Jeon Jungkook era el típico chico malo, popular y arrogante. Sin embargo, todo lo que conformaba ser él, se fue rodando por el borde del abismo al ver por primera vez al chico nuevo, el recién transferido de Ilsan y que ahora formaba parte de su uni...
──Vamos, Namjoon-ah, quisiera presentarte a un amigo mío. ──habló el pelirosa mientras salían del aula. Ciertamente aún sopesaba su idea de hacerlo, pero no veía algo malo de todos modos.
Ambos se dirigían a la cafetería, aunque Namjoon estaba algo inseguro con la idea de conocer a más personas en su primer día de universidad.
──Tal vez parezca un total despistado, pero es muy noble en el fondo de su corazoncito. ──bromeó y el más alto dejó de tensarse lentamente.
A unos metros de ellos, Namjoon pudo ver una cabellera pelinegra, tal parece que el chico dormía porque tenía el rostro escondido en sus brazos recostados en la mesa.
──¿A caso está durmiendo? ──le susurró a Jimin y este rodó los ojos.
¿Por qué Jungkook siempre era así?
──Sí, casi siempre tiene flojera. ──fingió simpatía con una leve sonrisa, no iba a decirle que el tonto de su amigo trasnochó en una fiesta absurda. ──Hey, Jungkook, despierta. ¿Has comido algo hoy?
──Mhm, no fastidies, me duele la cabeza. ──murmuró bajito.
──Toma asiento, Namjoon. Traeré algo para ambos, yo invito por hoy. ──sugirió y el castaño no pudo más que sonreírle ampliamente en agradecimiento.
"Namjoon" su mente reaccionó.
3... 2... 1...
Jungkook se reincorporó lentamente, si bien su reacción sería hacerlo mucho más rápido, tampoco era como que quisiera que el chico se diera cuenta.
Cuando sus miradas se encontraron, Namjoon fue el primero en desviarla, se estaba sintiendo incómodo si ninguno de los dos iba a hablar en ese momento.
"¡Diablos, sí que es bonito! Espera no. ¿Qué hago yo pensando en eso?" Jungkook sacudió levemente su cabeza tratando de quitar todos esos absurdos pensamientos.
──¿Tú eres Kim Namjoon? ──intentó actuar desinteresado.
──Claramente sí. ¿Tú eres el que llegó tarde y no supo resolver el ejercicio, verdad?
Jungkook juró sentirse el chico más estúpido en toda su corta vida, y algo extrañamente pasó... Sus mejillas empezaron a arder y colorearse de un suave carmín, estaba avergonzado. Por primera vez en su vida se sentía avergonzado frente a alguien, y no cualquier 'alguien', sino a Kim Namjoon, el chico nuevo e inteligente de su facultad.
──¿Estás bien? ──Namjoon acomodó mejor sus anteojos en el puente de su nariz. ──¿Tienes fiebre? Estás algo colorado. ──ya que estaba sentado al frente, quiso acercarse un poco más a ver el rostro de Jungkook sin nada de cohibición en su sistema.
──¿Eh? No, yo, yo..., nada, creo que uh, hace calor. Sí, es calor.
──Bien, Jungkook. ¿Cómo es que tienes calor? ──cuestionó asombrado. ──El clima no pasa de los 15 grados.
Joder, el pelinegro ya no sabía cómo esconderse.
──Seguramente tienes fiebre. ──Namjoon se sacó sus lentes y los puso a un lado suyo. Entrecerró sus ojitos para poder ver con atención a Jeon. ──No creo que sea grave, no tienes escalofríos, no se nota que estés deshidratado y al menos no veo que sudes.
──No, en verdad creo que-
──¿Pasó algo? ──apareció Jimin con una bandeja en sus manos.
──Uh, sí, parece que tu amigo Jungkook tiene fiebre.
──¿Qué? ¿Fiebre? ──el más bajo frunció el entrecejo.
──No, no es eso, yo...
Jimin miró el rostro de Jungkook y no pudo evitar abrir sus ojos desmesuradamente. No, no podía creer lo que estaba viendo. ¿Jeon Jungkook estaba avergonzado?
El pelirosa decidió dejar la bandeja en el medio de la mesa y sentarse rápidamente al lado de su amigo.
──Esto es para los tres, disfrutemos de frutas picadas y jugo de naranja. ──le dio a Namjoon un tenedor plástico junto a un pequeño envase con dicho alimento.
──Gracias, Jimin. ──le sonrió amablemente. El mencionado solo asintió.
Sacó un pequeño libro que tenía en la mochila y lo puso al frente suyo, volvió a colocarse sus lentes y empezó a leer atentamente mientras tomaba algunas frutas con el cubierto.
──¿Me dirás qué te pasa? ──susurró Jimin hacia su amigo, aprovechándose de la concentración de Namjoon en su libro.
──No es nada. ──respondió secamente mientras dirigía con disimulo mal fingido su mirada hacia el más alto.
──¿Alguna vez me responderás algo que no sea "no es nada"? ──respondió con fastidio.
──Si digo eso, es porque definitivamente no es nada, y ya. ──resopló tratando de no exasperarse por segunda vez en el día.
──Ay, que buen humor el que te cargas hoy. ──soltó con sarcasmo. Pudo notar como el rubor en las mejillas de Jungkook se había dispersado, pero de igual forma quiso fastidiarlo. ──¿Así que te avergonzaste frente a Kim, eh? ──no pudo ocultar su sonrisa burlesca.
──¿De qué hablas? Yo, ¿avergonzarme? ──rodó los ojos. ──Como si no me conocieras, ¿Por qué tendría que hacerlo?
Jimin arqueó una ceja y lo miró como diciéndole: 'No te creo ni una sola palabra'.
──¿Crees que miento? ──la mirada de Park no cambió. ──Ahg, Jims, detente. ──se quejó fastidiado.
──¿Entonces es un sí? ──dudó por unos segundos, hasta qué: ──Mhm, sí, yo creo que sí.
Jungkook volvió a rodar los ojos y le dio un leve empujón en el hombro a su amigo.
──Eso no es cierto.
──Esto es extraño, apenas lo conoces hoy y ya causa todas estas cosas en ti. ──Jungkook lo ignoró por completo mientras lo veía sonreír ampliamente.
──Jimin, ya es suficiente. ──declaró.
──Harían una linda pareja.
──Deja de decir estupideces.
──Seré tu padrino de bodas.
──¡Park Jimin!
El susodicho que justamente tenía una pequeña uva verde en la boca dejó de masticar. Namjoon levantó su mirada y la dirigió a Jungkook, mientras todos en el comedor guardaron silencio.
Bien, ahora sí que quería que la tierra se lo tragase. Los ojos del castaño impuestos sobre él lo coercían filosamente, no pudiendo fingir la vergüenza que se apoderaba de su organismo.
¿Por qué su cuerpo reaccionaba de esa forma? No estaba entendiendo nada y eso lograba frustrarlo. Se sentía un total tonto. Kim Namjoon lo estaba volviendo un tonto sin saber cómo, y no tenía la más mínima idea de qué forma iba a detener todo eso.
Maldición, y tan solo iba un día.
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