C A P I T U L O 1

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Namjoon no era un niño rico, pero era un niño feliz con padres amorosos y cariñosos, nunca le faltó lo indispensable, vivía en un departamento del tamaño exacto para que el pudiera correr junto a su padre cuando regresaba de trabajar o esconderse cuando quería hacerle una broma a su madre, con una vista hermosa hacia la ciudad, desde ahí podía apreciar lo bello que era tanto el día como la noche.

En el día podía ver el sol brillar, la brisa del viento cuando salía al parque con sus padres más los rayos del sol, eran momentos para disfrutar y nunca olvidar, la bella imagen de sus padres sentados en el césped con algunos bocadillos que su madre había preparado antes de venir, su padre haciéndole mimos a su esposa para que ya no le quitara los bocadillos y lo dejara comer y después llamar a su hijo para jugar con el balón y pasar una linda tarde de familia.

En la noche podía disfrutar de lo colorido que eran las calles de la ciudad desde su balcón, acompañado de las estrellas y esa hermosa luna que lo acompaña a todas partes cada que salía, eran momentos que Namjoon jamás olvidaría.

Pero bien dicen que todo lo bueno tiene un fin y así fue...

Fue una noche... Una noche en la cual el día fue nublado y al llegar la noche ni la luna ni las estrellas salieron, el pequeño Namjoon veía por la ventana, buscando el auto de su padre, su madre había estado preparando una cena especial ese día y le había pedido al señor Kim que llegara un poco más temprano.

Eran las 22:00 pm, la señora Kim había llamado por décima vez al celular de su esposo ya preocupa por la hora, hace tres horas que su esposo debería haber llegado; al principio lo llamó molesta con clara intensión de gritarle por teléfono por la hora que era y porque la cena se estaba enfriando pero después de la quinta llamada se empezó a preocupar.

Su esposo no era alguien que no contestara el teléfono, normalmente lo apagaba cuando estaba en una reunión y su esposa llamaba a su secretaria y está le informaba que el señor Kim estaba en una reunión, había hecho eso hace dos horas, había llamado a la secretaria de su esposo para saber que había ocurrido en la oficina pero esta le dijo que el señor Kim había salido hace ya dos horas y media.

-Mami, tengo hambre. - Dijo el pequeño ya no podia aguantar el hambre, desde pequeño Namjoon había sido un niño con un estómago grande, le gustaba comer y nunca ocultaba su amor por la comida.

Su madre lo miró e intentó sonreírle no queriendo preocupar al pequeño - Claro mi pequeño dragon. - dijo jugando con su cabello.

-¿A qué hora llegará papá?

-Ya debe estar por llegar, seguro tuvo un problema en la oficina y por eso se demora. - camino hasta la cocina para servirle la cena a su pequeño. -Ten, cariño.

-¿Tú no vas comer?

-No, cariño, se me fue el hambre. - Dijo llenando un vaso de agua y sentándose en la mesa para hacerle compañía a su hijo.

Pasada la media noche alguien tocó la puerta, la señora Kim que no se despegaba del teléfono corrió hacia la puerta con la esperanza de que fuera su esposo.

- ¿Es esta la casa del señor Kim Yeong? - Preguntó el hombre parado en la puerta y otro oficial tras de él con un poco de tristeza evitando mirar a la mujer.

-Si... Soy su esposa, Kim BinRa. Sucede algo oficial.

Nadie se había dado cuenta que un curioso niño que no había podido consiliar el sueño estaba escondido viendo y escuchando todo lo que aquel hombre serio estaba diciendo.

-Lamento informarle que encontramos el cuerpo sin vida del señor Kim.

-¿¡Qué!? - la señora Kim miraba al oficial con una expresión de espanto - ¿¡Mi esposo... Mi esposo... Muerto... Cómo!? - terminó de decir empezando a sentirse muy mareada y a los segundos desmayandose y él oficial por reflejo la atrapó.

ANTES DE TI || ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora