CAPÍTULO 22: Caminar sobre cáscaras de huevo. ⚠
《ADVERTENCIA DE CONTENIDO.》
Mis ojos se encuentran con los del reflejo en el espejo, pero lo que veo no soy yo... No quiero ser yo. No quiero tener esos ojos que me miran con inquietud y desesperación, ni esas manos temblorosas.
Yo no quiero ser quién soy, no sé el camino debo seguir.
Me siento débil y cansado. Quiero llorar la mayor parte del tiempo. El insomnio me acecha en las noches, manteniéndome despierto mientras mi mente se tortura sola.
Las emociones, esas malditas emociones, me arrastran como un huracán, me ahogan. Es estúpido sentir, estúpido preocuparse, estúpido amar. Porque es frustrante sentirme así. Me enoja el dolor que siento, la sensación de desgarro que siento por dentro...
La ansiedad... Se siente como una soga apretada alrededor de mi cuello, sofocándome, muy lentamente.
Y lo peor, lo sabía, lo sabía todo el tiempo. Sabía que me estaba matando, que estaba jugando con mi vida. Pero a pesar de todo, no lo dejé, era como la anestesia, no sentía el dolor.
La echo de menos, a pesar del peligro que representaba. La echo de menos, tanto que duele. Mis manos tiemblan con el recuerdo de su sensación, con el deseo de volver a sentir esa paz que solo esa pastilla podía darme. Pero sé que no puedo volver atrás, que el precio de esa paz era demasiado alto.
El doctor que trae ese hombre me recomienda distraerme, mantener la mente ocupada en otras actividades para alejar los pensamientos oscuros que acechan.
No puedo. No tengo energía.
Me siento como un perro, atado a la voluntad de un dueño. Ese hombre me ha colocado un collar negro en el cuello, no puedo quitarlo. Incluso si quisiera deshacerme de él, necesitaría la huella dactilar de ese hombre. Es una sensación tan patética, saber que no tengo libertad ni siquiera sobre mi propio cuerpo, que estoy completamente a merced de otro ser humano.
Cada vez que veo el collar en el espejo, siento un nudo en el estómago, es la mezcla de mi vergüenza y arrepentimiento.
Desde el principio, vi las grietas en su máscara de perfección, las pequeñas señales de su crueldad latente.
Pero estaba cegado por su encanto.
Él era alguien inalcanzable para mí, anhelaba ser deseado por él. Sabía que podía ser intenso en ocasiones, pero estaba dispuesto a aceptarlo porque me gustaba demasiado, yo me había enamorado de él a primera vista.
Cuando descubrí que había llamado su atención, me sentí muy emocionado y estúpidamente halagado. Pero me sentía inseguro a su lado, consciente de que estaba rodeado de personas y siempre tenía opciones mejores que yo... Sentí la presión de no ser suficiente, de no poder mantener ese interés en mí.
Así que me esforzaba más, me esforzaba mucho en gustarle más, en ser suficiente para él, para que no se aburriera de mí, para que me escogiera a mí.
Me arrepiento.
Nunca debí haberlo puesto en un pedestal, nunca debí haberme interesado tanto en él, e incluso por sobre mí...
Y esa faceta desagradable suya, creí poder cambiarla... Las personas no cambian, eso lo sé ahora.
A mí no me cansa si algo me gusta de verdad, pero a él sí. Yo sé que él cambia de interés como cambia de ropa.
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Cautivos del Destino. (YAOI | TÓXICO)
RandomTítulo: "Cautivos del Destino" Género: "Drama/ Vi0l3nci4 doméstica/ Obsesión Peligrosa/ Agr3s1ón física, sex*al y mental/ Omegaverse (ABO) / Yaoi Una novela que te llevará a través de los giros y vueltas de la vida de Su-Jin, un omega de dieciocho...