The well

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Las lágrimas no dejaban de caer por sus mejillas. Él, quien había sacrificado su hermosa cola por unas mundanas piernas, no podía contener el nudo en su garganta al ver que el amor de su vida, el hombre por el que sacrifico todo, estaba besando a una mujer.

Una mujer hermosa, una mujer cariñosa, una mujer amable, una mujer alegre, una mujer.

Y él solo había sido el estúpido tritón que se enamoró de un burgués. Sin darse cuenta de que ese joven, no era ni sería suyo.

—¿Qué versión de "La Sirenita" es esa (Nombre)? —El mencionado cerro con fuerza su libro, y miro mal a Yuka por interrumpir su lectura. La chica notó su aire de hostilidad, y retrocedió unos pasos luego de unos segundos.

—La de siempre, en la que la sirena se convierte en una hija del aire.

—¿Hija del aire?

—En el cuento de Christian Anderson, se describe como la Sirenita, al no querer matar al príncipe como le aconsejaron sus hermanas, se lanzó por la borda del barco donde se estaba casando ese burgués y la que, según él, lo había salvado. Pero como ya no era sirena, no se convirtió en espuma de mar, se convirtió en una hija del aire, y si cumplía 300 años de buenas acciones, su alma subiría al cielo, por toda la eternidad —relató mientras guardaba sus cosas en la mochila, pero cuando notó las expresiones de confusión en las amigas de Aome, decidió que ya tenía suficiente de esa escuela y, sin despedirse, fue a esperar a su hermana afuera de la institución.

Sus pasos eran lentos y perezosos, más salió antes que la mayoría de estudiantes. El chico suspiro apoyando su espalda en el tapial de la escuela.

—(Nombre), ¡aquí estás! ¡Vamos, hay que estudiar, examen de historia! ¡Mañana! —El nombrado respiró profundamente antes de seguir a Aome, quien estaba corriendo para llegar a su hogar.

(Nombre) la siguió, jugando a no pisar las líneas de las baldosas en el camino.

Cuando llegó, Sota lo recibió con sus brazos cruzados y ceño fruncido.

—¿Ahora qué hice?

—¡¿Tú qué crees?! Eres el único que soporta a Aome cuando está enojada —(Nombre) despeino a Sota, logrando que este lo mire mal.

Restándole importancia, se sacó los zapatos y entró en su casa, sintiendo como la tensión de su cuerpo se relajaba poco a poco.

—¿Qué tal tu día Sota?

—No me quejo, pero geografía me complica la vida.

—¿Tema?

—América latina.

—Te ayudo después de calmar a la loca—el menor sonrió ampliamente.

—¡¡(Nombre)!! ¡Tienes cinco segundos para venir a ayudarme!

—¡Espera un poco, Ame! —Grito el chico al lado de las escaleras —¿Sota, donde está el abuelo?

—Aquí estoy querido, ¿necesitas algo?

—Saludarlo.  ¿Y madre?

—Naomi está en su cuarto, estaba durmiendo cuando la fui a ver.

—Entonces no la molesto.

—(Nombre) —esta vez, el nombrado tuvo que cubrir sus oídos debido al agudo grito.

—Voy a ver que quiere.

—Suerte, Aome parece de mal humor.

—¿Cuándo está de buen humor?

Subió las escaleras y fue directo a la habitación de Aome. Abriendo la puerta entre suspiros perezosos.

Past Lives  | InuyashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora