LENNA

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Había despertado de manera brusca, con un velo de sudor frío, agitada por un mal sueño.

Busqué entre las sábanas el móvil, observé cómo marcaba en su pantalla el meridiano del día, no comprendí cómo pude perder tanto el tiempo durmiendo.

Me arrastré fuera de mi cama, lavé mi cara para despertarme y bajé a tomar algo con esperanzas de aún poder aprovechar las horas que quedaban.

Al llegar a la cocina no estaba sola, me recibieron con un cálido saludo y alguna reprimenda por desayunar tan tarde. Pregunté cuántas horas estuve durmiendo, su respuesta me resultó sorprendente y al parecer fueron más de 16 horas consecutivas. Y valla que había dormido, no recordaba nada de la noche anterior.

Al terminar volví a mi cuarto para ponerme las zapatillas pensando en hacer una visita a mi hermana, como si la mente me leyese recibí una llamada de esta.

-Diga-mencioné.

-Lenna!! ¡Hasta que al fin contestas!

-Buenas tardes para ti también Leyla.-dije con ironía.

Suspiró frustrada ante mi sarcasmo antes de preguntarme si estaba libre esta tarde, le comenté cuáles eran mis planes de visitarle a lo que ella se alegró.

-¡Qué bien! -Exclamó -Iba a quedar por la tarde con los chicos en la feria, mejor te veo allí a las cinco, y arréglate -mencionó esto último con un tono más pícaro.

Y dicho esto colgó.

Perdí el tiempo de forma estúpida, pues aún quedaba tiempo para arreglarme hasta que la hora llegó y eso hice, agarré mi bolso, las llaves y marché despidiéndome de mis padres.

Llegué al parque, al punto en el que quedamos, miré mi reloj y después alcé la vista viendo a mi hermana aparecer a lo lejos, sonrió y corrió hacia mí extendiendo sus brazos lista para envolverme con ellos.

- ¡Lennita, como te echaba de menos! -mencionaba mientras me mecía en sus brazos.

- ¡Leyla, ya basta, me asfixias!

- Oh perdona -se disculpó.

- Nos vimos la semana pasada, no actúes como si no nos viéramos hace años.

- Sabes que adoro estar junto a mi hermanita pequeña, es normal que te extrañe- mencionó alzando su mano hacia una de mis mejillas para achuchar entre sus dedos.

- Auch!!! -me quejé.

- Perdón por eso...otra vez.

Una vez mi hermana terminó de zarandearme, abrazarme, apretarme y besarme procedí a saludar a mi cuñado quien lo hizo de la misma manera que ella.

- Hola, Heeseung! -saludé.

- ¿Lenna, que tal estás? Luego de la broma que te jugó Sunghoon ayer espero que te encuentres bien.

Le miré con un gesto dubitativo, no entendí por qué hasta que a mí empezaron a venir recuerdos de la noche que no recordé.

Flashbacks azotaban mis pensamientos.

Comencé recordando dónde me encontraba y con quién, en la casa de mi hermana con amigos celebrando la víspera de Navidad. Dolor empezó a aparecer en mi cabeza; recuerdo un vaso que me ofreció un amigo, no sabía qué contenía pero lo bebí, seguro que sería uno de sus experimentos. Ahora me doy cuenta que igual no debí confiar tanto de las dotes de alquimista de Sunghoon, pues no tengo ningún recuerdo más hasta esta mañana cuando me levanté.

- ¿¡Entonces, me estás queriendo decir que él adulteró mi bebida a propósito para causarme esos efectos!?

Dejé ese incidente de lado o al menos lo intenté, ya tendría tiempo de preocuparme por ello más tarde. Saludé a aquellos que en el transcurso de nuestra conversación fueron llegando poco a poco siendo el último mi novio.

《Lucid Dream》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora