Verdad

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Hera: ¿Qué quieres?

Deméter: Solamente tuve curiosidad sobre lo que haces... tanto que criticábamos a Zeus por bajar a jugar a la tierra cuando tú estás haciendo lo mismo.

Hera: Esto no es asunto tuyo.

Deméter: No me malentiendas, no estoy de parte de Zeus y lo sabes... pera ya en serio detener el tiempo enojara a los que estan por encima de nosotros.

Hera: Tenemos algo de tiempo ¿Qué quieres?

Deméter: ¿Te gusta?—mira a Fernando.

Hera: Eso no es asunto tuyo—la mira enojada de brazos cruzados.

Deméter: Entonces si te gusta... no tienes por qué mirarme tan feo, no soy tu enemiga. Guardare el secreto... pero ten cuidado, Zeus iba a buscarte, pero se fue a hacer otra cosa... sera mejor que regreses.

Hera: ¡Ese maldito!

-El tiempo empieza correr de nuevo, Fernando tuvo un ligero reseteo mental... por un momento ambas mujeres estaban en una posición poniéndolo nervioso, y de pronto asi no más estaban en otra posición y todo estaba tranquilo... sintió mucho alivio y miro a Hera que parecía triste, pero le sonrie sinceramente.

Hera: Fer... ella es mi hermana.

Deméter: Es un placer—se dan la mano.

Hera: Oye, ya me tengo que ir... pero nos veremos después—un auto se detiene.

Fernando: Lindo auto.

Deméter: Vamos hermana.

-Hera se despide de Fernando con un beso cerca de los labios... pero ese no era un beso como cualquiera, Fernando creyó que se volvía loco, pero ese beso le pareció ¿celestial? No como el que tuvo en su sueño... vio como el auto se fue y le no prestó atención al conductor que parecía como un muñeco gigante.

Fernando: ¿Qué habrá sido eso? Parece que me perdí parte de la realidad.

-Fernando se fue a su trabajo y el día paso normal, en tanto en el Olimpo Hera estaba en su lugar con sus cuervos, pero tenía la mirada perdida... pensaba en Fernando... su esposo Zeus la buscaba para nada solo era para saber que estaba en el panteón, él solo la ignora y sigue con lo suyo... pero como andaba rondando por el Olimpo tuvo que ser precavida, lo vio con su sonrisa arrogante hiendo de acá para allá... sabía que a su lado no sería feliz Zeus solo le ha amargado su eterna vida.... Pensaba en matarlo o en matarse ella, solo soltó una lagrima y se la limpio rápido no iba a llorar por Zeus.

Hera: No vale la pena, ya no más.

-Hera desvía la mirada hacia la tierra, sin pensarlo su visión fue directo hacia Fernando... ella solo se quedó viendo subiré esa colina con un largo camino, por ese momento sonrió y quería bajar, pero eso no podía suceder mientras estuviera vigilada por Zeus, aún no tanto... en realidad él no le prestaba mucha atención aún asi tenía que ser muy precavida para no meter en problemas a Fernando.

-Con algo de su poder mantuvo el paso de Fernando seguro hasta su casa ya que es camino era peligroso, en su interior quería tomarlo entre sus brazos... pero algo más le había provocado y era que no quería acercársele con mentiras, pero tampoco podía ir y decirle que ella era una diosa del Olimpo hija del Titán Cronuz. Para ella Fernando no era más que un niño pequeño, un ser frágil e insignificante que solo vivía porque los dioses otorgaban tanto a buenos como a malos... el aire, la las aguas, etc...

-Hera caminada de un lugar a otro, hasta llego a murmurar ciertas cosas, se sujetaba las manos y ni siquiera estaba pendiente de sus cuervos... se asomaba a la tierra y desviaba la vista varias veces, no sabía si abalanzarse a la tierra o quedarse a lanzar las cosas de un lugar a otro porque no tenía nada que hacer, mientras estaba en sus dudas una de sus hermanas le habla y Hera se detiene.

Enamorada de un mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora