Salven a Yujin - Especial Mattwoong

Unica Parte

Matthew sabía que estaba exagerando.

Desde aquel día se había encargado de bloquear a Jiwoong de todas sus redes sociales ya que no soportaba la idea de que este prefiriera estar con otra persona. Peor aún , con la persona que le había arrebatado a su primer amor.

Y si bien, el había llegado a perdonar a Hanbin por haberse enamorado de otra persona, no podía evitar cuestionarse el por qué. 

Matthew no se consideraba una persona fea. Era joven, atractivo, tenía una linda sonrisa y una personalidad agradable, sin embargo eso no había sido suficiente contra el "señor perfecto".

—Estúpido Hanbin, estúpido Hao. — Repetía mientras  llevaba a su boca una cucharada más de helado de vainilla (estaba de más decir que ya llevaba 2 botes) —Y estúpido Kim Jiwoong.—

Y ahí radicaba su más reciente pesar: Kim Jiwoong.

Jiwoong era sin duda la persona más atractiva que había visto en su vida, tenía un aura incomparable y era extrañamente cariñoso. Desde el momento que lo conoció en aquel bar no había hecho nada más que cuidar de él ya fuera con mensajes de buenos días, gestos sutiles como tomar su mano al caminar o escoger las palomitas de caramelo únicamente por que eran sus favoritas a pesar de que el las odiaba.

Matthew había encontrado en Jiwoong la persona que tanta falta le hacía, si bien al inicio lo había intentado en un esfuerzo por superar a su ex, ahora estaba seguro de algo.

El se había enamorado.

—Pero que importa si ya me enamoré de ti, estúpido. — Ni siquiera sé había dado cuenta cuando las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. —Eres igual que el otro baboso, siempre van a preferir a Hao.

El sonido de la puerta lo saco de sus pensamientos e inmediatamente se puso alerta. ¿Que no Yujin le había avisado que se iba a quedar con su amigo chismoso?.

Sin pensarlo dos veces, salió corriendo hacia la cocina y tomó  uno de los sartenes. Por más triste que estuviera NO estaba preparado para morir en ese momento.

De manera silenciosa se acerco hasta la sala de estar y pudo ver una sombra, sin dudarlo tomó el sarten con todas sus fuerzas dispuesto a golpear a esa persona, y lo hubiese conseguido de no ser porque se asusto al ver de quien se trataba.

— Sabes, estoy comenzado a acostumbrarme a que me lanzes cualquier cosa que traes en las manos—  Jiwoong se acerco a él para retirar el sarten de sus manos mientras lo dirigía a uno de los sofás. Mentiría si dijera que ver al menor extremadamente confundido no se le hacia tierno.

Todo hasta que Matthew se dio cuenta de la situación.

—¿Que demonios haces aquí? ¿Quién te dió las llaves de mi casa?

—Yo también te extrañé.

Mentiría si dijera que esas palabras no tuvieron efecto en el, sin embargo no estaba de humor. —Vete Jiwoong,  no quiero verte. — Por inercia se puso de pie y camino directo a la cocina,  aun se encontraba extremadamente sensible y no iba a permitir que alguien más lo viera así. Ya no.

—Matt, tenemos que hablar. Te juro que todo tiene una explicación. — Jiwoong camino detras de el y lo tomó del brazo para así permitir que se vieran de frente. Su corazón se apretó al ver que el menor tenía signos de haber llorado antes, pero a pesar de su expresión llena de molestia seguía viéndose adorable.

Bonito. 

—¿Que me vas a decir? ¿Que ahora vas a ir a agarrarte de los pelos con aquel idiota por el amor de la rata pelona que es Hao?— sólo Dios sabe cuanto lucho el mayor  por no reírse en ese momento  —Vete con él, total es más alto, más amable, más lindo, más gracioso.