Capítulo 2: Los Encantos de Lord Edward

3 0 0
                                    

Cómo conocí a mi marido es una buena forma de empezar pero para eso debemos remontar después de mi primer baile .

Después de aquel inolvidable encuentro en el baile, mi vida tomó un giro inesperado. El nombre de Lord Edward Monfort quedó grabado en mi memoria, y mis pensamientos se centraban en aquel joven marqués que despertó emociones desconocidas en mí.

- Amalia, ¿estás prestando atención? - preguntó mi madre, interrumpiendo mis divagaciones.

- Disculpa, madre. Estaba recordando aquel baile y al encantador Lord Edward - respondí con una sonrisa.

Eran días llenos de expectativas y emociones agridulces. Lord Edward Monfort era un hombre joven, de apenas 21 años, pero con una belleza y elegancia que cautivaban a cualquiera. Había perdido a su padre el año anterior, y ahora llevaba sobre sus hombros el título de marqués. Sin hermanos que compartieran su linaje, se encontraba en una posición de poder y responsabilidad.

La noche de nuestra primera cita oficial, mi corazón latía con fuerza. A medida que me aproximaba al salón de baile, podía sentir la mirada de Edward posada sobre mí. Sus ojos azules me atravesaban como dagas, llenando mi cuerpo de una sensación electrizante.

- Amalia, estás deslumbrante esta noche - dijo Edward al acercarse.

- Gracias, Lord Edward. Vos también lucís magnífico - respondí con una voz apenas audible, intentando ocultar mi nerviosismo.

Durante la velada, bailamos juntos, conversamos y compartimos risas. Cada instante junto a él parecía un sueño hecho realidad. Edward era amable, cariñoso y delicado en su trato hacia mí. Nos convertimos en la pareja más envidiada de la sociedad londinense, y el amor florecía en cada gesto y mirada compartida.

«Qué felices éramos en aquellos días», pensé mientras el recuerdo de nuestra noche de bodas volvía a mi mente. Fue un momento mágico, donde el amor se consumó y nuestras almas se unieron en un vínculo eterno.

Sin embargo, como en toda historia, los obstáculos no tardaron en aparecer. La llegada de mi suegra, la Marquesa Viuda Emilia de Monfort, trajo consigo tensiones y conflictos. Ella no aprobaba mi presencia en la familia y dejaba claro su descontento en cada ocasión.

- Amalia, debes ser fuerte y no permitir que los comentarios de tu suegra te afecten - me aconsejaba mi madre.

- Lo intentaré, madre, pero a veces es difícil ignorar sus palabras hirientes - respondía con tristeza.

A pesar de las dificultades familiares, Edward y yo continuamos asistiendo a eventos sociales, fiestas y bailes. Nuestro amor era palpable para todos, pero el destino aún nos deparaba sorpresas y desafíos que pondrían a prueba nuestra relación.

«¿Qué más secretos y revelaciones descubriré en esta nueva etapa de mi vida?», me pregunté, mientras el futuro se presentaba como un misterio por desentrañar.

Continuando con nuestro relato, el amor entre Lord Edward y yo continuaba creciendo cada día. Él demostraba su cariño de muchas formas, y una de ellas fue regalándome una yegua preciosa a la que llamamos Emperatriz. Aquel majestuoso animal se convirtió en una compañera fiel, y juntos explorábamos los extensos terrenos de nuestra propiedad.

Un día soleado, mientras paseábamos a caballo, Lord Edward detuvo su montura y se acercó a mí con una sonrisa pícara en los labios.

- Amalia, mi dulce esposa, no puedo resistir la tentación de besarte - susurró mientras sus ojos azules brillaban de deseo.

Me acerqué a él lentamente, disfrutando cada segundo de aquel momento íntimo. Nuestros labios se encontraron en un beso apasionado, sellando nuestro amor y compromiso. Sentí que el mundo desaparecía a nuestro alrededor, dejándonos solos en esa muestra de afecto.

Los días transcurrían con felicidad y complicidad. Lord Edward y yo disfrutábamos de una cena íntima en nuestro hogar, donde compartíamos risas, anécdotas y sueños futuros.

- Amalia, no puedo expresar con palabras lo pleno que me siento a tu lado - me confesó Edward mientras me tomaba la mano.

- Y yo, mi amado esposo, siento que mi vida ha cobrado un nuevo sentido desde que te conocí - respondí con sinceridad, mirándolo a los ojos.

El ambiente se llenaba de un amor tangible y una conexión profunda. En aquellos momentos, nada más importaba. Éramos solo nosotros dos, compartiendo el amor que nos unía. La tensión se hacía cada vez más fuerte , recuerdo que justo en ese momento solo deseaba que me quitara ese estúpido corsé , el vestido y me llevara a la cama y así lo hizo me llevó a la nuestra alcoba y me quitó el vestido mientras acariciaba mi piel entonces suave y tersa.

-¿Te dicho lo hermosa que eres y lo que me gusta contemplarte desnuda solo para mi? - sonreía a la vez que se mordía el labio.

-Pues para ser sinceros , no ,no lo has echo - dije sonrojada y esperando su reacción 

-Perdóname , esposa mía, espero que me puedas perdonar con este gesto - se reía con un gesto de pillería y empezó a besarme el muslo de la pierna.

No paró bajo toda mi pierna rodeándome de besos hasta volver a subir , conforme subía sentía que se me cortaba la respiración , me llenaba de placer con cada beso , con cada caricia y más al llegar a mis partes intimas , hizo algo que nunca antes había echo , hizo que sintiera vida dentro de mi cuerpo con sus dedos y con su boca hizo lo que quiso conmigo , hasta que para el colmo de mi excitación fornicamos , hicimos el acto marital , el amor , como más os guste llamarlo, después me quedé en su regazo y dormimos profundamente toda la noche . Solo sé que me hizo fundirme con él esa noche y muchas otras más.

«Cuánta dicha he encontrado en los brazos de Lord Edward», pensé, sintiéndome agradecida por tenerlo a mi lado. Cada día a su lado era una bendición, y no podía evitar preguntarme qué más nos depararía el destino.

 El amor floreciendo y la felicidad reinando en nuestras vidas hasta que para mi desdicha varias personas llegaron a arruinarla entre ellas yo misma , por necia.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 19 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Baúl de la MarquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora