Veintiuno

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El proceso de ser tíos debe ser difícil ¿Cierto?

Chuuya y Dazai lo saben perfectamente.

— ¿ATSUSHI QUÉ? — Chuuya escupió el café que estaba tomando y se paró rápidamente de su escritorio —. JÚRAMELO AKUTAGAWA RYŪNOSUKE.

— S-Se lo juro, Chuuya-San, Gin ya lo sabe, Atsushi quedó en que se lo diría a Dazai-san.. — Ryūnosuke estaba nervioso, no sabía que diría su superior —.

El hecho de ser padre iba a ser un proceso muy difícil, Chuuya lo sabía porque vio muchas películas así, por ejemplo, si el bebé nacía con alguna enfermedad sería más difícil, pero aún así su padre está igual de jodido, Ryu tiene pulmonía.

Chuuya suspiro y puso sus manos en los hombros de su subordinado, el ser un Mafioso y encima ser padre es un suicidio para el bebé, Mori seguro tomaría pertenencia de él rápido, solo que aquí había una ventaja. La madre era de la agencia. Eso lo dejaba en un 50-50, también debían ver donde vivirían, definitivamente en el departamento del chico tigre no, sería el el de Ryu, es muy grande, hay espacio para un bebé y aún sobraría.

El pelirrojo quería mucho a Ryu, por lo que eso lo denominaba como el tío del bebé, le hacía ilusión, aunque también lo confundía ya que los hombres no pueden preñarse, solo que Atsushi era como un animal, entonces le encontraba algo de sentido. 

— Muy bien Ryu, cuenta al 100% con mi apoyo, si un día quieres decírselo al jefe llámame y se lo diremos juntos. — Chuuya sonrió y se sentó en el borde de su escritorio —. Deberás reforzar tu sentido de la responsabilidad aún más, cualquier duda pregúntale a Ane-san, ella es experta en cuidar niños.

Durante los primeros dos meses todo iba muy bien, Mori se lo tomó mal al principio ya que no podría tomar posesión del bebé, pero al ver a Elise ten feliz lo dejo pasar. Ryu ni trabajaría por un tiempo ya que debía estar con Atsushi siempre, viendo que come y como reacciona ante la comida que consume.

Ahora se encontraban en el apartamento del mayor de los hermanos Akutagawa, Dazai y Chuuya estaban en La cocina discutiendo, a ellos les habían dejado la tarea de decorar la habitación del bebé.

— LOS COLORES NO TIENEN GÉNERO, IDIOTA. — Chuuya apretó sus puños molestó por la insistencia de su pareja —. ENTIÉNDELO YA.

— SI ES NIÑA SERÁ ROSA Y SI ES NIÑO SERÁ AZUL. — Dazai sabía perfectamente que los colores no tienen género, pero le encanta fastidiar a Chuuya.

Gin preparaba el Chazuke de Atsushi en la cocina, no lo había pedido pero sabía perfectamente que era su comida favorita en todo el mundo, seguro se alegraría de comerlo.

Al terminar de prepararlo fue hacia la habitación donde Atsushi reposaba sobre la cabecera de la cama y Ryu tenía su cabeza sobre el regazo de su novio.

— ¡Aquí está tu comida, disfrútala Atsushi-Kun! La preparé con mucho amor. — Gin acercó el plato y Atsushi no tardó en alejarlo.

— Que asco, no quiero eso. — El Albino sacó levemente la lengua y miró hacia la dirección contraria al plato de comida.

Cabe aclarar que Atsushi se había vuelto un poco grosero.

Gin se sintió mal, pero Ryu le hizo una señal de que no se preocupara, no era ella, si no que los gustos de Atsushi habían cambiado.

Los embarazos masculinos duraban 6 meses, por lo que tenían menos tiempo para planear las cosas. Dazai le había prometido a Atsushi que lo cuidaría en ese tiempo más que a cualquier cosa en el mundo, ya que los embarazos masculinos pegan más fuerte y apuradamente pueden caminar.

20 razones por las que me casé con Chuuya // SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora