- ¡alex! ¿estás bien? - pregunto su hermano yendo con rapidez, su hermano se queja por el dolor en su espalda y cabeza. - pendejo.
- perdón, es que sentí como todo daba vueltas, no lo pude evitar. - se disculpó, recibiendo un asentimiento de max.
- pensé que te había pasado algo peor... - los tres estuvieron en un largo silencio cuando el teléfono de max empezó a escucharse. - ¿hola?
- ¡hola, cariño!
- mamá, ¿qué pasa?
- nada, solo que... ugh, tardaremos más de lo acordado, ¿les molesta?
- ¡para nada, ma! ¿hay comida o algo?
- por eso te estaba llamando, lukas no atendía, y no se porque... en fin, tú o lukas tendrán que ir a comprar para comer, ¿de acuerdo? no hablen con extraños, por favor.
- ¡por supuesto! ¡bueno ma, nos vemos!
- adiós cariño!
max tiro el móvil a su cama, al lado de alex, este temblaba mirando a lukas, este igual le dirigía la mirada pero de una forma tan morbosa.
- mm... iré yo a comprar, ¿okey? lukas cuida a alex por mi. - súplica poniéndose un abrigo.
- ¿puedo ir contigo? por favor. - hizo un puchero mientras dejaba salir lagunas lágrimas, ahora mismo max tiene preguntas sin respuestas.
- lo siento alex, apenas y me puedo cuidar a mi crees que puedo cuidar a dos, la próxima. - sonrió despacio, el menor negó con la cabeza.
- no por favor, me voy a portar bien, lo-lo juro... por favor ma-
- deja a max tranquilo. - la vos gruesa de lukas se escuchó, dejando en completo silencio reinar en la habitación del mencionado. - max ve, yo me quedó.
- gracias. - le susurró saliendo de la habitación para poder agarrar las llaves e ir a comprar algo para la noche.
varios minutos después, al no ver obstáculo, lukas giro su cabeza para mirar a alex, este soltaba muchas lágrimas, tantas que su vista se nublo.
- hora de jugar... - hablo acercándose a pasos sigilosos.
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