🔮 PRIMER EXTRA

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E l  D I A R I O.

Alekzandr conocía a su esposo. Conocía cada rincón podrido de su cabecita.

Sabía que no tendría el coraje suficiente para acabar con su propia vida. Sí, claro, podía ser impulsivo y cobarde, y había pensado en hacerlo mil veces. Él mismo se lo había dicho. Que lo pensaba. Pero no lo hacía. No podía. Siempre decía que era su deseo de vivir lo que lo retenía. Él decía que tenía la esperanza de que, en algún rincón del futuro, hubiera un día que no doliera tanto.

Comprendió entonces, que él se aferraba a su existencia gris, no era capaz de ponerle fin ni de transformarla. Como un insecto atrapado en ámbar, inmóvil pero perfectamente conservado, condenado a existir eternamente en ese estado de casi, de nunca, de todavía

Alekzandr sostuvo el cuaderno azul entre sus manos. No lo había buscado. Se lo encontró, escondido en el vientre hueco de otro libro. El cuero de la portada estaba gastado y suave al tacto. Al abrirlo descubrió que ahí estaba: el corazón del Omega. El alpha se dió cuenta de que su nombre aparecía múltiples veces, plasmado en palabras dedicadas a él. Las últimas páginas estaban arrugadas, surcos dejados por una mano que había presionado con intensidad. Letras que estaban manchadas de tinta, salpicadas de puntos donde parecía que la pluma había temblado en su mano.

El alfa salió de la habitación con el diario en su regazo. Sabía quién, aparte de él, se le había metido en la mente y lo había llevado al borde.

Cautivos del Destino. (YAOI | TÓXICO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora