Parte 4

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Respira.

Su cabeza es de plomo.

- Llegamos.

Inhala una bocanada de aire frío una vez baja, sus piernas se siente débiles y piensa en que hizo bien en traer su chaqueta, la temperatura era aún más baja en zonas de campo. Frota sus palmas en sus hombros recobrando un poco el sentido, Optimus había encendido la calefacción y sabe que dormitó en algún momento, la realidad lo trae de golpe en forma de helada. 

- Aquí...

Se percata lentamente en dónde están, la hierba seca y el paisaje nocturno hacen que su pecho se apriete un poco, gira mirando como él se acerca ya con su forma de autobot de origen. Optimus se sienta a su lado admirado el cielo estrellado.

- Sí, aquí fue donde finalizamos nuestra misión. Aún recuerdo ese tiempo...- tal vez Optimus no se da cuenta del tono suave que usa, mira de reojo  en su dirección y él opta por asentir mientras se sigue apretando en sí mismo, manos en sus bolsillos.

- Fueron trágicos y geniales tiempos, Prime. - Se anima a declarar, era un cincuenta por cierto cierto, aunque los gritos de Prime volvieron como la toma de varias fotos con flash, parpadea alejando sus pensamientos en cuanto Optimus acerca su mano a él.

- ¿Qué tienes, Sam? 

Por dónde empezar.

A medida que se sienta en la mano de Optimus y este lo eleva, observa su mente de cierta forma, llena de caos y pesadillas, llenas de un sentimiento desagradable que le hace sudar hielo por las noches. La mano se detiene justo en frente del rostro del autobot, recorre con su mirada las piezas que forman su rostro, lineas firmes y plateadas acompañadas de un par de ojos celestes. 

Simplemente se queda allí, desconectado de su entorno, mientras sus brazos se aferran al pulgar de Optimus y su rostro se apoya en el extremo del mismo. Optimus por su lado, pacientemente como un adulto con demasiada experiencia, espera que el chico hable y mueva su boca en algún momento más que tenerla en una fina linea.

Sam entonces conecta su mirada y habla.

Optimus admiró una vez más los destellos brillantes del cielo, aquél manto oscuro cambia pieles donde no puede evitar perderse cada vez que puede. Una maravilla comparándolo de dónde él viene, allí donde los cielos son una mezcla de colores y soles, calan sus sentidos de manera abrumadora, pero este planeta tiene uno solo. 

Uno al cual admirar con toda su atención y no cansarte de hacerlo siquiera un poco.

Si debiera de admitir, su parte favorita es el anochecer, una sola luna brillante y firme, acompañado de estrellas pequeñas y sutiles. 

Entonces baja su mirada a Sam aún recargado en su mano, apretando con sus pequeñas manos el dorso de su dedo pulgar. El chico tiene un rastro nuevo de lágrimas en su rostro, admira el cielo estrellado tanto como él lo hacia hace unos segundos, acurrucado en sí mismo. 

- Quiero estar contigo...-  Sam murmura.

Sam voltea a él con un color menos rojizo en su mejillas que minutos antes, donde sus lágrimas habían caído copiosamente mientras su cuerpo temblaba de miedo y rabia. Él lo entiende, claro que lo entiende. Comparten el mismo miedo. 

Levanta su mano libre y la acerca a su rostro, rozando con su índice casi de forma fantasmal el rostro del chico que se recarga en él.

"Tengo miedo, vi tu muerte tantas veces..."

Ve a Sam, lo siente en lo más profundo de su pecho. Algo que aún no tiene nombre se forma a su alrededor, algo que los vincula, algo suave y tierno.

Desea abrazarlo, desea apretarlo en su cuerpo para prometerle que todo estará bien. 

Pero no puede, sus especies lo impiden, lo limitan.

Decide entonces ver los orbes cristalinos de Sam bajo la luna, bajo su cuidado e intenta demostrar con sólo su mirada que está bien.

- Siempre estaré contigo, Sam. Así los planetas me lo impidan, buscaré la forma de estar aquí.

Señala el pecho del humano y este ríe, por primera vez en mucho tiempo, ríe ligeramente mientras toca con una de sus palmas su dedo y alza su mirada para asentir a él. 

Optimus entonces siente una presión en su pecho y parpadea, no cree que pueda llorar, pero el característico sentimiento de angustia se presenta en él.

- Estoy aquí contigo, soy fuerte Sam, tú lo eres y a pesar de que sé que estarás bien, no puedo evitar pensar en las probabilidades de que te lastimes... sentimos lo mismo, chico. Tenemos más en común de lo que te imaginas.

El silencio fue suave, como una bruma, entonces Sam se pone de pie en su palma y estira sus brazos a él, tocando con sus manos las placas de sus mejillas. Sus dedos le hacen cosquillas. 

Pero hay algo más, algo oculto que no reconoce pero no le impide sentir calidez bajo su toque.

El chico se acerca a él y deposita algo suave en su rostro, en lo que es su nariz. 

- ¿Sam?- pregunta dudoso, sus engranajes trabajan pero la incertidumbre lo acecha. ¿Qué fue lo que hizo? ¿Por qué se siente tan cercano? 

- Un beso - susurra - de agradecimiento... por calmarme.

Dice él mientras su rostro vuelve a los colores rosas y rojizos, pero las manos del chico no se separan de sus mejillas. Sus ojos están tan redondos y bajos, como si estuviera casi dormido.

- Oh, de nada...- responde sin saber qué decir realmente.

- ¿Te disgusta?

Pregunta ahora  separando sus palmas de su rostro, la calidez se va, asi como la presión en su pecho. Sam busca respuestas en su expresión, balbucea un "perdón" entre dientes, empezando a intentar bajarse de su palma.

- No. Nunca... nunca lo había experimentando la verdad...- cierra un poco su palma, brindándole seguridad en su actuar. Sam entonces lo mira con ojos grandes, hasta que una tenue sonrisa mal disimulada baila por sus labios.

- Rayos, viejo. Eres tan genial.

Él dice, ahora más despreocupado, más amarillo. 

Y Optimus entonces desea verlo más veces sonreír, desea escuchar más de sus balbuceos, palabras y el rechinar de sus zapatillas al subirse en su mano.



-

Notas.

Hola! Lo siento por tardar! la idea estaba pero no sabía cómo unirla jaja. 

Creeria que esto es todo, cualquier cosa corregiré o actulizaré otra parte! pero por ahora esto es todo, muchas gracias por leer, se aprecian sus votos y mensajes! Besos! ^^









Temor  (Optimus Prime x Sam Witwicky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora