once

339 55 7
                                    

Eunchae recibe su certificado de estudios de manos de la Madre Superiora y sonríe bien grande para la foto, ahí de pie en el podio vistiendo su uniforme azul marino con carobatín rojo perfectamente anudado al cuello.

Chaewon le saluda sonriente y orgullosa desde su asiento en la tribuna, llamando la atención de su hija lejos de la cámara de Eunbi, quien poco más se lanza las cuatro filas que los separan del suelo solo para captar el mejor ángulo de su nieta.

—Mírala Chaewon, tan hermosa.— la abuela continúa presionando el botón de la cámara, con una enorme sonrisa en el rostro.

A su lado, Chaewon asiente en silencio, con el pecho lleno de orgullo al ver a su pequeña llegar a su primer gran logro: Su graduación de Kinder.

Sin más que hacer en la institución y después de tomar la carpeta con los documentos de su hija, Chaewon toma de la mano a Eunchae y avanzan hasta el estacionamiento, donde Eunbi espera dentro de la Van de Hyewon.

—¿Podemos comer pizza?

—Sip.

—¿Y helado?— pregunta, con los ojitos hacia arriba buscando la mirada de aprobación de su madre.

—De chocolate.

Eunchae juega a brincar en los mosaicos azules esquivando los blancos, de mano de su madre mientras llegan al estacionamiento. Chaewon se acomoda un poco el blaser con la mano libre, vigilando que la menor no de un mal paso y tropiece.

—¡Vamos, se hace tarde!— las llama Eunbi desde el asiento del copiloto, moviendo frenéticamente una mano de adelante a atrás.

Eunchae sale disparada de mano de su madre, corriendo sobre sus pequeños zapatos negros hasta la van. Chaewon la observa con los ojos aguados, y el corazón estrujado preguntándose ¿Cuando creció tanto su bebé?

——————[♡]——————

Dos meses después.

—¡Cuidado, Chaewon!

Entre risas torpes, la menor se disculpa con Hyewon, a quien casi hace tropezar con una bandeja llena de comida rumbo al comedor principal. La mujer le da un pequeño puntapié, sin tocarla siquiera y Chaewon corre por su vida escondiéndose detrás de la barra de la cocina.

Su madre arregla por novena vez las flores en la mesa, moviéndose alrededor con insistentes pasitos mientras Eunchae acomoda los cubiertos en los asientos. Hace una semana que mudó su primer diente y el mismo día le dio una fiebre terrible por jugar en la lluvia; de todo aquello sucedieron dos cosas importantes: tiene un hueco entre los dientes que silba cuando pronuncia la "s" y creció por lo menos tres centímetros.

"Es normal cariño, los niños crecen cuando les da fiebre" dijo su madre al verla claramente consternada de cómo su hija de seis años de pronto había llegado a la altura de 1.25 cm sin aviso previo. El pediatra le tomó medidas y Eunchae marcó el cuello de la jirafa en la pared ¡El cuello! No podía estar creciendo tan rápido, si apenas dos meses antes salió del Kinder, si todavía faltaban dos días para que entrara a la primaria ¡Debía dejar de crecer así!

—¿Qué te preocupa?— un suave beso es depositado en su mejilla y las finas manos de Sakura rodean su pecho, entrelazados sus dedos como un cinturón al rededor de Chaewon. —Llevas mucho tiempo mirando al vacío.

Chaewon espabila, escuchando a su novia a su espalda y sintiendo su abrazo consolador. Deja ir la cabeza hacia atrás, encontrando la naricita de Sakura entre su cabello y una risa tonta las ataca a ambas. —Pienso en Eun, cada día está más grande... Parece que ayer fue cuando la vestimos de Hanbok para la feria.

Una novia para mamá | ssamkkura ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora