Enamorada de un mortal

Observación

-Hera estaba rodeada de sus cuervos, se veía feliz ¿pero dónde estaba su esposo Zeus? Eso la desanimaba y la llenaba de ira... ella sabía, sabía que Zeus estaba en la tierra jugueteando con alguna mortal al igual que algunos de sus bastardos como Apolo.

Hera: Eres un desgraciado Zeus—fruncía el ceño—no te importa que sea leal a ti.

-Hera se asoma a la tierra, estaba aburrida... el tiempo había pasado y la raza humana avanzaba, en cultura, creencia, tecnología, etc...

Hera: Los humanos ya no nos veneran, y porque lo harían... las jugarretas de Zeus nos convirtieron en una burla y en un chiste... y no creo que nos vuelvan a temer.

-Hera regresa afligida con sus cuervos, en tanto en la tierra había un hombre llamado Fernando que no era la gran cosa, nunca ha hecho algo que lo haga de un nombre entre los demás, siempre había sido rechazado por las chicas y tenía solo un empleo como portero de una mini tienda.

-Casi todo el día divagaba en sus pensamientos, fantaseando, durmiendo despierto... se distraía mucho que se le pasaban algunas cosas por alto y su pánico escénico no le ayudaba, sin embargo los jefes que llego a tener llegaban a quererlo y cuando le llamaban la atención lo hacían de forma moderada y apartado de los otros empleados, no como en un principio cuando no lo conocían.

Fernando: Ok.

-Fernando suspira, había salido de su empleo y como todos los días se iba caminando de regreso a su casa, que estaba bien lejos... no ganaba mucho y lo que ganaba se lo gastaba en comida, así que pocas veces iba en bus.

-Cuando iba a su casa solo caminaba, porque cuando corría o trotaba era detenido por oficiales que solo le quitaban tiempo, ya tenía suficiente con los traumas de su pasado... y si no eran los oficiales los que lo detenían a veces tenía problemas con los vecinos que le buscaban pleito o lo acusaban de cosas que no hizo, mientras iba de regreso a su casa su mente divagaba como siempre.

Fernando: Bien ya estoy en casa—saca sus llaves y abre—ahora.

-Fernando entra a su casa y como siempre solo comia y se sentaba en la computadora escribir y a ver películas y pensar en las cosas que le sucedieron en el pasado y que ojala hubiera hecho las cosas de un modo distinto.

Fernando: Los que desean la muerte no mueren y los que huyen de ella son los que mueren... yo quisiera estar muerto.

(En el Olimpo)

Hera: ¿Dónde estabas?—le pregunta a Zeus el cual acababa de llegar.

Zeus: Pues... con Poseidón, arreglando algunos asuntos en el mar.

-Hera sabía que mentía ¿Qué asuntos arreglarían en el mar? Más bien andaban con alguna idiota que solo se dejaban llevar por las apariencias de los hombres y nunca veían a tiempo el hombre que era bueno en realidad, el que valía la pena...

Hera: ¿Esa es tu respuesta?

Zeus: Cariño, te dijo la verdad—intenta abrazarla, pero Hera no lo deja.

Hera: No me toques, no estoy de humor—Hera se va.

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Ares: Mi padre siempre ha sabido cómo hacerte enojar.

Hera: Y tu buscas una guerra entre nosotros, para que asi crezca tu poder y ser el dios más fuerte del Olimpo.

Ares: Solo digo que deberías hacerle lo mismo, siempre se ha creído el más grande, pero la verdad es que es un imbécil jugueteando en la tierra con las mujeres al igual que Apolo... tu eres la que le recuerda a los otros dioses lo grandioso que fue en el pasado. Pero ya no más madre.