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SeHun estaba tan confundido como no recordaba haberlo estado jamás. ChanYeol lo había fascinado desde el instante en el que había visto al hombre, y había pensado que reclamarlo aliviaría su fascinación. En su lugar, sólo crecía con cada momento que pasaba.

Tocar la suave y sedosa piel del hombre sólo había hecho que SeHun quisiera tocar más. Pensar en follarse ese apretado culo sólo lo hacía pensar en querer hacerlo una y otra vez. Todo sobre ChanYeol hacía que quisiera más.

No se suponía que funcionaría de esa manera. SeHun se había mantenido siempre al margen de sus sumisos. Oh, les había dado un buen rato, conocía sus necesidades, y les había dado la experiencia de la sumisión de sus sueños, pero nunca estuvo emocionalmente involucrado.

Involucrarse emocionalmente con un sum era una línea que no quería cruzar. Porque implicaba pasar el control del Dom al sum, y SeHun necesitaba el control. Estaría perdido sin él.

Era un peligro sin su auto disciplina.

SeHun necesitaba recuperar su perspectiva y poner un poco de distancia emocional entre ChanYeol y él. Se estaba involucrado demasiado y eso sólo podría conducir a una mayor pérdida de control de su parte. Sólo empeoraría a medida que pasaran los días y al final de la semana dolería.

Mirar cómo Daewon golpeaba sus dedos en la mejilla de ChanYeol casi lo envía al borde. Había querido rasgar al hombre en diminutos pedazos. Había querido estampar su reclamación de propiedad sobre ChanYeol para que todos lo vieran.

Quería que le perteneciera a él y sólo a él.

SeHun suspiró profundamente mientras se daba cuenta que ese era su objetivo final. Él quería estar con ChanYeol, ahora y después de que su semana hubiera terminado. «¿Y cómo demonios había sucedido eso?», se preguntó a sí mismo.

Nunca había sentido interés a largo plazo por un sumiso. Le gustaba jugar en la escena. Le gustaba tener un sumiso diferente todo el tiempo. Nunca había querido atarse a un solo hombre. SeHun pensó una vez o dos veces que podría haber conocido a alguien que le intrigara durante unas cuantas escenas, pero ese interés pronto se desvaneció, y se trasladó al siguiente sum.

Él nunca miró hacia atrás o lamentó dejar ir a un sum.

Muchas personas, incluyendo algunos de los Dom, pensaban que SeHun era frío e insensible, y lo sabía. No le importaba ya que nunca había conocido a nadie que lo fascinara lo suficiente como para bajar los muros que había construido en torno a sí mismo debido a su necesidad de control.

Sin embargo, la idea de que ChanYeol firmara un contrato con cualquier otro Dom, le daban ganas de gritar de rabia. Lo miró y vio al hombre sentado en silencio, con la cabeza vuelta hacia la ventana. No se veía como si tuviera una sola preocupación en el mundo, pero SeHun podía sentir sus dedos rozando la tela de sus pantalones. El gesto parecía tímido y nervioso. ¿Estaba ansioso por algo así? SeHun puso su mano sobre la de ChanYeol, acariciando la suave piel de sus dedos.

—¿Te sientes bien, ángel?

—Sí, Maestro.

—Gira la cabeza hacia mí, ángel. Me gusta mirarte.

El rostro de ChanYeol se sonrojó cuando se volvió hacia él.

SeHun sonrió y se inclinó para acariciar con su mano la mejilla de ChanYeol. —Tan hermoso rostro.

—Gracias, Maestro.

SeHun sonrió y se recostó en su asiento. Observó atentamente a ChanYeol, con ganas de ver cada respuesta del hombre. —¿Qué tipo de cosas te gustan, ángel, floggers, paletas, restricciones?

𝚜𝚞𝚖 𝚙𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝𝚘 || 𝐬𝐞𝐲𝐞𝐨𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora