Delilah Jolet-2 (Harry Potter & Draco Malfoy)

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-Ya no quiero que vivamos juntos- dijo Remus con seriedad

-Aja, repítemelo pero mírame a los ojos- dijo Delilah levantando la vista de su plato

Remus bajó sus cubiertos, puso sus manos en la mesa y la observó al rostro.

-Ya no quiero que vivamos juntos- repitió Remus haciendo contacto visual

-Rayos- dijo Delilah sorprendida- Me vas a dejar en la calle por un chocolate- dijo con una mano en su pecho

-¡El chocolate blanco no es chocolate!- le gritó por cuarto vez, completamente insultado.

-¿¡Entonces por qué se llama chocolate?!- respondió ella

Y así inició la mañana del regreso a Hogwarts.

Después del ataque en el torneo de Quidditch, su plan era regresar al Caldero Chorreante a esperar el inicio del año escolar, pero Molly los había forzado a quedarse como invitados en la Madriguera y a todos les tocó ver estas pequeñas discusiones que tenían cada día Remus y Delilah, casi como tradición.

Harry, Ron y Hermione adoraban a Remus, pero aún lo veían como una figura de autoridad, alguien a quien debían respetar. Delilah no, ella lo molestaba, les contestaba y se burlaba.

Estaban todos en la mesa, desayunando, teniendo múltiples conversaciones pero todos atentos a la ridícula pelea que Remus y Delilah estaban teniendo, ninguno atreviéndose a intervenir.

-Ni siquiera tiene cacao- insistió él- Aun así, no puedo vivir con alguien que su chocolate favorito es el blanco- dijo con cara de asco, sirviéndose jugo en su vaso.

-Suerte para ti, ya no tendrás que hacerlo por todo el año- se burló Delilah

Remus la miró con la boca abierta.

-Golpe bajo- dijo él mirándola con molestia

-Puedes decir que me vas a extrañar- le recordó Delilah, mirándolo con ternura- Este es un ambiente seguro- se burló

-Lo que espero es que durante se año aprendas a comer- continúo él ignorando su comentario

Remus si iba a extrañarla, no era algo que le daba pena admitir, ni era algo que Delilah no sabía. Él había vivido su adultez de manera solitaria, con pocas personas en quien podía confiar o con quien se sentía cómodo, jamás llegó a pensar que al tomar el trabajo en su antigua escuela, la persona que lo haría sentir en casa sería una niña de 13 años, pero así pasó.

Delilah era un sol, sí, cualquier persona que la conociera podría decirlo, pero eso no era lo que la hacía especial para Remus; si no sus travesuras, sus comentarios sarcásticos, su rudeza, su dureza, su enojo y las cosas malas que no le gustaba mostrarle a los demás. Delilah era un encanto con todo mundo, pero era con pocas personas que se atrevía a no ser perfecta, y eso solo la hacía mil veces mejor.

-No, lo lamento, voy a estar muy ocupada siendo mejor que tú en la escuela- dijo Delilah y Remus rio con ese comentario

-Eso espero en realidad- la alentó y Delilah no pudo evitar sonreír

-Entre Delilah y Hermione no tenemos oportunidad- dijo Ron con un suspiro y Hermione sonrió orgullosa, por qué tenía razón.

-Remus- le llamó Molly desde el marcó de la puerta- ¿Podrías venir unos minutos?- le pidió con un tono suave pero quedaba en claro que no quería que los chicos escucharán. Remus se levantó de la mesa y le dio un breve empujón a Delilah en la cabeza, haciéndola ensuciarse la mejilla.

Harry espero a que salieran de la cocina y entonces se volteó a los demás.

-Es obvio que saben algo- dijo inmediatamente, extendiéndole una servilleta a Delilah- Es algo sobre lo que pasó en el Torneo, Percy y los demás han estado teniendo reuniones desde que pasó- señalo