𝐒𝐄𝐕𝐈𝐋𝐋𝐀!| Si no se rompe, ¿cómo logrará abrirse tu corazón?
Ana Maradona se encontraba en un punto de su vida en el que el amor no estaba en sus planes. Sin embargo, se vio sorprendida al enamorarse de unos ojos que nunca imaginó que la obs...
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀┐ ❝𝐒𝐄𝐕𝐈𝐋𝐋𝐀 └ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ * ˚ ✦
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La escena había sido absolutamente maravillosa, superando todas mis expectativas. Incluso cuando él me pidió que nos escapáramos por un momento, fue aún más sorprendente de lo que esperaba. A pesar de ser alguien bastante temperamental, se podía percibir que estaba destrozado, aunque era experto en ocultarlo.
Durante las dos semanas que habíamos convivido, por alguna razón me había dado la confianza suficiente para abrirse ante mí y mostrarse tal como era en realidad: una persona vulnerable, como cualquier ser humano.
Ya era algo tarde en la noche y finalmente había regresado a casa. La tranquilidad de la madrugada me envolvía en el ambiente, pero mi ánimo no era del todo sereno. A pesar de la hora avanzada, aún no había recibido ese anhelado mensaje de Pablo. Me sentía un tanto ingenua, pues nunca antes había interactuado con ningún chico. Siempre fui una chica tímida e insegura, lo que a veces me generaba cierto temor al convivir con el sexo opuesto.
Me adentré en mi hogar junto con Aurora, quien a su vez, no dudo dos veces y subió a su dormitorio. Entre a aquella casa sintiendo el suave roce del aire nocturno de Barcelona en mi piel y el silencio abrazándome con su manto oscuro. Cada paso que daba resonaba en la penumbra, recordándome mi propia soledad. Las luces tenues de la casa revelaban la calidez de mi refugio, pero mi corazón palpitaba con una mezcla de ilusión y nerviosismo.
Me recosté en el sofá de mi recámara, dejando que el peso del día se desvaneciera lentamente. Observé el teléfono a mi lado, esperando en vano que la pantalla se iluminara con un mensaje de Gavi. El tiempo parecía detenerse mientras luchaba con mis pensamientos. ¿Por qué me afectaba tanto? ¿Por qué ese "was" se volvía tan importante para mí?
Mi mente se llenaba de preguntas y dudas, recordándome una vez más mi falta de experiencia en este tipo de situaciones. Sin embargo, algo en el fondo de mi ser me impulsaba a tomar riesgos, a abrirme al mundo y a descubrir lo que el amor y la conexión me podían ofrecer.
Con cada latido de mi corazón, el eco de la espera se hacía más fuerte. ¿Estaría Pablo pensando en mí? ¿Habría olvidado enviarme ese mensaje? La incertidumbre se convertía en una sombra que amenazaba con empañar mi valentía.
