The Heiyu's Shenhong Lianhua

Capítulo 18 : Lan Zhan: neutral caótico, pero secretamente malvado legal

Lan Zhan deja escapar un largo suspiro porque finalmente, finalmente, después de casi 7 años, puede abrazar a su pareja. Lan Zhan no se resiste mientras acaricia su nariz en el cuello delgado de su Omega, besando su mordisco. Wei Ying se estremece y se aparta tímidamente, sintiéndose nervioso, pero Lan Zhan no lo deja, mordiendo su cuello con firmeza y haciendo que el Omega maulle y se apoye contra él dócilmente, extrañando cómo los ojos dorados brillan en rojo sobre negro mientras mira fijamente al sorprendido y sorprendido. lentamente palideciendo los rostros de los Ancianos. Wei Ying no tiene ni idea del pandemónium que está ocurriendo a su alrededor, contento de permanecer retenido por su Lan Zhan y ronroneando mientras su Omega interior disfruta de la presencia de su Alfa. No se dio cuenta de que Lan Xichen se había desmayado, Nie Mingjue trató de despertarlo cuando Meng Yao en realidad perdió su asiento y cayó con fuerza sobre los escalones de piedra debido a la conmoción.

Wei Yuan, sin prestar atención al caos que lo rodea, se libera de los brazos de su tía Yanli y corre tan rápido como sus diminutas piernas se lo permiten hasta donde su madre estaba acurrucada con el Enmascarado Gege. A medida que se acerca, Lan Zhan lo atrapa fácilmente cuando tropieza y cae en el último segundo. Permite que Alpha lo ayude a pararse correctamente, afortunadamente no recibió un golpe ni se raspó las manos o las rodillas. Una vez que está firme sobre sus pies, tira ligeramente de la manga del hombre mayor para llamar su atención:

"¿Eres un baba de Yuan?" el niño pregunta e instantáneamente silencia el caos a su alrededor. Todos miran con los ojos muy abiertos y contienen la respiración porque ahora que están viendo a Wei Yuan parado frente a Lan Zhan, pueden ver cuánto se parecen en la cara, menos las características que el niño claramente comparte con su madre.

“Mn, soy el Baba de a'Yuan... Estaba gravemente herido y no pudo volver antes...” Le dice al niño, que estaba listo para preguntar por qué tardó tanto en volver a casa. Ignoran la explosión semisilenciosa de exclamaciones y chillidos medio aterrados cuando varias personas más se desmayaron o comenzaron a desviarse de Qi.

"..." a'Yuan entrecerró los ojos tanto como pudo (es decir, entrecerrando los ojos con la cara arrugada, como un conejito que estornuda) antes de asentir, aceptando esto como verdad con un simple "¡Mn!"

Wei Ying suelta una risita acuosa y pone a su hijo en su regazo, colocándolo entre él y Lan Zhan, contento de estar en los brazos de su Alfa, su corazón está acelerado con demasiada euforia en este momento, es probable que se enoje más tarde, pero ¡¡lo único que le importa es que Lan Zhan esté vivo!! ¡Él está aquí y cortejó a Wei Ying con todo lo que le gusta a Wei Ying! ¡Él lo cuidó y proveyó para su hijo! Espera a su hijo, así que el que lo desvirgó fue--

"Lan Zhan... ¿fuiste tú el que... me llevó?" Wei Ying pregunta en voz baja, medio pálida de temor y medio esperanzada.

“Wei Ying estaba en celo, Wen Chao estaba tratando de tomar a Wei Ying en contra de su voluntad… Lo mató a él y a Wen Zhuliu, dolorosamente, lentamente mientras cuidaba el calor de Wei Ying… Nunca iba a irse, pero… ", dice Lan Zhan en voz baja, con pesar.

Wei Ying sabe que la batalla final aún estaba en curso y que era necesario detener a Wen Ruohan. Y una vez que el loco cayó, todo se derrumbó tan rápido también. Pero ¿y después? Lan Zhan no es del tipo que golpea y abandona, no, es del tipo que se ocupa de la situación hasta el final. No hay forma de que Lan Zhan lo hubiera abandonado a menos que realmente no tuviera más remedio que hacerlo. Las secuelas de la guerra seguían siendo un desastre en llamas que estaban resolviendo incluso ahora, casi 10 años después del evento.

"¿A dónde fuiste?" Wei Ying se queja. "¿Por qué dejaste tu a'Ying?"

“Fue llevado de vuelta a los túmulos funerarios. Nunca tuve la intención de dejar mi a'Ying o nuestro Baobei”. Él promete con tal firmeza, que el Omega prácticamente se derrite en su agarre.