«¿Realmente no te das cuenta? Aún vives con el miedo de no pertenecer a este mundo, pero eres muy egoísta. Lo cierto es que yo te pertenezco, mi cuerpo y mi alma son tuyos, déjame contemplar tus ojos, déjame estar cerca tuyo, porque sino, siento que...
Me aferré a Soe con todas mis fuerzas, con la intención de tranquilizar a su triste corazón, que guardaba tantos secretos en su interior, aunque sigo siendo alguien insignificante para poder arrancar sus memorias más dolorosas, por lo menos deseo que este abrazo le sirva como un escape a su culpa.
En el pasado había intuido lo especial que era Soe, pero ahora es una certeza, después de escuchar su historia, la miserable infancia que le había tocado... Ahora lo entiendo, su interés por Pandora, su determinación y admiración por todo lo que nos rodea, recién ahora puede vivir.
No recuerdo por cuanto tiempo estuvimos entrelazados, solo sé que a medida que pasaba el tiempo, nuestros cuerpos caían ante el cansancio, quedándonos dormidos en cuestión de minutos.
Y como un parpadeo, la luz del día abrazaba el bosque una vez más, mis ojos luchan por abrirse pero fallan al primer intento, acurrucado cómodamente entre las plantas, cálidas por el peso de mi cuerpo, pero siento el frío tacto de las pequeñas manos de Soe en mi torso. Ella yacía dormida plácidamente a mi lado sin intención de querer despertar aún, mi sombra la cubría como un manto, sin darme cuenta, ya tenía una sonrisa en mi rostro.
Toda la tranquilidad de la mañana desaparece con la llegada de Lo'ak montando su ikran, este aterriza a unos metros de nosotros, y el ruido del animal hace que Soe despierte de su profundo sueño.
-Lo encontré, sí, está solo...- baja la mirada hacia Soe, mientras avisa a alguien por medio de su comunicador... Probablemente sea Papá.
Ambos nos levantamos rápidamente, y comparto una mirada cómplice con Lo'ak.
-No debiste hacer eso.- agrego mientras niego con la cabeza.
-Buenos días, Soe Springs.- Lo'ak baja la cabeza saludando a Soe.
-Buenos días, Lo'ak.- Su expresión no parece expresar lo mismo que sus palabras -Por lo que dijiste en el comunicador, y tu mirada indescifrable, ¿Debo suponer que Neteyam está en problemas por mi culpa?
Volteo hacia Lo'ak, quien suspira dramáticamente como respuesta a Soe.
-Iré a la tribu, y pediré el perdón de Jake Sully.- afirma segura con su decisión.
Se dispone a caminar en dirección a la tribu pero la detengo antes de poder dar un paso, sosteniendo su brazo con suavidad.
-No hay porqué disculparse.- relajo mi semblante para poder reflejar tranquilidad -No hicimos nada malo.- volteo hacia Lo'ak, quien desvía la mirada al instante. -Déjame llevarte a la base, deberías descansar por el día de hoy.
Acaricio su brazo con la yema del pulgar, y ella responde con un suspiro inconforme, pero finalmente acepta.
-De acuerdo.- se apresura por reunir los equipos que había estado cargando todo este tiempo. -Voy a esperar junto a esos árboles.
Se despide de Lo'ak, un adiós muy breve y serio, de repente el ambiente se siente tenso.
-¿Qué sucede contigo, Lo'ak?- susurro solo para nosotros, vigilando que Soe no lo haya notado.
Lo'ak abre los ojos más de lo normal, como si estuviese a punto de soltar algo, pero se arrepiente de último momento.
-¿Conmigo? ¡Qué sucede contigo, Bro!- me señala con agresividad -Pasas la noche lejos de la tribu, y en compañía de una humana.- camina hacia su Ikran con la cola moviéndose de un lado a otro. -Y encima dices que me pasa algo a mí...- sube en su criatura, contemplandome desde allí arriba.
Puedo ver en su expresión que algo lo molesta... Sólo se preocupa por mí.
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