Lujuria Oculta; ScarletWidow [ACTUALIZACIONES LENTAS]

Mirando hacia el futuro.

-¡Buenas tardes chicos!

-Buenas tardes - dijo la clase sin ninguna gana, menos yo, que respondí con todo el entusiasmo.

-Hoy tendrán una nueva compañera de clase, algunos de ustedes deben conocerla, Carol Danvers.

Un montón de jadeos y algunos "mmm" se escucharon en la sala. Vers y yo éramos conocidas como las chicas sexys de la escuela así que supongo que al estar las dos en la clase sería increíble para ellos.

-Oh, y aquí está ella. - Wanda sonrió cuando alguien llamó a la puerta. La abrió revelando a mi mejor amiga que saludo a la clase y fue a sentarse a mi lado pero no encontró una silla ahí.

Se giró hacia mi compañero que estaba a mi lado y se inclinó sobre su escritorio mostrando sus tetas.

-Oye, ¿te importaria si me siento aquí? Estoy perdida en esta clase y la única persona que conozco es a Natasha. - hizo un mueca, haciendo cara de cachorro triste.

-S-sí, ¡P-por supuesto! - el chico tartamudeó, tratando de apartar los ojos de las tetas de Carol, levantó sus pertenencias y fue a sentarse en la parte trasera de la sala.

Carol sonrió, se sentó a mi lado y, finalmente prestó atención a Wanda.

-Muy bien, ahora que está resuelto, tengo un examen sorpresa para todos. Vamos, ¡No se quejen! - empezó a reír cuando toda la clase resopló y gimió en respuesta. - Carol, voy a estar contigo en un momento.  - sonrió y empezó a repartir los horribles papeles.

-No hay problema, oficial. - Vers le dio un guiño, dejando a Wanda muda, probablemente preguntándose qué decir. Le di una patada a Carol por debajo de la mesa y ella devolvió una sonrisa burlesca.

-Es señorita Maximoff, Carol.

-Lo siento, señorita Maximoff. - Carol se disculpo, se giró hacia a mí y me susurró. - Tu sexy oficial Maximoff.

Mis ojos se abrieron como platos, ella había dicho eso mientras Wanda pasaba por nuestro lado, Carol era una bromista y le encantaba ver a la gente retorcerse, supongo que pensaba que Wanda sería un blanco perfecto. Fruncí el ceño para mostrar mi disgusto y ella solo rodó los ojos.

Una vez Wanda entrego los exámenes, volvió a su escritorio y llamó a Carol para que se sentara a su lado.

Ella me había dado un examen sorpresa también, pero el mío era mucho más difícil que el resto de la clase y Carol no estaba acostumbrada a trabajar a mi manera así que mi Wandis tenía que explicarle cómo hacerlo y así sucesivamente.

Me dispuse a realizar mi examen, parando un par de veces para mirar hacia ese par que estaban hablando en inglés con sonrisas en sus caras y de vez en cuando mirándome.

Vi como Carol robaba miradas a mi novia y mi sangre comenzó a hervir, ahora entiendo las reacciones de Wanda cuando estoy con Bruce. Vers es mi mejor amiga, pero ella ciertamente le gustaban las mujeres calientes, y sin duda Wanda lo era, y demasiado.

Saqué mi teléfono y envié un texto a Carol, la vi meter la mano a su sujetador en secreto, y sacar el teléfono. Sonrió al leer el texto y sus ojos se dirigieron a mí con una mirada pícara.

Mi teléfono sonó poco después.

-No seas tonta, Nat, somos mejores amigas. Y tu eres mi favorita. Pero su delantera sin duda atrae.

Dejé escapar una risita. Sí, Carol estaba hablando de mi novia, pero así es ella. Supongo que simplemente le gusta joderme, así que decidí que no me afectaría, no voy a darle respuesta. De todos modos, soy yo la que me quedó con Wanda después de las clases para mi tutoría, no Carol.

•••

-Muy bien, chicos. Hemos terminado por hoy, pueden irse. Los veré mañana. - dijo Wanda sonriendo mientras empezaba a recoger los exámenes. Cuando llegó a mi escritorio me regalo un guiño bastante descarado y luego regresó a su escritorio.

Carol lo notó y me miro alzando las cejas sugestivamente, poco después salió del aula.

Me quedé en mi silla, esperando que la puerta del aula se cerrara, miré a Wanda que hizo un gesto de 'ven acá' con el dedo. ¿Quién era yo para negarme?

-Entonces, ¿qué vamos a hacer hoy, señorita Maximoff? - le pregunté con una sonrisa de suficiencia mientras me sentaba a su lado.

-Bueno... en realidad vas a tener que hacer un trabajo, no tuvimos sesiones de tutoría antes de Halloween, así que necesito que te pongas al día, lo siento. - dio una sonrisa culpable, negué con la cabeza en respuesta.

-Está bien, es importante. - le devolví la sonrisa.

Empecé mi trabajo, no era demasiado difícil, pero en algunas preguntas tuve que pensar de más. Ah, y por supuesto, si le añadimos el sentimiento de Wanda mirándome, me desconcentraba aún más.

-¿Qué estás mirando? - le pregunté, sin apartar los ojos de papel.

-A ti.

-¿Por qué? - le pregunté, tratando de ocultar mi sonrisa.

-No hay razón, me gusta hacerlo.

No pude contenerme más, mi sonrisa automáticamente salió en todo su esplendor y Wanda sonrió de vuelta.

-No puedo esperar a julio. - le dije.

-Yo también, por fin vamos a poder ir juntas al cine, a la playa... - Wanda suspiró, pensando en todo lo que podíamos hacer cuando fuéramos libres, y mostrar nuestra relación al mundo.

Pude ver que se estaba molestando un poco, así que cambié el tema.

-Es navidad en poco menos de un mes, Wanda... - sonreí, dejando caer mis ojos en su rostro angelical.

-¿Qué te gustaría? - preguntó.

-Tú no tienes que darme nada, tonta. - sonrió, acomodando un mechón de pelo detrás de mí oreja.

-¡Por supuesto que sí! Tú eres mi novia, así que vas a ser mimada. - solté una risita.

-¡Aw, eso es lindo! Bueno, estoy segura de que vas a averiguar algo, amor, siempre lo haces. - me dio un guiñó e hizo señas para que continuara con mi trabajo.

Después de una hora finalmente terminé y estaba al tanto de todo de nuevo.

Hicimos nuestras maletas y nos fuimos de la escuela. Mientras caminábamos hacia nuestros coches sentí nuestras manos rozando entre sí, así que me alejé, dejando una distancia entre nosotros. Odiaba esto, yo sólo quería agarrarla y nunca soltarla, pero por supuesto eso no era posible en este momento.

-Te veré mañana supongo. - le di una sonrisa triste.

-Está bien. No estés triste, mi bebé. Sólo esperemos hasta julio. Te voy escribir más tarde.

Wanda se subió a su coche y se marchó, no deseaba nada más que estar en ese coche con ella, el techo hacia abajo y nosotras gritando de placer mientras el viento atacaba nuestro cabello. Pero una vez más, no era posible.