Noches en Tokio || Minsung

♡Cinco♡

Ese día Minho despertó con un ligero dolor de cabeza, abrió los ojos regresando a el los recuerdos de la noche anterior.

¿De verdad el...?

Sintió como su ritmo se aceleraba solo de volver a recordar la posición en que tuvo a Jisung y aún más de que una tercera persona les hubiera hecho compañía, fue algo verdaderamente excitante que tal vez quería volver a repetir pero aun no se sentía seguro aunque no negaba que el otro chico era bello pero el pelinegro tenía algo que había captado más su atención a juzgar por el trato preferencial que le dió a él durante el acto.

Si, Jisung fue su primera vez follando con un chico y por eso le dio mayor confianza tocarlo y besarlo de esa manera. Si, fue por eso.

Se levantó para darse una ducha, ese día regresaría de nuevo al café, pues ya tenía bastante que no pasaba por ahí y realmente extrañaba a sus gatos. Después de varios minutos solo traía puesto el pantalón y su torso desnudo, mientras se veía al espejo logró notar pequeñas marcas rojas ya convirtiéndose en un color morado cerca de su pezón. Sin duda Jisung amaba pasarle su lengua en esa zona.

Sin darse cuenta mordió su labio inferior recordando como fue que le hizo esa marca y los jadeos que le acompañaron. Su miembro estaba poniéndose duro de solo recordar. Agitó su cabeza tratando de olvidar todo eso, se puso su camisa y después de estar listo salio de ahí.

Cuando llego al café estaban los demás trabajadores en el lugar limpiando y acomodando las cosas, Minho ignoró todo a su alrededor para comenzar a sacar a los gatos y darles de comer pues para el importaba más eso que otra cosa. Estuvo muy concentrado acariciando a un felino volviendo a recordar los suaves labios de aquel chico, sus besos eran diferentes, sabía como besarle apesar de solo ser besos superficiales.

—Minho ¿me escuchas? —agitó su mano cerca del rostro de Minho

—Eh ... si ¿decías?

—que demonios te sucede, parece que estas en otro planeta

—déjalo Changbin —habló un tercero —falta unos días al trabajo y todavía que viene no nos ayuda como debe, ser hijo del dueño tiene sus privilegios ¿no es así?

—cállate Wang —habló Minho

—no le hagas caso al idiota ese —habló Changbin refiriéndose al mayor quien le levantó el dedo de enmedio y continuó limpiando las mesas —andas muy distraído ¿sucedió algo?

—no sucede nada —trato de ignorarlo

—solo déjame decirte que tu cara luce como la misma mierda, anoche no estabas así

—solo son problemas

—dejen la platica para otro día ya es hora de trabajar

—deja de ser tan entrometido Wang —replicó Changbin.

La campanilla del lugar sonó anunciando un nuevo cliente pero Minho palideció al ver de quien se trataba.

—Buen día —sonrió cortando rápidamente su sonrisa cuando vio al chico que estaba tras el mostrador

—buenos días ¿que deseas llevar? —habló Changbin sonriendo de oreja a oreja cuando observó al rubio que estaba ahí de pie

—yo um llevare... solo quiero un café americano —habló rápidamente dejando de ver a Minho quien también le miraba pálido.

—En seguida lo sirvo —Changbin comenzó a preparar el café de aquel chico bastante sonrojado.

Cuando terminó de prepararlo le dió su ticket para que pagara por ello y el rubio leyó lo que decía en aquel papel sonriendo bajándolo como si escondiera algo y dejó su pago saliendo de ese lugar.

—Wow, ¿lo viste? ¿Viste a ese chico? —habló Changbin aun con la emoción invadiendole, tomó el ticket leyendo la respuesta a su pregunta en voz alta —me llamo Felix y éste es mi número...

—¿Felix? —por fin habló Minho siguiendo pálido y tratando de reaccionar

—al menos ya tengo con quien pasar el rato y no sentirme como un jodido imbécil —sonrió —porque ustedes por más que lo oculten sé que están viendo a alguien —señaló a Minho y Wang que continuaban limpiando, el mayor se encogió de hombros y Minho se tensó en su lugar aunque no dijo ningún comentario sobre ese chico Felix.

El día pasaba lento para Minho, atendiendo a los clientes,cocinando, limpiando los areneros porque claro nadie más de los empleados se encargaba de eso más que el, y fue un mar de pensamientos pasando mayor parte del día desconectado por todo lo que estaba sintiendo en ese momento, ¿y que pasaba si a Jisung se le ocurría la magnífica idea de ir al café? Mierda se sentía un estúpido, es más que claro que el chico solo lo ve como premio de consolación y lo admira por su jodida polla.

Un pedido llegó y estaba preparando la sopa de aquel cliente, de nuevo la imagen borrosa llegó a su mente le ponía bastante recordar a Jisung arrodillado haciéndole una mamada con sus ojitos brillosos que ponía cuando su miembro follaba su boca sintiendo la saliva caliente recorrer toda su longitud y...

—¿Minho que demonios estas haciendo? —intervino Changbin un poco molesto al ver como Minho en vez de servir la sopa en el plato la tiraba al contenedor de basura que estaba cerca del mueble —de verdad no se cual es tu problema pero tienes que prestar atención a lo que haces, ¿sabes que? mejor vete

—creo que es lo mejor —respondió peinando su cabello con sus dedos bastante frustrado, se quitó el mandil y decidió salir temprano ese día.

Caminó por las calles tratando de distraer su mente pasando por varios locales donde vendían comida, ropa, cosas varias hasta que se encontró con uno bastante particular.

Fantasías íntimas, leyó en aquel anuncio de aquel local, lo pensó por varios segundos y entró para ver lo que rodeaba el pequeño lugar. Muchos juguetes en forma de pene, unos muy coloridos, otros que contenían tiaras de conejito, garritas de gato, dulces y chocolates con formas bastantes peculiares, esposas de peluche hasta que volteó y encontró baby dolls con aberturas muy pronunciadas con forros de peluche, colores en rojo, blanco, negro incluso rosa.

Tocó aquella vestimenta con sus dedos y palpó la textura sintiendo la suavidad, trato de imaginarse una chica tratando de volver a su interés por ellas pues quería sacarse de la cabeza aquel pelinegro de cintura y gemidos divinos.

—¿Buscaba algo en especial? —habló la chica que atendía el negocio

—no, yo solo-

—de seguro le quedará hermoso a su novia —respondió la chica notándo como Minho tenía cierto interés por el baby doll.

—no yo no tengo es decir, ¡agh!

Salió de aquel lugar bastante frustrado, caminó sin saber la dirección que sus pies llevaban, solo continuaba caminando a paso rapido y se detuvo en una banca que estaba por ahí, se sentó en ella apoyando su cabeza entre sus manos tratando de ocultarse.

Maldición, ¿por qué tenía que sentir todo eso? ¿por que? solo quería saber el por qué.

Sin aun saberlo se levantó de aquel lugar y caminó de nuevo ahora ya sabiendo su rumbo. Varias cuadras más, varios pisos y ya se encontraba frente a la puerta de aquella habitación número 115, se sentía un estúpido y tocó la puerta un par de veces, pasaron unos segundos y se arrepintió de lo que había hecho, estaba por darse la media vuelta hasta que...

—¿Minho?

El chico preguntó con aquella dulce voz que había extrañado y Minho no dijo nada solo se limitó a abrir más la puerta entrando a su habitación y cerrandola con llave para luego besarlo al momento.

Lo tomó del rostro con sus manos introduciendo su lengua saboreando la textura de aquellos gruesos labios, su beso fue correspondido donde los jadeos no se hicieron esperar, lo cargó y rápidamente las piernas envolvieron su cintura mientras amasaba su trasero.

—Te extrañé Jisung...

♡♡𝑵𝒐𝒄𝒉𝒆𝒔 𝒆𝒏 𝑻𝒐𝒌𝒊𝒐♡♡