Es una fiesta... insólita.
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YeonJun asiste a una fiesta, de la cual no tenía ni la más mínima idea, únicamente porque su crush, SooBin, lo invita.
TaeHyun va también para olvidar por un momento al chico del que está enamorado, BeomG...
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—Acompañarme, claro.
Por su lado, YeonJun escucha cómo alguien detrás de él habla justo sobre su oreja, poniendo a prueba la capacidad de su joven corazón con ese susto de muerte; no obstante, antes de poder hacer algo para averiguar de quién es la voz distorsionada que no reconoce debido al ruido de los murmullos y la música a su alrededor, unas grandes manos se posan en su cadera y empiezan a empujarlo hacia el centro del espacio vacío que el gentío deja a ese par de exhibicionistas.
—¡¿Pero qué...?!
Sus esfuerzos por detenerse solamente causan que se tropiece con el pie de alguien de la multitud, pero las manos que lo mantenían preso se apresuran a rodear su cintura para evitar que su cara salude de cerca al suelo. Por lo menos, algo tiene que agradecerle al desconocido, pero, esta vez, tampoco le da tiempo a reaccionar, pues, al instante, un fuerte pecho se une a su espalda de inmediato. Sintiendo cómo su espacio personal es vulnerado por completo, YeonJun, exaltado, siente el impulso de girarse para encarar a quien sea que esté tratando de exponerlo a la vergonzosa escena frente a él; sin embargo, su intento ni siquiera se concreta porque, apenas intenta hacerlo, a su nariz llega el delicioso aroma de un perfume familiar, un oler reconocible incluso por encima del montón de particulares humores entre el gentío.
La lucha que hacía para deshacerse del agarre del extraño cesa y, antes de asimilar lo que está pasando, ya está avanzando de nuevo. Sus pies apenas colaboran en no hacerlo tropezar, aunque la generosa ayuda del chico detrás de él sosteniéndolo con firmeza es lo que maneja, prácticamente, todos sus movimientos a su antojo.
A cada centímetro que se adelanta entre la gente, YeonJun se obliga a salir de su mente y pensar con más racionalidad. No quiere dejarse llevar por una ilusión aleatoria, aunque es precisamente lo que está haciendo al permitirse ser guiado por la persona detrás de él, de cuya identidad todavía no está completamente seguro. Pese a que el aroma que percibe ahora mucho más cerca está fresco en su memoria debido a que lo olió hasta hace un par de minutos, en realidad, podría ser cualquier persona con el mismo perfume.
Empero, sin saber exactamente por qué, YeonJun realmente quiere creer que no está loco y quien está detrás de él es la persona que él espera, pero supone vagamente que se debe a que eso le brindaría un poco de la calma que acaba de perder de golpe. Por tanto, pese a la extraña situación en la que se encuentra, con el corazón en la boca y una extraña esperanza creciendo en él, gira el rostro para descartar todas sus especulaciones, y quiere llorar de puro alivio cuando confirma que sus sospechas son acertadas y ve el apuesto rostro de SooBin justo encima de su hombro.
Agradecido de que no haya estado dejándose arrastrar por un pervertido al azar, YeonJun se permite relajarse un poco por un momento, disfrutando de la magnífica forma en la que SooBin hunde los dedos en su cadera, considerando que cualquier contacto con él es digno de celebrar; sin embargo, cuando dejan de caminar, se obliga a centrarse y la confusión llena sus facciones nuevamente, sobre todo porque la sonrisa jocosa que SooBin le dedica ante su mirada anonadada le recuerda que la situación no es la más adecuada para babear por su, al parecer, no tan inalcanzable amor.
