⚠ XXIII 🔞

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Advertencia: El siguiente contenido contiene descripciones sexuales.



⚠ 🔞 CAPÍTULO 23:

Jamais vu.

¿De qué otra forma podría satisfacer los deseos carnales del alfa de una manera menos directa?

No conocía otra forma de dar placer y satisfacción a un hombre que no fuera a través de la cópula y la masturbación.

Sus conocimientos no le prepararon para el horror que siguió cuando sus manos fueron atadas con el cinturón a su espalda, fue una sensación de impotencia y desesperación que le quemaba las entrañas. Pero, a pesar de su creciente inquietud, no dijo nada.

Ahora, en retrospectiva, se arrepentía amargamente de su silencio.

Su cuerpo temblaba por la gran fuerza que hacía mientras intentaba zafarse de la implacable presión de Alexander, quien con crueldad helada sujetó aún más firmemente el cabello de su cónyuge, forzándolo a mantenerse quieto. "Abre la boca." Ordenó.


Su-Jin se negó rotundamente. "¡Por favor, no me hagas esto! No puedo. No puedo hacerlo."

Alexander presionó su miembro erecto contra los labios temblorosos de Su-Jin, la punta húmeda de presemen rozando la piel. "Abre tu maldita boca," volvió a ordenar, con ese característico tono frío y carente de compasión. "O haré que te arrepientas."

El Omega intentó apartar la cabeza y su acto fue respondido con un tirón de su cabello, obligándolo a enfrentar la realidad de su impotencia. La sensación pegajosa y caliente contra su piel le provocaba náuseas.


"¡Maldita sea!" rugió Alexander, su paciencia en este punto ya estaba agotada. Con un movimiento rápido y tosco, agarró el cabello del Omega con más fuerza, forzando su cabeza hacia atrás y dejando su cuello expuesto. "Si no cooperas, te follaré tan duro que no podrás caminar durante días. ¿Eso es lo que quieres?" Al decir eso, Alexander elevó su tono de voz. Cada vez que lo hacía el Omega se ponía tenso por instinto.

Entonces cuando el alfa pretendió levantarse, el Omega se sintió acorralado y rápidamente respondió. "¡No!" La amenaza rompió las últimas defensas del Omega. "¡Espera!" gritó desesperado. "¡Lo haré, lo haré, solo... solo dame un minuto, por favor!..."

Alexander al oírlo se sentó nuevamente y aflojó ligeramente su agarre. "Apresúrate," murmuró con una voz gélida y poco amigable.

Su-Jin intentó ignorar sus palabras, sus feromonas y su aroma. Su mirada se centró en el falo imponente que se cernía sobre él, esa masa de carne erecta y pulsante. Su-Jin sintió horrible mientras abría la boca con renuencia. Sus labios temblaban al sentir la presión del miembro de Alexander. El sabor no era lo que más lo atormentaba, ya que el olor a jabón lo hacía relativamente tolerable en comparación con lo que imaginaba que podría haber sido.

Sus labios rozan su piel caliente y rígida, y solo quedó cerrar los ojos con fuerza para concentrarse en cualquier cosa que no fuera el pene que tenía entre sus labios. El recuerdo del dolor y la humillación de la última vez lo atormentaba, alimentando su determinación de no volver a permitir que Alexander lo tome de nuevo. Pero aún así, cada movimiento de su lengua y cada roce del miembro contra su paladar era una tortura para su mente.

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⏰ Última actualización: Oct 04 ⏰

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Cautivos del Destino. (YAOI | TÓXICO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora