Entre los suburbios. Inui x Oc

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Tsukui finalmente llegó a casa, exhausta y con el cuerpo dolorido por los golpes recibidos. Al entrar en la pequeña habitación que compartía con su hermano Asahi, se detuvo un momento para observarlo dormir plácidamente. Su corazón se llenó de amor y preocupación al verlo allí, confiando en ella para protegerlo y cuidarlo.

La cama era modesta, pero suficiente para ellos, y Tsukui sabía que había sido la vecina quien había dejado a Asahi allí, asegurándose de que estuviera a salvo mientras ella estaba ausente. Agradecida por esa ayuda incondicional, Tsukui se sintió aliviada al ver a su hermano descansando en paz.

Sin embargo, al dirigirse al baño para curar sus heridas, Tsukui no pudo evitar mirarse en el espejo. Allí, el reflejo mostraba las huellas de la violencia que había enfrentado: moretones en su rostro, cortes en sus brazos y piernas, una imagen que le calló como un balde de agua, viéndose tan frágil, ''¿Cómo podre aguantar así?'', era la pregunta que se repetía en su mente, no siendo la primera vez que se planteaba cosas mayores, aunque inmediatamente intentaba pensar en otra cosa al recordar a su hermano, su única familia.

Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, pero las sofocó rápidamente, temiendo despertar a Asahi. Se limpió las lágrimas con agresividad y desesperación mientras que comenzó a curar sus heridas, aplicando suaves ungüentos y vendas para aliviar el dolor físico.

Mientras se ocupaba de sus heridas, Tsukui pensaba en las posibles excusas que podría darle a Asahi al día siguiente. Sabía que su hermano, curioso e inocente, notaría las marcas en su cuerpo y le haría preguntas. No quería preocuparlo más de lo necesario, pero tampoco quería mentirle.

"Quizás solo diré que me caí o que tuve un pequeño accidente", pensó Tsukui mientras se secaba las lágrimas. "Pero no puedo permitir que sepa la verdad, es solo un niño...'', murmuro para sí misma.

Con el rostro limpio y las heridas vendadas, Tsukui se aseguró de que Asahi estuviera cómodo y protegido en la cama. Le dio un suave beso en la frente y susurró un deseo de dulces sueños antes de retirarse silenciosamente.

Una vez fuera de la habitación, Tsukui dejó que las lágrimas fluyeran sin restricciones. Lloró en silencio, liberando el dolor y la frustración acumulados. Sabía que tenía que aguantar, porque estaba dispuesta a hacer cualquier sacrificio por el bienestar de su hermano. Mañana sería un nuevo día, simplemente haría como si nada hubiera ocurrido.

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A la mañana siguiente, Tsukui se encontró frente a las preguntas inevitables de su hermano Asahi. Su rostro mostraba curiosidad y preocupación mientras observaba las marcas en el cuerpo de Tsukui.

"Tsukui, ¿qué te pasó? ¿Por qué estás lastimada?", preguntó Asahi, con sus ojos llenos de inocencia.

Tsukui trató de evadir ligeramente las preguntas, sabiendo que no quería preocuparlo más de lo necesario. "Oh, solo tuve un pequeño accidente, Asahi. Nada de qué preocuparse. Estoy bien ahora", respondió, forzando una sonrisa tranquilizadora.

Dejando a Asahi con la vecina, quien la miraba con pena pero respetaba su privacidad al no preguntar, Tsukui se sintió agradecida por tener alguien en quien confiar mientras ella iba a trabajar. 

Más tarde, al mediodía, Tsukui se dirigió a uno de sus trabajos como dependienta en un supermercado del barrio. Mientras atendía a los clientes, se sorprendió al encontrarse con Hina, una de sus antiguas compañeras de clase. La escuela había sido un lugar del pasado para Tsukui, ya que después de la muerte de sus padres, no podía permitirse seguir estudiando y tampoco soportaba las miradas de pena y burla que recibía de sus compañeros.

Hina se acercó amablemente a Tsukui y comenzó a hablar con ella, preguntándole primero por su estado, aunque la morena evitó las preguntas constantemente, por lo que la pelirosa continuo preguntando sobre cómo le iba en la vida. Tsukui se mostró reservada, pero agradecida por la amabilidad de Hina. Ambas compartieron breves recuerdos de su pasado y Hina mencionó que estaba allí para acompañar a su novio, Takemichi, a comprar bebidas y medicamentos, ya que había resultado herido en una pelea entre la Tokyo Manji y Black Dragon, siendo la protagonista totalmente desconocedora de lo que le estaba hablando.

Al escuchar las palabras de Hina, Tsukui sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Intentó disimular su reacción, pero Hina notó su incomodidad y le preguntó si algo andaba mal.

"No, no es nada", respondió Tsukui, negando con la cabeza. No estaba lista para revelar como en realidad era su vida a alguien de su pasado, pero apreciaba la amabilidad de Hina.

Hina insistió un poco más, tratando de obtener una respuesta, pero Tsukui mantuvo su distancia emocional. Finalmente, Hina se despidió de Tsukui, entregándole su número de teléfono y expresando su deseo de volver a verse.

Tsukui aceptó el número con una mezcla de gratitud y nostalgia. "Sí, te mandare un mensaje", respondió, esperando sinceramente que su camino no se cruzara con el peligroso mundo de las peleas de bandas en el que Hina parecía estar involucrada.

Con su mente llena de pensamientos confusos, Tsukui regresó a sus tareas en el supermercado, intentando concentrarse en su trabajo mientras su corazón latía con inquietud.

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Hina se encontró con su novio, Takemichi, en el parque que quedaba cerca del supermercado, sentado en un de los bancos. Mientras curaba cuidadosamente las heridas de su rostro y brazos, no pudo evitar reprocharle por involucrarse constantemente en peligrosos conflictos.

"Takemichi, ¿no puedes evitar meterte en tantos problemas? Me preocupo por ti", expresó Hina con tono de preocupación y frustración. "Esta vez, me encontré con una antigua compañera de clase, Tsukui. Ella parecía nerviosa y tenía vendas y heridas por todo el cuerpo, aunque las tapaba un poco el uniforme las pude ver".

La mención de Tsukui despertó la curiosidad de Takemichi. "¿Tsukui? No recuerdo a ninguna persona con ese nombre relacionada con pandillas o violencia", respondió, frunciendo el ceño mientras pensaba en ello. ''De todas formas, si esta dentro de ese mundo no es bueno que te relaciones con ella, creo que ya tienes suficiente conmigo'' menciono mientras se reía nerviosamente

Hina asintió, comprendiendo la preocupación de Takemichi. "Tienes razón, pero no puedo evitar sentirme intranquila por ella. Parecía asustada y no se , me parecía que estaba pidiendo ayuda", dijo, terminando de curar sus heridas y lguardando todo dentro de sus respectivos sitios

Takemichi sostuvo suavemente la mano de Hina, intentando transmitirle tranquilidad, aunque el más nervioso de los dos fuese él. "Haré algunas preguntas a mis amigos, especialmente a Chifuyu. Si Tsukui está metida en problemas, lo descubriré y te lo diré. Pero ahora mismo, no le des más vuelta, seguro que habrá una explicación".

Preocupado por la seguridad de Hina, sabiendo todo lo que sabía, aunque no podía contarle nada, Takemichi se ofreció acompañarla a casa. No quería dejarla sola y temía que algo pudiera sucederle en cualquier momento durante el camino. Juntos, caminaron hacia la casa de Hina en un silencio comodo.

Aunque en su interior, Takemichi estaba decidido a investigar a fondo la situación de Tsukui. No descansaría hasta encontrar respuestas que tranquilizaran a Hina y, si era posible, ayudar a su amiga de la infancia.

Aquella tarde, después de asegurarse de que Hina estuviera segura en su hogar, Takemichi se encontró con su gran amigo Chifuyu. Determinado, le preguntó directamente si conocía a alguien llamado Tsukui relacionado con alguna pandilla.

Chifuyu frunció el ceño, reflexionando por un momento. "No me suena ningún nombre similar, pero puedo investigarlo si quieres. Si una amiga de Hina está en problemas, podríamos averiguar algo útil que también pueda estar relacionado con el futuro ", afirmó, compartiendo la determinación de Takemichi.

Así, los dos amigos se propusieron trabajar juntos para desentrañar el misterio que rodeaba a Tsukui. Sin saber que eso cambiaría el rumbo de su presente y también del futuro.

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