《♤capítulo 1♤》

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28/8/2012
¿Qué tan miserable se puede llegar a ser?
¿Qué tan poco humano puedes llegar a volverte?
¿La soledad cuanto puede consumirte?
¿Tu bienestar es lo más importante para ti?
¿Qué tanta desgracia te puede consumir y carcomer sin perderte?
¿Qué tan bajo puedes caer sin llegar a morir?
Son preguntas que frecuentan la mente del omega de cabellos color azabache. Miseria. Palabra con la que el describiría su incompetente e insignificante vida. Nacer como omega en una sociedad de alfas era la condena de la naturaleza. Hombres falsos porque no podían fecundar a otros, pero mujeres falsas por tener útero a pesar de tener aparato reproductor masculino. Aquellas que nacían como omegas siendo mujeres eran consideradas prostituta. Mujeres que para la sociedad solo servían para tener hijos y que provocaban a los alfas por placer propio.
Ser omega era la condena máxima que alguien podría sufrir. Vidas miserables los rodeaban, les quitaban a sus hijos si es que los alfas así lo desean, no se les permite casarse entre sí, y menos se les permite tener propiedades o dinero propio
Takemichi era un omega, uno de buena familia. El a pesar de ser omega fue tratado con amor y con cariño, o eso el creía. Un omega sumiso, lo más bajo entre los omegas, la desgracia de la miseria. Para Takemichi ser un omega sumiso en una sociedad de alfas era enfermizo
"Tendrá lindos hijos", "es una pena que sea omega si fuera alfa seria poderoso", "no te pongas eso, es de alfas", "es una lastima que sea omega, es tan inteligente", "es bonito pero es omega, seria mejor si fuera beta", "no lose, no podemos aceptar personas como esta en nuestra escuela", "es una pena que nadie se quiera casar con el", "ya tiene trece y sin un alfa, que vergüenza", "esta sin una marca y tiene catorce, seguro que nadie lo quiere por ser un sumiso"
Takemichi creció escuchando comentarios de ese tipo. Comentarios realizados por tíos, primos, amigos, profesores o vecinos. Takemichi sabia que no importaba cuanto se esforzará, nunca sería tratado con respeto y nunca sería importante
Las mañanas de agosto son lindas en Japón, el cielo se vuelve amarillo por segundos para luego dar paso a aquel tono celeste tan hermoso que solo se puede ver en esas escenas de películas donde todo es feliz y perfecto. Takemichi un omega de veintiún años lo ve con esperanza, dentro de su corazón algo le dice que ese día será especial, no sabe en que, pero será un día diferente
Su día pasa rápido, todo es lo mismo de siempre, unos clientes por aquí o tres por allá, un par de gritos por parte del jefe. Todo lo normal desaparece cuando un grupo de hombres entra en el local. Takemichi los mira escondido en el pasillo principal, son cuatro hombres más un par que el describiría como guardaespaldas. Estos se ven particulares, dos tienen el pelo morado como las uvas tan caras que a Takemichi le encantan y los clientes le llevan como regalos. Uno tiene el pelo del color de chicle favorito de Takemichi, chicle de fresa. El cuarto tiene el cabello blanco , pero su vestimenta roja es tan llamativa y elegante como la de los príncipes de los cuentos que a Takemichi le gusta leer
Los hombres hablan con la dueña del lugar, una beta desalmada y cruel que los golpea y grita. No es como el jefe, el les grita pero no los golpea, Takemichi lo entiende en su mayoría, el jefe es un hombre alfa con mala vida que simplemente no quiere que terminen "enganchados" por algún cliente. El jefe los ve como suyos, por eso no le gusta cuando sus pansas crecen grandes y gordas porque se "engancharon" con un cliente. A Takemichi solo le paso una vez, cuando recién llego, nunca más le paso porque aprendió que no debía dejarse "enganchar" por nadie. Takemichi ha visto que cuando eso pasa el jefe se enoja, le dice a la jefa y está los golpea hasta que los que tienen la pansa grande sangran. Una vez uno sangro mucho y nunca más lo vieron, la jefa dijo que era una lección para todos y que no deberían traer "bastardos" al mundo
Uno de los hombres vio a Takemichi. Era el señor de cabello blanco. El hombre se acerco a Takemichi y con una mano tomó su mentón
- ¿Cómo te llamas bonito?
- Takemichi Hanagaki señor
- Sanzu mira lo que encontré
El hombre de cabello rosa se acerco y cuando vio a Takemichi sonrió de manera extraña
- ¿Qué hace una cosita tan bonita en un lugar como este?
- No entiendo a lo que se refiere señor
- Oooo no me digas señor, no estoy tan viejo
- Lo lamento
- Jeje, a Mikey le gustará. Nos lo llevamos
El alfa tomó con fuerza la muñeca de Takemichi y lo empezó a arrastrar fuera del local
- ¡Espere ese omega no esta en venta, regresemos aquí de inmediato!
La dueña del lugar empezó a gritar. La mujer insultaba al alfa de cabello rosa y exigía que devolviera al omega en ese mismo instante
Todo el lugar quedó en silencio tras el sonido de un disparo proveniente del arma de uno de los tipos uvas
- Nos llevamos a ese y punto
Takemichi fue arrastrado hasta un auto negro donde también se subieron esos cuatro hombres y un guardaespaldas como conductor
- Lo lamento cosita bonita pero no puedes ver a donde vamos, Mickey se enojaría si se entera de que viste algo
Lo último que Takemichi vio fue a los cuatro hombres sonreír en su dirección, con diversión en los ojos

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Aquí esta el primer capitulo de la reina de Bonten. Lamento si es que no es lo que esperaban, pero creo que mucho mejor que el primero que se publicó con anterioridad, más tarde publicaré los siguientes tres, bye 👋🏻

La Reina de BontenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora