Q u i n c e

48 9 27
                                    

T. Diane

Las risas cesaron y ahora nos mirábamos en silencio. Mis mejillas se inundaron de un rojo vivo. Cara a cara sin saber que hacer o qué decir. Yo detallaba su rostro, sus lunares, cicatrices, granos, absolutamente todo al igual que él detallaba el mío. Tenía un lunar debajo del labio precioso que me robo toda la atención. Había tensión y nervios en el ambiente. Él relamido sus labios y como un reflejo yo relamí los míos dejándolos brillosos. Empezó a acercarse poco a poco hacia mí, su respiración y su aliento chocaban contra mi cara. Nuestras narices rozaban. Cerró sus ojitos y dudoso iba acortando las distancias más y más.

—¡¿Están jugando videojuegos sin mí?! ¡Me parece súper fuerte, esto es indignante!

Al escuchar la voz chillona de Hiyori, Jungkook soltó mis brazos y se quitó rápidamente de encima mío. Sentó su trasero otra vez en el colchón de la cama y actuó como si no estuvimos a punto de besarnos.

Hiyori se acercó con una sonrisa adorable y se colocó en medio de nosotros. Sin preguntar encendió otro control y lo conectó lista para jugar con nosotros.

Casi beso a Jungkook...

Dios mío soy la persona más horrible del mundo. Merezco ir al infierno cuando me muera. ¿Qué clase de amiga soy? Esto se estaba saliendo de control. Pero no podía evitarlo Jungkook me hacía perder la cabeza completamente. Lía no merece esto. A ella le gusta él y a él le tiene que gustar ella. En cambio, estoy aquí casi temblando y procesando el hecho de que hasta hace unos segundos él estaba encima mío. Mierda, hace unos días dije que ni volvería a hablar con él. ¡Y ahora estoy en su casa! No debí llamarlo. Debí ignorarlo desde un principio, joder.

Pero... ¿A quién quiero engañar? Él me atrae... a lo mejor no románticamente por qué me parece insoportable, pero si me atrae físicamente. Pues no puedo negar que atractivo y su personalidad juguetona te vuelve loca.

—Yori, cielo, estamos nosotros vete a tu habitación. —Dijo Jungkook un poco fastidiado. No me quiero hacer ilusiones ni nada, pero creo que estaba enfadado por haber interrumpido el beso que casi nos damos.

—Pero yo quiero estar con Diane y ella quiere estar conmigo ¿Verdad? —Me miro con una gran sonrisa enseñando sus dientes de conejo como los de su hermano mayor. Me sorprendía que con solo cinco años tenga un vocabulario y una fluidez al hablar impresionante.

—No hay problema en que se quede. —Dije. Para molestarle.

—¿Es en serio, Diane? —Preguntó el chico con una mirada sería. Y enmarcó una ceja.

—En serio. —Afirmé. Y Hiyori me miró con brillos en los ojos— Jugaremos los tres juntos y punto.

Seguimos jugando como si nada, aunque claramente se sentía la tensión en el aire pues los dos sabíamos que estuvimos a punto de besarnos. Una tensión que la pequeña no percibía y en cierto modo agradecí, ya que su presencia destensaba el ambiente. Jugamos, comimos, nos tomamos fotos, reímos fue una noche muy divertida.

Se hizo bastante tarde así que Jungkook me llevó a casa. En todo el camino de vuelta ninguno soltó ninguna palabra. Creo que los dos estábamos demasiado incómodos y le estábamos dando demasiada importancia al asunto el cual ya habían pasado como unas dos horas de aquello.

Al estar en la puerta de mi casa nos miramos sin saber que decirnos.

—Diane, lo siento yo...

—No te disculpes, —Le corté sin rodeo—- no pasa nada, está todo bien. —Me acerque a besar su mejilla. Prefería olvidarme y hacer como si no pasó nada. Y eso es lo que hicimos.

Do your best for me |Jeon jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora