Dentro de un sueño.

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- Zenitsu, ya deberías irte a dormir, debes levantarte temprano - dijo el anciano dando un leve golpe en la cabeza rubia delante suyo.

- Ya casi me voy abuelo no tienes que pegarme, es solo que estaba esperando algo - dijo un poco decepcionado pues estaba convencido de que el pelirrojo estaría ahí desde hace rato, era tarde y tal vez el día siguiente tendría más suerte. Estaba a punto de irse a la cama cuando tocaron a la puerta, era Tanjiro, estaba todo sudado y en pijama ¿de verdad había corrido hasta ahí? - te tardaste -.

- Lo sé, lo siento mucho ¿dónde...- ni siquiera había podido terminar de hablar cuando fué interrumpido por el rubio con un tono molesto.

- Está recostado, ha estado así los últimos días ¿alguna idea de por qué? - parecía muy molesto pero arreglaría las cosas con él una vez lo hiciera con el azabache - sube ya idiota - a pesar de todo Zenitsu le había dado el visto bueno y le había dejado entrar así que saludó al anciano disculpándose por la hora y se dispuso a subir a paso lento por las escaleras. Nunca en toda su vida había sentido un recorrido tan corto y largo a la vez, estaba nervioso de cómo reaccionaría Inosuke al verlo ¿estaría feliz de arreglar las cosas o lo hecharía a patadas de su habitación? La incertidumbre lo estaba matando y le faltaba el aire, haber corrido hasta ahí ya no parecía la mejor idea en ese momento.

- Debes tocar a la puerta - el moreno dió un brinco en su lugar al escuchar al rubio hablar desde las escaleras, le había dado un buen susto - esperaré abajo, no quiero escucharlos - dijo para bajar y ya no volver.

Tanjiro tocó a la puerta sin recibir respuesta, lo hizo dos veces más pero nada, quizás estaba dormido y lo correcto era volver después pero en ese momento no parecía pensar correctamente, abrió la puerta lo suficiente  para asomarse, ahí estaba él, completamente dormido así que entró cerrando la puerta detrás de sí. Se acercó a la cama para verlo de cerca, era tan bonito que no pudo evitar acercarse más hasta sentarse en la orilla de la cama intentando no despertarlo, pues estaba consciente de lo sensible que puede llagar a ser,se quedó unos minutos observándolo en silencio, era tan bello y se veía tan tranquilo que parecía un ángel; removió uno de sus cabellos que estaba cubriendo su rostro y deslizó sus manos suavemente por sus mejillas una y otra vez intentando trazar con la llema de sus dedos cada línea de expresión.

- Tontaro, no me dejas dormir - dijo sin abrir los ojos.

- Lo lamento, es que te veías tan lindo que no pude evitarlo -

- ¿Por qué eres tan cruel conmigo? - dijo con la voz temblorosa - ni siquiera puedes verme en persona pero te apareces en mis sueños así, eso es demasiado cruel - dijo intentando no llorar, eso hizo que el pecho del moreno se sintiera pesado, de verdad se había comportado muy mal, se arrepentía tanto que lo único que quería en ese momento era abrazarlo y no soltarlo nunca.

- Ino, abre los ojos ¿por favor? Estoy aquí - trató de decir con la voz más suave posible. El azabache abrió los ojos y enderezándose rápidamente lo miró y comenzó a tocarlo para verificar que de verdad fuera él.

- Basta, me haces cosquillas - rió un poco antes de sentir un fuerte golpe en su mejilla que lo arrojó de la cama dejándolo en el suelo.

- ¡¿Qué mierda crees que haces apareciéndote así de repente?! - gritó con toda la furia que había guardado los últimos días y sin darle tiempo de contestar, como él lo había hecho, se lanzó rápido a continuar su ataque. Abajo, Zenitsu y el anciano escucharon el alboroto y en un movimiento rápido Zenitsu evitó que su abuelo subiera.

- Déjalos arreglar las cosas a su modo, ya sabes como es Inosuke, siempre tiene que intentar desquitarse primero - intentó convencer al viejo de que no interviniera recibiendo un golpe en la cabeza - ¿Por qué me pegas ahora? -

¿Me recuerdas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora