Castigo.

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"El mar sabe su nombre y el dios que la juzgo, por matar al hombre que una noche la engaño"

Cuentan los ancianos de la tribu, que una noche una doncella fue llevada con engaños hasta el templo de Poseidón.

Allí el hombre que la cortejaba decidió tomar su virtud, pero ella decidida lucho lo que pensaba una batalla perdida. Cuando, de repente durante el forcejeo rompieron una vasija sagrada del templo.

En su desesperación, la doncella tomo un trozo de la misma y con ella apuñaló al rufián que quería tomar su pureza provocando su muerte.

Cuando al fin pudo respirar aliviada, las aguas temblaron para tomar la forma del dios Poseidón, quien enojado por la osadía de profanar su templo, la castigo.

-Tu destino será permanecer en el mar hasta que llegue el fin de los tiempos, sola en las profundas, oscuras y frías aguas del Océano.

En ese momento, la diosa Artemisa intervino.

-¿Que puedo esperar de ti, querido tio Poseidón? En vez de premiar la habilidad de la dama para defender su virtud, la castigas. Un violador defiende a otro violador o tengo que recordarte a Medusa, la sacerdotisa de Athena que violaste y la cual fue castigada por su diosa en vez de ser consolada. Cada vez me decepcionan más. Yo revocó el castigo de mí tío. No puedo evitar tu permanencia en el mar, pero puedo evitar tu muerte. Con un beso de amor verdadero otorgado libremente serás librada de tu castigo. Pero aquellos que beses en contra de su voluntad perecerán o transformados serán y cada 100 años 100 hijos al mar darás.

Ese fue el edicto, que la diosa Artemisa le dio para luego transformarla en una bella sirena, la cual su cola protegía su virtud y su encanto de mujer atraería a los hombres al mar.

Así nació la primer sirena, quien por mucho tiempo permaneció en soledad, hasta que al fin cansada de explorar el mar decidió buscar la solución a su castigo.

"Las olas, centinelas; la Luna su guardián
Cuentan las estrellas que ella vive ahora en el mar."

Mientras, era custodiada por Poseidón y Artemisa. La diosa con su luz etérea evitaba que la doncella se perdiera en la oscuridad del mar. Consolandola, como una madre consuela a su hija.
Pues le parecía injusto el castigo impuesto.

Mil años pasaron, cuando la doncella rompió su castigo y vivió, al fin, con su amor verdadero hasta que partió con Thanatos a los campos Eliseos. Pero su castigo, su maldición ahora la padecen sus hijos y quiénes transformó.

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Al pasar el tiempo, aventurarse a la superficie era cada vez más peligroso, por eso tritones y sirenas se escondieron en las profundidades del Océano. Aún así, muchos de ellos esperan romper la maldición, mientras que otros aceptaron resignados su destino.

Después de todo, un beso de amor verdadero en su condición no es fácil de encontrar.

Esta es la historia de un tritón, que encontró más que el amor verdadero..

Encontró una familia, encontró amigos y encontró su lugar en el mundo..

Vamos a descubrirlo..

El caballero del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora