IV

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2005, enero.

- ¡Emmett! – el gritó de la mayor de los Cullen se escuchó por todo el bosque de Forks.

El mencionado apareció en la sala de la residencia con una sonrisa inocente.

- ¿Qué ocurre, mamita? – preguntó, entrelazando sus manos.

- ¿Tú dejaste este desorden? – señaló los cojines en el suelo, los sillones mal posicionados y un jarrón roto en el piso.

El pelinegro observó a su alrededor con el ceño fruncido y luego vio a la mujer que tenía sus manos en su cintura.

- Fueron Jasper y Edward – los culpo, señalando los cojines y el jarrón roto en el piso.

Los dos mencionados aparecieron en la sala con el ceño fruncido, ¿por qué siempre los culpaban a ellos?

- ¿En serio? – cuestionó, con una ceja alzada.

- Sí / No – respondieron los tres al mismo tiempo.

- Fueron ellos – los culpó nuevamente el pelinegro.

- Que raro porque yo estuve con Jasper y Edward anoche en el bosque, fuimos a cazar – la mujer soltó un suspiro innecesario mientras se encogía de hombros – Me extraña que hayan sido ellos, no creo que puedan estar en dos lugares a la vez.

- Tal vez tienen nuevos dones – Emmett se encogió de hombros, con una sonrisa.

- Sí, tal vez – la mujer miró a los tres chicos con una mueca mientras asentía – Jasper, Edward.

Los dos hombres la miraron con los ojos bien abiertos, ¿en serio los iban a retar?

- Como castigo, le quitaran la consola a Emmett por un mes – los dos chicos se aguantaron una carcajada al ver como el mencionado abría la boca exageradamente.

- ¡¿Qué?! – preguntó Emmett, aún estupefacto - ¿Por qué?

- Por desordenar toda la sala, romper mi jarrón favorito y por echarle la culpa a tus hermanos – dicho esto, salió de la sala y se dirigió al jardín – Y ordena todo.

Edward y Jasper se rieron viendo como su hermano hacia una rabieta.

[...]

Carlisle bajó las escaleras y se encontró con su esposa saliendo de la sala con su maletín en sus manos. Mary se acercó a él con una sonrisa y le entregó el maletín.

- Deja que te arregle esto, cielo – la castaña llevó sus manos al cuello de la camisa del doctor y se la arregló – Listo.

El rubio dejó el maletín en el suelo para poder agarrar la cintura de su compañera. Mary llevó sus manos al cuello de su compañero y lo acarició.

Carlisle acercó su rostro al de su compañera y juntaron sus frentes. Rosaron sus narices y luego sus labios. Juntaron sus bocas y dieron el comienzo de un cálido beso. El vampiro acercó más a su compañera y acarició su espalda con delicadeza, avanzó un poco e hizo que la castaña empezara a retroceder hasta que llegaron a la cocina, hizo que la mujer se sentara en la mesa de la cocina y así poder besarla mejor.

Mary acarició el cabello de su pareja y luego acarició su espalda, sintiendo como él acariciaba sus muslos debajo del vestido que llevaba.

- ¿Los chicos? – preguntó Carlisle, empezando a besar el cuello de su pareja.

- En la escuela – soltó un suspiro cuando su pareja lamió la mordida que el le había hecho.

- Tenemos tiempo.

Carlisle agarró a Mary de los muslos e hizo que esta rodeara su cintura, empezó a caminar mientras besaba los labios de su esposa con devoción.

- El hospital – comentó Mary, sintiendo como su espalda chocaba contra la pared de la escalera.

- Déjalo.

Llegaron al final de la escalera y los dos rieron cuando Mary cochó su espalda contra la pared. Entre risas, besos y caricias se dirigieron a su habitación.

[...]

Carlisle podía jurar que estaba dormido, sentía como su compañera acariciaba su cabello gentilmente, el ambiente estaba tranquilo. Su cabeza estaba sobre el pecho de Mary mientras abrazaba la cintura de ella y de vez en cuando acariciaba su vientre.

Movió su cabeza y la escondió en el cuello de Mary quien beso su frente con cariño. Con su nariz dejaba caricias en el fino cuello de la castaña que disfrutaba del cariño que le brindaba su esposo.

Carlisle sacó su rostro del cuello de su amada para poder contemplarla. Su cabello suelto cayendo por sus hombros y tapando sus pechos desnudos, sus ojos cerrados como si estuviera dormida, sus labios entreabiertos, esperando ser besados.

El vampiro no aguanto más, acercó sus labios a los de su esposa y los besó ansiosamente. Sintió a la castaña sonreír en medio del beso por lo que, con cuidado se subió encima de ella, y se apoyó en sus codos para no aplastarla.

Con una mano acarició el bello cabello de su esposa mientras que con la otra acariciaba con fervor la cintura desnuda de ella. Sintió como Mary rodeaba su torso con sus piernas por lo que, se sentó con ella ahorcadas a él.

Apartó sus besos de sus labios y los llevó a su mejilla, luego a su mandíbula y luego al cuello que fue en donde empezó a repartir besos ahí. Mary echó su cabeza hacia atrás, dándoles más espacio a su marido.

Al final de todo, todavía tenían tiempo.

[...]

Carlisle estaba acostado en su cama boca arriba, con sus codos apoyado en la cama para poder observar como su esposa se hacía una trenza holandesa frontal a lateral por lo que caía sobre su hombro derecho.

Su cabello castaño ondulado era tan largo que hasta con una trenza le llegaba hasta la cadera. Observó su cuerpo cubierto por una fina bata de seda fucsia, sentado sobre una silla frente al espejo. Su compañera era perfectamente hermosa.

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Perdón por la demora, he estado ocupada con otras historias y dejé de lado esta.

Espero que disfruten del capitulo y voten por él.

Si tiene alguna duda no duden en comentar. 

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⏰ Última actualización: Feb 06 ⏰

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Para toda la eternidad. [Carlisle Cullen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora