Kim Jennie era dueña de una empresa de vinos en la gran ciudad como lo era Seúl, esa empresa la había fundado su bisabuelo, pasó a manos de su abuelo, después a su papá y por último a ella. Era la primera mujer al mando y eso la hacía sentir orgullo...
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Lisa's POV
—Suelta ya toda la mierda que te has guardado—tomé una larga respiración al escucharla decirme, deje de mirar a Lily dormir para después girar hacia ella quien estaba de pie frente a mí con sus brazos cruzados—. Dime todo de una vez por todas, ¿por qué te acercaste a mí?
—Hace cinco años, te vi por primera vez—comencé a decir, ella frunció el ceño al escucharme—. Fue aquella vez que saliste con Kai a un bar cerca de su casa.
Su mirada bajo hacia la alfombra procesando lo que le había dicho, cerré mis ojos unos segundos recordando la primera vez que mis ojos se fijaron en ella.
Cinco años atrás...
—Dame un whisky—ordené al barman privado que tenía en mi sala vip de este bar, me senté en la barra abriendo mi saco y viendo desde mi lugar a Rosé tirándose una chica que vio desde aquí arriba, no dudo en pedir que la trajeran y ella al ver la sala vip y claramente ver a quien estaba interesada en ella, decidió seguir el coqueteo de Rosé hasta terminar en el sofá sobre el regazo de mi amiga y besándose como si no hubiera un mañana.
Rodé los ojos al ver como Rosé le manoseaba el trasero a su antojo, solté un suspiro tomando el vaso de whisky que me había dejado el barman y me puse de pie moviendo mi cabeza de un lado a otro para quitar el estrés, por suerte, estos días tendría un pequeño descanso porque ya no tenía la presión ni el estrés por la junta que tuve hoy, hoy por fin el jefe de la mafia china había cerrado el trato conmigo. Sabía que la semana entrante tenía una nueva junta pero ahora con las dueñas de la mafia japonesa.
Di un sorbo a mi whisky acercándome a la ventana que me daba una vista perfecta hacia el lugar, desde aquí veía a todos bailar la música que el DJ tocaba esta noche, las mujeres disfrutaban pegándose unas a otras, disfrutando de ganarse varias miradas de hombres, claramente mujeres que iban por eso esa noche, otras simplemente ignoraban que había hombres y disfrutaban entre ellas.
Ya me estaba aburriendo de mirar a todos disfrutar, cuando una pareja apenas entrando llamó mi atención, mis ojos fueron directamente a ella, su pequeño cuerpo pegado a aquel vestido negro que le llegaba hasta los muslos y dejaban al descubierto su espalda, tacones que la hacían agarrarse fuertemente del antebrazo de aquel chico pelinegro. Di de nuevo un sorbo imaginándome aquella chica debajo de mí, su cuerpo sudoroso mientras rogaba que le diera más duro, sus dedos y uñas enterrándose en mi espalda mientras la suya se arqueaba por el placer que le puedo provocar, sus labios, que desde aquí no podía ver muy bien, pidiéndome besarlos.
Tomé una larga respiración dándole el último sorbo a mi whisky para después darme la vuelta, dejarlo en la mesa y caminar hacia la puerta.
—¿Lisa?—escuché a Rosé hablarme pero no me detuve.
—Vuelvo enseguida—mencioné saliendo de la sala vip y caminando hacia las escaleras para poder bajar hacia el lugar, la música llegó a mi oídos mientras esquivaba la gente e ignoraba a las chicas que se me insinuaban, busqué por todo el lugar a la chica hasta que la encontré en la barra junto a el pelinegro, vi que él le decía algo al oído antes de desaparecer a lo creí era el baño, me recargué en el muro que estaba detrás de mi y guardé las manos en mis bolsillos sin apartar mi mirada de ella.
