Sex secret/2yeon (G!P) (Adaptación)

Capítulo 21

Narra Nayeon

La familia con la que mis padres iban a negociar, era muy amable y divertida. Tenían un hijo de veinte años. Benicio Gutierrez, era muy apuesto y divertido. ¿Para que negarlo? Pero a pesar, de sonreír con cada chiste que decía, me sentía mal por dentro. No me gustaba estar enojada con Jeongyeon, no con ella… 

La cena había terminado, y nos habíamos despedido de la familia Gutierrez. Benicio me había dado el número de su teléfono, y viceversa. Habíamos llegado a casa, y realmente estaba cansada. 

Me quité los zapatos dejándolos en el baño, luego me recogí el cabello en una cebolla alta y me puse una linda pijama negra. Levanté las colchas y me zambullí en ellas, cayendo en un sueño profundo.

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—¡Nayeon! ¡Despierta!—escuché como me susurraban, negué con la cabeza sin abrir los ojos. Escuché murmullos, luego comenzaron a mover la cama.

—¡Mierda!—grité destapándome la cara, abrí mis ojos y miré incrédula—¿Lisa? ¿Jennie? ¿Qué chingados están haciendo en mi habitación?—sus rostros me miraban preocupados. 

—Entramos por la ventana, pero eso no es lo importante—dijo Jennie acercándose a mi.

—¿Entonces que lo es?—pregunté confundida.

—Jeongyeon—mi corazón comenzó a latir rápidamente—No sabemos nada de ella. No sabemos donde está—alargó Jennie.

—¿Cómo mierda no van a saber?—dije levantándome bruscamente, caminé hasta mi armario y saqué unas cuantas prendas de ropa—Se suponía que estaría con ustedes en Hot ¿no?—pregunté, mientras entraba al baño.

—Si, pero supimos de su pelea, entonces fuimos a el restaurante donde estaban tus padres y tú, a buscarte—Jennie hablaba rápido mientras tartamudeaba—ella dijo, que te estabas divirtiendo con un cabrón, luego me pidió que nos fuésemos y así lo hicimos. Mierda, Nayeon la hubieses visto, echaba furia por los ojos. Nos estacionamos en un lugar y sin decir nada, se bajó y comenzó a correr. Luego desapareció de nuestras vistas, cuando tratábamos de alcanzarla fue demasiado tarde. No sabemos donde está, apagó su celular y pensamos que estaba contigo, pero veo que no.

—Obvio que no ¿Qué horas son?—pregunté, mientras me cepillaba los dientes.

—Dos de la mañana—me contestó Lisa—No sé a donde carajos, pudo haber ido. Pero pongo las manos al fuego, a que debe haber hecho alguna tontería.

—Mierda, mil veces mierda—dije entre dientes—Vamos a buscarla, rápido—les dije, mis manos ya estaban temblando, y mi corazón amenazaba con salirse de su lugar. Si le pasaba algo a Jeongyeon, no me lo perdonaría nunca. 

Salimos de casa, y nos subimos en el auto de Lisa. El silencio incómodo se hizo presente. Las tres sabíamos que Jeongyeon podía hacer cualquier estupidez. 

—¿Opciones donde pueda estar?—pregunté.

—Quizás, esté en Hot—dijo Lisa.

—Bien, vamos a Hot—le dije, Lisa aumentó la velocidad. Parecía nerviosa, en realidad lo estaba. Las tres lo estábamos. En cuestión de segundos, estábamos afuera del local, el cual aún estaba llenísimo de gente—Yo bajo, ustedes quédense aquí—les ordené.

—No, yo voy contigo. Nayeon, ahí hay muchos hombres borrachos, podrían agarrarte—me dijo Lisa desabrochando el cinturón de seguridad. 

—¡No, Lisa quédate aquí!—le grité, pero ella ya había bajado.

—¡Mierda, Nayeon, te pueden hacer algo!—me gritó, suspiré y la miré varios segundos.

—Bien—dije rendida. 

Entramos a Hot, y tomé la mano de Lisa para no perderla. Entramos con dificultad. Olía demasiado fuerte. Alcohol, mezclado con cigarrillo y fornicación. Lisa me jaló hacia un lado evitando que chocara con una pareja, fuimos a donde estaba el DJ, y Lisa le dijo algunas palabras, el DJ negó, y Lisa me miró, se acercó a mi oído y me susurró:

—Jeongyeon no ha venido por aquí.

—¿Cómo lo sabes?

—Óscar, la conoce. Dice que no la ha visto—suspiré, y de nuevo comenzamos a caminar hacia afuera.

Las horas pasaban, y aún no podíamos encontrar a Jeongyeon y para colmo había empezado a llover. Buscamos en los parques más famosos, cerca de su casa. Cerca de mi casa, en la escuela, restaurantes. Prácticamente en toda la ciudad, y aún así no la podíamos encontrar. Me sentía culpable, y tonta. Si le pasaba algo, sería todo por mi culpa. 

—Será mejor, que nos vayamos a casa—dijo Lisa.

—¡No, no podemos!—intervine. 

—Nayeon, son casi las seis de la mañana…

—No, Lisa, no descansaré hasta volver a ver a Jeongyeon. 

—Bien, entonces mojémonos la cara al menos—dijo Jennie, haciéndome recordar algo.

—¡Espera!—dije pensando. “Mojémonos” “Mojar” “Agua” “Mar”—¡Ya sé donde está!—grité sonriendo.