Epilogo - One-Shot.

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Donde todo empezó.

Dentro de la moderna Ciudad Capital, una niña de ojos azules y cabello azabache se encontraba en el corazón de la urbe. Mira, de tan solo cuatro años de edad, contemplaba maravillada las seis estatuas imponentes que rodeaban la torre del gobernador. A su lado se encontraba su padrino, el formidable y enigmático Thrawn.

—Te gustan, ¿verdad? Son una verdadera obra de arte —comentó Thrawn, admirando las estatuas junto a su ahijada—. Pero ya es tarde, Mira. Debemos irnos a casa.

La niña se volteó hacia él con ojos llenos de emoción y una expresión de descontento en su rostro.

—¡Claro que no! ¡He esperado todo el día para estar aquí! —exclamó con entusiasmo, su largo cabello azul y puntiagudo ondeando con cada palabra que pronunciaba—. Voy a hacer la mejor broma que se haya visto.

Thrawn frunció el ceño, preocupado por las intenciones de su ahijada. Sabía que las estatuas representaban a los Protectores de Lothal y simbolizaban la memoria de sus padres, abuelos y ancestros. Intentar jugar una broma a expensas de ese legado no era algo que él considerara apropiado.

—Mira, eso no está bien. Debes tener más respeto hacia los Protectores de Lothal. Intentar vandalizar nuevamente las estatuas de tus padres solo te traerá problemas —le advirtió Thrawn con voz serena—. Además, hoy es la reunión del Consejo Jedi y habrá mucha seguridad en la zona. Hacer algo así no es digno de una Jedi.

La mirada de Mira reflejó una chispa de desafío, mientras sostenía la mirada de su padrino.

—Tío Thrawn, justamente por eso. Una verdadera Jedi es capaz de hacer una broma sin ser descubierta por el enemigo —respondió con convicción.

Thrawn quedó sorprendido ante la respuesta inteligente de la pequeña. Admiraba su determinación y astucia.

Antes de que Thrawn pudiera continuar, un grupo escolar de niños llegó al monumento de las estatuas, interrumpiendo la conversación. Entre ellos, se encontraba un hombre conocido del pasado imperial de Thrawn: el antiguo Teniente Yogar Lyste. Después de pasar meses en la prisión imperial de Lothal, Lyste fue liberado por el Quinto Gobernador, Ryder Azadi, quien le dio una segunda oportunidad en la vida. Ahora, trabajaba como maestro en la academia escolar de Lothal, entreteniendo a los niños con sus trucos de magia.

—¡Miren, niños! Es el Comandante Thrawn —exclamó Lyste, señalando a Thrawn con entusiasmo—. Él fue un importante oficial imperial, pero ahora ha sido redimido y trabaja junto a los Jedi para proteger Lothal y la galaxia.

Thrawn se acercó a Lyste y le habló en voz baja, tratando de mantener su perfil bajo.

—Gracias por tus palabras, Lyste, pero lo que hice y lo que estoy haciendo con los Jedi es información clasificada. Por favor, continúa con tu clase y no me involucres más de lo necesario —le pidió Thrawn.

—Por supuesto... —susurró Lyste, asintiendo comprensivamente. Volvió a su clase y continuó explicando la importancia de las estatuas a los niños.

Thrawn, con una mezcla de alivio y preocupación, se volvió para buscar a Mira, pero para su sorpresa, ya no estaba allí. El pánico lo invadió rápidamente, y comenzó a buscar apresuradamente a la niña por todo el lugar. Temía la reacción de su madre. Su mente se llenó de imágenes de una versión adulta de Mira, una mandaloriana con aterradora y una sonrisa psicópata que lo juzgaba por perder a su ahijada.

A medida que la búsqueda continuaba, Thrawn se preguntaba qué travesura había planeado Mira y qué consecuencias podría tener. Sin embargo, estaba decidido a encontrarla y asegurarse de que estuviera a salvo antes de enfrentar cualquier consecuencia mortal para su vida.

Star Wars Rebels: Epilogo - (SWR - Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora