Cuando ambos llegaron hasta la habitación donde se encontraban los niños, Billy saltó casi encima de su padre.
— ¡Los estábamos esperando! ¿Podemos ir a hablar con el niño? — Preguntó emocionado y eufórico.
— Niños, vamos a darle espacio a Kendall. Pueden ir dentro de una hora, pero por ahora no lo molesten por favor. — Mencionaba Laboriel cargando como costal de papas a su propio hijo.
— Kendall... — Murmuró Andrés para recordar ese nombre.
— ¡Falta mucho! — Exclamó Alexa levantándose del suelo, ya que ahí estaban todos sentados. Andrés en ese momento estaba usando su iPod y como de costumbre en Tuipi.
"Acabo de ser testigo de algo horrible. De por sí mi día no se podía poner peor." Posteó Andrés.— Si se les hace mucho una hora pueden salir a jugar al jardín del hotel. Así hacen tiempo y pueden invitarlo después. — Mori les dijo y los niños exclamaron emocionados a excepción de Andrés porque estaba en su iPod. — Aprovecharemos este rato para terminar algunas cosas de trabajo. — Dicho aquello salieron casi corriendo del cuarto.
— ¡El último en llegar huele a queso manchego!— Exclamó Billy proponiendo una carrera hasta el jardín a lo que tanto Alexa como él empezaron a correr mientras que Andrés sólo trotaba.
— ¡No se vale! ¡Espérenme! — Exclamó Andrés tratando de alcanzarlos aunque realmente no le interesaba mucho la carrera en sí. Había sacado su iPod de nuevo para poder ver sus notificaciones de Tuipi como era costumbre topándose con un favorito de la misma persona que hace una semana atrás le contestó y en lo que trotaba irresponsablemente por los pasillos, de un momento a otro cayó al piso junto con otra persona que iba caminando tranquilamente hacia el patio.
— ¡DISCULPA! ¡NO ERA MI INTENCIÓN! ¡DÉJAME AYUDARTE! — Exclamó preocupado el castaño levantándose rápidamente para ayudar a una niña con cabellos cobrizos, ella sólo reía en vez de molestarse como Andrés lo había creído al principio.
— Oye, tranquilo, amigo. — Decía riéndose aceptando su ayuda.
— ¿Estás bien? Sí, ¿verdad?
—Claro que estoy bien, no te preocupes. ¿Sabes dónde queda el patio del hotel? Estoy algo perdida, llevo tres veces rodeando los pasillos.
— Eh, yo iba en camino para allá... te acompaño. — Dicho aquello, ambos niños se dirigieron hacia donde se suponía que quedaría el patio de juegos del hotel.Kendall seguía en su recámara, tratando de procesar por lo que había pasado hace unos momentos o más bien, lo que había tenido que vivir apenas hace unos años antes. Procuraba limpiar su habitación o poner en orden todo lo que podía para distraerse hasta que encontró una nota.
Kendall,
Al fin me pude librar de ti, un estorbo menos en mi vida. Espero que esta carta la leas cuando estés solo y ni siquiera te tomes la molestia de contarle a alguien porque yo lo sabré y sabes perfectamente lo que voy a hacer con tu madre. Jamás sentí una mínima pizca de empatía por ti, en primer lugar nunca quise que nacieras, y a pesar de que le dije muchísimas veces a tu madre que no quería hijos, ella decidió seguir con su embarazo. El patrón ha dicho que va a extrañar pasar tiempo contigo, que jamás había disfrutado tanto la intimidad con alguien. Cuando llegues a llamarle a mamita, yo voy a estar vigilando y espero que no le digas nada porque depende de mí que ella siga con vida.
Después de todo valió la pena tu nacimiento, he estado recibiendo mucho dinero por ti, es lo único que te voy a agradecer. Quema esta carta, esto tiene que quedar entre nosotros dos.Con amor, el mejor papá del mundo.
Con todo el dolor del mundo y sus ojos cristalizados, hizo bola la carta sin deshacerse de ella todavía. Pensaba que quizá no era gran cosa por lo que estaba sufriendo, también se repetía a él mismo que todo eso había acabado. Ya nadie más le volvería a hacer daño, pero tendría que cargar con eso para toda la vida y no podía hacer el intento de pedir ayuda porque su madre pagaría las consecuencias.
— Maldito bastardo... — Murmuró Kendall haciendo puño sus manos. Acto seguido, desarrugó la carta para ahora doblarla y poderla esconder entre su equipaje.

ESTÁS LEYENDO
Campus Wonky Donky (Vol. 1)
Misterio / SuspensoCampus Wonky Donky, conformado por varios jóvenes. Nuestra historia comienza con un niño llamado Andrés Moctezuma de apenas 14 años, con ansiedad social y estrés post traumático por una dolorosa situación que tuvo unos años atrás. Él junto con su fa...