así que...

Ambos: ve - señalando la salida del lugar así que más a regañadientes sale del lugar 

Cid: Shaka, baja ahora - una hora después de estar encerrado en su cuarto por fin tenía el regalo perfecto para su hijo 

Shaka: que pasa tío - llega muy desanimado 

Deuteros: entre los tres nos hemos esforzado mucho para hacerte esta ropa para que salgas a jugar en la lluvia - el rubio al ver la ropa un tanto extraña pero divertida no dudó en ponérsela e ir a probarla 

Cuando por fin su mano tocó la lluvia sus ojos se iluminaron y ya más confiado sale de aquella casita mientras corría dando vueltas como tratando de seguir su cola como un cachorro Cid no dejaba de preocuparse de que a lo mejor esa ropa no soporte la lluvia pero todo su miedo desapareció cuando vio una enorme sonrisa de inocencia en la cara de ese niño y recuerdos de hace años atrás le invadieron de esas cuando era joven y tenía su propia familia aquella que perdió cuando se convirtió en hechicero y no tenía control sobre sus poderes. Mirar a Shaka fue que recordó lo que era ser un niño con inocencia, pureza, amabilidad, honesto y sobre todo alegre

Shaka: estoy muy feliz tíos, me alegro que en mi cumpleaños siempre llueva 

Kardia: tuviste suerte de nacer en este clima 

Deuteros: - habla bajo -  dentro de pocos años sabremos si es como el rey Asmita o sin poderes como nuestro rey Aspros 

 Kardia: no tenemos que apresurarnos, deja que todo llegue a su tiempo - y con eso siguieron viendo a su rayo de sol jugando tan feliz

Dos días después de su cumpleaños 

Shaka: y entonces el príncipe montado en su corcel blanco galopó hasta llegar cercas de la entrada del castillo donde la joven doncella le esperaba con impaciencia al saber que aquél chico encantador era su héroe - estaba sentado cercas de la ventana para alcanzar los rayos del sol - y una vez estando parado en el marco de la puerta; el príncipe se quedó contemplando a la bella dama y esta sin esperar un segundo más fue hasta los brazos de su príncipe donde sellaron su amor con un beso - cierra el libro con cuidado y toma una bocanada de aire - bonita historia pero muy cursi el final 

El bello durmienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora