Prefacio

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Toda mi vida temí este preciso momento, sé que ya no hay nada que hacer, estoy pérdida.
Tengo enterrada en el abdomen una delgada varilla metálica, estoy prácticamente en mi lecho de muerte. Creo que si hubiese predicho esto, podría haber evitado encontrarme justo aquí.
Siento en mi piel desnuda y desgarrada, la caricia de las heladas rocas debajo de mi, solo logró oír el agua goteando al lado mio y mi respiración se entrecorta cada vez más. Este dolor es insoportable y no estoy consciente de cuánta sangre he perdido ya.
Mis captores me han dejado aquí, solo ruego que si la muerte es ahora mi destino, mi familia pueda darle a mi cuerpo cristiana sepultura...
¡Escucho pasos entre las piedras! ¡Cada vez se acercan más! Mi único deseo ahora, es que aquello que se acerca a mi, sea el ser que con saña ponga fin a mi sufrimiento...
Repentinamente, y sin saber cómo, vi junto a mi agonizante cuerpo una sombra en cuyo rostro pude distinguir una benevolente sonrisa.
Sin tratar de averiguar su identidad, me deje llevar por el intenso dolor que sentía y perdí el conocimiento.

Penumbra en el firmamentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora