Capítulo 1

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Era 2015 cuando todo había empezado... todo comienza en la recámara de un joven de apenas catorce años llamado Andrés; Andrés Moctezuma. Para él habían muchas formas de distracción y entretenimiento como lo eran los videojuegos, redes sociales, lectura y la música. Un día que él podía llamar común y corriente pudo alcanzar a escuchar a lo lejos una conversación entre su madre y un socio que tenía.

— Me parece perfecto, estamos a tan sólo un mes de que entre el verano. En es caso podríamos empezar las inscripciones en cuanto antes.— Había dicho la señora Moctezuma, mejor conocida como "Miss Mori" para hacerlo más sencillo de pronunciar.

Andrés de inmediato dejó de hacer lo que estaba haciendo para intentar descifrar a qué se refería su madre con eso, pues no pudo evitar sentirse agobiado al escuchar esas palabras. Además de intentar conectar los puntos de la conversación... ¿era lo que se estaba imaginando...? Cuando menos lo pensó, estaba bajo una de sus sábanas intentando tranquilizarse.

— ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO PUEDO REGRESAR! — Andrés respiraba agitado... todos sus pensamientos y recuerdos se mezclaban. Si su madre hablaba de inscripciones y verano... ¿significaba que él iría a la escuela? O peor aún... ¿un internado quizá...? Eso equivalía a tener que salir de su casa, de su lugar seguro al mundo exterior... a socializar, y Andrés más que nadie desconfiaba de todo desconocido por su historial. Las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos sin el más mínimo esfuerzo y fue cuando su puerta se abrió de golpe, al percatarse de que se trataba de su hermana menor Alexa, se quedó un momento quieto y en silencio.

— ¡Cállate! ¡Estoy tratando de hablar con Perlita por teléfono!
— ¡YA TE DIJE QUE NO ENTRARAS SIN TOCAR! ¡LÁRGATE! — Andrés se molestó aún más y se cubrió por completo con la sábana hasta que hubo un momento en el que apareció su madre...

— ¿Príncipe? ¿Por qué lloras así? ¿Pasa algo? — Había cuestionado realmente alarmada adentrándose a la habitación el menor, y luego pidiéndole amablemente a su hija que se retirara por un momento. —Tenía que hablarles sobre...
— Ya lo sé, ya escuché todo. Me vas a mandar a un internado, ¿verdad? — Cuestionó un Andrés preocupado con la voz quebrada. Mori esbozó una carcajada negando varias veces con la cabeza.
— No, príncipe. Nada de eso... quería contarte acerca de un proyecto en el que Johnny y yo hemos estado trabajando estos últimos meses. Así que necesito que salgas de ahí hablemos un poco más del tema. Confía en mí, va a ser brillante, amor. — El menor logró tranquilizarse al menos un poco, pues sabía que siempre podía confiar en su madre. Tenían una conexión sumamente fuerte y especial, era como si Andy todavía fuera su pequeño bebé. Siempre procuraba cuidarlo con todo de ella, en pocas palabras, sus hijos significaban el universo entero para aquella.
— Ahora... ¡a cenar! Preparé mi especialidad. Te cuento lo demás allá. — Una amplia sonrisa hizo presencia en el rostro del castaño al escuchar eso. Sabía que tenía que tranquilizarse, todo iba a estar bien... tenía que confiar en su amada madre.

Algunos minutos más tarde ya habían empezado a comer. Alexa había traído con ella un cuaderno y algunos colores para terminar un dibujo que llevaba haciendo desde el día anterior, mientras que Andrés comía a la vez que escuchaba a su madre.

— Volviendo al tema... nos mudaremos a una isla que conseguí junto a unos compañeros de trabajo. — Dijo Miss Mori tratando de ir directamente al grano sin rodeos y preparada para cualquier reacción de sus hijos, especialmente de Andrés.
— ¿EEEH? DIJISTE... ¡¿UNA ISLA?! — Exclamó sorprendido, lo había tomado por total sorpresa... estaba a punto de hablar otra vez pero se atragantó con un bocado de su comida. Lo que le estaba diciendo su madre le parecía una completa locura. A Alexa le pareció cómico el ver como su hermano se ahogaba, pero a él no le dio mucha gracia el hecho de que ella estuviera tan tranquila burlándose de la situación y tomó uno de sus colores y calló a su hermana con el mismo.
— ¡Andrés! ¿Qué acabas de hacer? — Exclamó algo molesta y a la vez preocupada.
— ¡TE PASAS, ANDRÉS!
— Andrés, ya siéntate... — Dijo Miss Mori manteniendo la paciencia... — Cuándo será el día en el que se lleven bien... cuándo...
— Espera... ¿qué va a pasar con mis clases de ballet? — Había preguntado la pequeña alarmada, pues era una de las cosas que realmente le apasionaban y estaba a nada de negarse.
— Así como lo escuchan. Y a eso voy, cariño. Vas a dejar tus clases de ballet para continuarlas allá... dejen les explico. — Contestó con suma tranquilidad en lo que tomaba un sorbo de su bebida. — Verán, junto con algunos compañeros, Johnny y yo planeamos esto desde hace tiempo. Iniciaremos las inscripciones en cuanto antes ya que están a punto de terminar de construir... la isla se divide en dos, ya que en la otra parte estará el campus de Mr. Jorgensen, o sea a donde tendré que inscribir a Alexa para que continúe con el ballet. — Los niños escuchaban atentos a lo que su mamá les explicaba, era literalmente increíble que se irían a vivir a una isla.
— Espera... eso significa... ¿convivir con la gente? — Había dicho Andrés... se veía más pálido de lo normal. Para él era muy difícil recuperarse de todo lo que le hicieron pasar cuando tenía tan sólo siete años.

Campus Wonky Donky (Vol. 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora