Al día siguiente, Eiji se despertó más tarde de lo normal. Cuándo se dirigió hacia la cocina para preparar su desayuno y el de su esposo, se percató de que este se encontraba sentado en uno de los sillones del salón, leyendo el periódico matutino. Pensó que tal vez sólo la estaba esperando, para decirle lo que quería de desayunar.
—Querido, ¿que te apetece desayunar hoy?
Este levantó su vista y la miró, sonrió débilmente.—Ya desayuné Ei. Dejé un café y una tostada para ti.
La pelirroja miró hacia la cocina, para comprobar que efectivamente había un desayuno preparado para ella. Caminó hacia aquellos alimentos, y los agarró con sumo cuidado, agradeció a su esposo con un deje de sorpresa en su voz, para después sentarse en una silla a comer, mientras veía cómo este simplemente seguía leyendo, sin siquiera mirarla.
Mientras tomaba su café, —con leche y azúcar, tal y como a ella le gustaba, él la conocía muy bien.— no pudo evitar indagar de más en sus pensamientos, en concreto sobre su teoría de que su marido podría estar enamorado de otra persona, pero, ¿quién podría ser aquella persona? Shoto nunca había sido muy social, y apenas tenía amigos o conocidos fuera del trabajo.✪★✪★✪★✪★✪
Hace 11 años.
—Creo que te quiero...—Confesó Shoto en voz baja mientras agachaba la mirada.
—¿Qué? ¿Pero que estás diciendo, Shoto?
Mantuvo la mirada en el piso al momento de decir en voz baja.—Me has oído perfectamente. Por favor, no me hagas repetirlo.
—Yo a ti no te quiero. De esa manera no.
Sus ojos heterocromáticos se llenaron de lágrimas de un momento a otro. Pero aún así, fue lo suficientemente valiente para mirar a aquella persona a la cara. Quiso decir algo más, cómo que tan sólo se trataba de una broma, pero su voz no salía, y tampoco se veía con la valentía de decir algo más al respecto, tan sólo se quedó mirando a Izuku, cómo si de un momento a otro sus sentimientos por él pudieran cambiar por completo.
No sabía cómo pudo pensar en algo así, estaba claro que Izuku jamás se fijaría en él.—Shoto...—Izuku lo llamó.—¿En serio eres de esa clase de personas que... les gustan los chicos?
—No, yo no soy así. Era tan sólo una broma, lo siento.
—De acuerdo.
Y tras esa confesión se dió cuenta de que algo cómo su amor por Midoriya jamás sería correspondido. Quizá ningún chico jamás lo quisiera, y se quedaría sólo durante el resto de su vida, esperando a que algún chico que fuera como él. Pero jamás se escucharía a ningún chico decir que le gustaban los hombres en voz alta. Y él no sería aquel chico que lo gritara, pues sería el único que lo haría. Por eso, regresó a su casa, lamentándose por su rechazo y por ser aquel chico romántico sin esperanzas. Durante la cena, su padre como cada día, hablaba bruscamente, pero algo de lo que dijo lo hizo recapacitar.
—¡Shoto, ya tienes 23 años!—Exclamó, y su hijo algo desorientado tan sólo asintió.—¿Se puede saber dónde está tu esposa?
—No tengo.
—Deberías. Estás en la edad perfecta para contraer matrimonio, deberías buscar a una muchacha joven y gentil, que sea tu esposa y te dé muchos hijos.—Concordó su madre al mismo tiempo que terminaba de servir la cena.
Todoroki la miró fijamente, y su suave sonrisa le confirmó que no estaba bromeando, de verdad quería que encontrara de una vez por todas a su futura mujer. Y tal vez lo mejor sería que hiciera caso, y se buscara a alguna buena chica para él, aunque realmente, lo que menos quería era a una mujer en su vida.
1 año más tarde.
Izuku finalmente tras haber ganado las elecciones hacía unos meses, se había casado con su novia de hacía varios años, Katsumi Bakugou. Estaban en la cena tras una larga —y en su opinión aburrida.— ceremonia, y ahora era la hora del banquete. Shoto se encontraba con su hermana mayor, Fuyumi, mientras buscaban algún sitio libre en el cual sentarse.
Vió a Izuku, este se veía realmente feliz al lado de la que se acababa de convertir en su esposa, un pequeño destello de envidia lo inundaron, más no dejó que se notara demasiado. De un momento a otro, su hermana le dió un suave codazo en el brazo, para captar su atención.—Shoto, tú estás buscando esposa, ¿cierto?
—Sí.
—Mira a esa chica.—Señaló a una joven pelirroja que hablaba alegremente con otras invitadas.—Parece tener una edad similar a la tuya. Creo que es perfecta para ti.
—¿De veras lo crees?
—Sí. Deberías acercarte a ella y hablarle, ¿no lo crees?
La miró en la lejanía unos segundos más. Tenía razón, era una chica objetivamente linda, y se veía cómo una persona amable, educada y alegre. Le agradó lo que vió —aunque no en el sentido en el que alguien debería agradarte para casarte con esa persona.— por lo tanto, decidió que por una vez obedecería a los instintos de su hermana mayor, y se acercó a ella, con suerte, tendría la misma personalidad jovial y alegre que aparentaba en la lejanía.
Casi cuatro años después, se casó con ella. Lo recordaba perfectamente, fue el 11 de Julio de 1965, hacía ya casi seis años. Pero aún así, sus sentimientos por Izuku no podían parar de crecer. Quería muchísimo a Eiji, pero por mucho que lo intentara, no podía enamorarse de ella. Era incapaz. Y sabía que a Eiji le pasaba exactamente igual que a él.
Aún recordaba de vez en cuándo lo que vio hacia ya mucho tiempo. Recordó volver a casa más temprano de lo normal tras la jornada laboral. Entró en la casa, pero no vió a Eiji por ninguna parte, por lo tanto, al ver una luz relucir desde la habitación que compartían, supo que su esposa se encontraba ahí, por lo que se dirigió hacia allá sin pensarlo.
La vió con Katsumi, lo cuál no se le hizo para nada raro, la rubia pasaba mucho tiempo en su casa, las dos mujeres eran realmente intimas y cercanas la una a la otra. Pero lo que le sorprendió fue de que manera las encontró, totalmente pegadas, besándose. Aún no podía creer que hubiera visto a su esposa de esa manera con la mujer del hombre del que estaba enamorado.
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The President's Wife
FanfictionEstados Unidos, año 1971. El presidente de los Estados Unidos, Izuku Midoriya, está en la flor tanto de su presidencia como de su vida personal, pues ha cumplido diez años de matrimonio con la mujer de su vida, Katsumi Bakugou. Está muy enamorado de...