Me quedé más tiempo de lo necesario en mi oficina, ya que Alejandro había ido a Chicago a cerrar un negocio y regresaría hasta el domingo, entonces recordé las palabras de Montserrat, ¿cabría la posibilidad de que él tuviera una amante?, ¿acaso por eso no quería tener relaciones conmigo?, ¿qué estaba pasando con nuestra relación?, ¿debía dejarlo?, no, yo conocía a Alejandro mejor que eso y sabía que no sería capaz, claro que yo tampoco era capaz de enredarme con otro y justo era lo que estaba haciendo.
Llegué a mi departamento como a las nueve, me puse el pijama y me senté a ver televisión mientras me comía un tazon de cereales. Estaba cambiando de canal en canal y en uno había una escena erótica, parecía que todo estaba confabulando en mi contra o quizá sería que ahora prestaba más atención a esas cosas por lo alteradas que traía las hormonas. Me quedé viendo la escena hasta que terminó, en condiciones normales le hubiera cambiado pero ahora me dio morbo, sacudí la cabeza y decidí darme un baño.
Estaba parada debajo de la regadera y terminé de lavarme el cabello, pasé mi mano por mi cuello y no pude evitar pensar en él, "puedes acariciarte pensando en mí", sólo con recordar su aterciopelada voz mi cuerpo se excitaba, así que me dejé llevar. Bajé mi mano hasta mis senos y los acaricié pensando que era su mano, viendo su rostro en mi mente, reviviendo sus jadeos en mi oreja. Dejé que mi mano viajara más abajo, acaricié mi abdomen de la forma en que él lo hacía y noté que estaba funcionando, estaba ya jadeando mientras sentía que el agua tibia acariciaba mi espalda. Me recargué en la pared y lo frío del azulejo hizo que arqueara un poco mi cuerpo y entonces comencé a acariciar mi parte más intima mientras me concentraba en él, en sus facciones retorcidas, en sus labios besando los míos, en su tibio cuerpo moviéndose dentro del mío, era increíble la forma en que podía recordar todo y más increíble aún que mi cuerpo respondiera a esos recuerdos, abrí los labios y emití un gemido cuando sentí que terminaba, no había sido tan intenso como si hubiera estado con él, pero lo había disfrutado muchísimo más que en otras ocasiones.
El sábado me levante a las nueve, después de desayunar, eché la ropa a la lavadora e hice todo el aseo del departamento a demasiada conciencia, a decir verdad, necesitaba estar lo más ocupada que se pudiera. Seguí el consejo de Montserrat e hice un poco de ejercicio, por la noche vi una película cursi para evitarme malos pensamiento.
El domingo fui a casa de Marlen y estuve jugando un rato con Lauren. Por la tarde me llamó Alejandro y fuimos al cine. Vimos una película de acción, se me ocurrieron un par de cosas poco decentes mientras estaba en la sala abrazada a él, pero lo vi tan concentrado en la pantalla que preferí no intentar nada, se estaba divirtiendo y con eso me conformaba, al menos, no estaba pensando en sus negocios en ese momento. Cenamos hamburguesas y después me llevó a mi casa, me despedí en el coche sin invitarlo a subir al departamento, estaba muy cansada y él tampoco se veía muy interesando en acompañarme, quizá Montserrat tenía razón en eso de la amante y extrañamente deseé que fuera verdad, eso disminuiría un poco mi culpa.
Al fin era lunes y el día se me estaba haciendo eterno, cada media hora estaba tentada a marcarle a "Jaxon", pero él había sido muy específico en el horario, así que esperé hasta que fueran las 7:15 de la tarde. Dudé un momento con el movil en la mano, pero, qué más daba lo que pensara de mí, no sabía quién era yo en realidad, creo que con él me transformaba en otra persona, así que con el corazón latiendo a toda prisa y con las manos temblorosas le marqué.