- Tras la invocación de Güttär, Goz y él caminaron por los bosques en búsqueda de taladores que hacían sus fechorías sin tener piedad alguna de los árboles ni los animales. Era una madrugada húmeda y callada, los pájaros no gozaban más de cantar al alba, y el amanecer sólo era una luz que daba calor para ellos. Los ciervos no se veían, los zorros ni los conejos salían de su madriguera, era un amargo amanecer. De pronto vieron un tocón de árbol, y a su lado personas manchadas con sangre tiradas en el suelo, tenían cadenas a su alrededor, junto con pancartas de protesta, un poco más alejado de los cuerpos estaban otros árboles más que fueron talados. Al parecer estas personas supieron dónde se ubicaban estos leñadores y vinieron a hacerle justicia al bosque, pero a qué costo, ¿a qué costo puede ser todo esto? Solo querían justicia, buscaban parar, aunque sea por un instante, a estos malhechores y así ahorrar un poco de dolor a la madre naturaleza...
- Goz se percató de que una muchacha del grupo pudo recuperar el conocimiento y despertó, estaba malherida y, sin dudarlo, la alzó de forma que le hiciera el menor daño posible y la llevó al borde de la carretera que había cerca. La chica al verlo pensó que estaba delirando o alucinando, quizá por haber perdido mucha sangre, al verse tan comprometida de salud no se resistió en lo absoluto, el espíritu se quedó en la lejanía, pero lo suficientemente cerca como para poder verla, esperando hasta que alguien llegase a rescatarla. Una familia campesina estaba rondando por esa carretera y al ver a la pobre muchacha tirada en el suelo, no dudaron en llevarla a un hospital. Al volver, Goz se encontró con la horrenda sorpresa de que todos los jóvenes que estaban ahí no corrieron con la misma suerte que aquella mujer, ninguno tenía vida.
- Junto con la ayuda del demonio, ambos cavaron las tumbas de los protestantes y les enterraron, no tan profundo, pues ambos sabían que las familias de estas personas pronto vendrían a buscarlos, así que procuraron hacer evidente que estaban ellos ahí. Al finalizar, ya siendo casi mediodía, un calor asolador estaba comenzando y todos los restos de humedad que quedaron de la tormenta pasada se borraron tan rápido como un suspiro, un grupo de hombres aparecieron de la nada, diciendo casi en susurros, "aquí fue donde los dejamos", y cuando por fin subieron la vista, pues no encontraban los cadáveres, avistaron a Goz y Güttär. A penas los vieron, los sujetos no dudaron en ponerse en posición defensiva asustados por lo que estaban viendo.
- ¡¿Quiénes son ustedes?! —pregunta en voz alta uno de los hombres.
- ¿Fueron ustedes quienes mataron a estas personas? —pregunta Güttär.
- Eso no te incumbe, idiota —clama el hombre con voz hostil desenfundando un arma.
- El hombre dio un paso al frente y apuntó hacia el demonio, después hacia el espíritu dando una corta risa maliciosa entre dientes, pero él cometió el grave error de ver a Goz a los ojos, de repente el arma cayó de sus manos, los otros sujetos se confundieron, y se quedaron horrorizados al ver a su compañero voltear la mirada hacia ellos, algo torpe, vieron de sus ojos completamente dilatados y rojos salir sangre, tembloroso se arrodilló y cayó al suelo para finalmente dejar de moverse, estaba muerto. Los hombres, aterrados pero indignados, tomaron sus motosierras y hachas, y corrieron hacia ellos para atacarlos, ingenuos creían que iban a lograr algo pues eran cuatro contra dos. El primero llegó a Goz intentando cortarlo con su hacha, pero fue errado su ataque ya que el espíritu le tomó del brazo y casi como si fuese una rama se lo rompió, este gritó de dolor y se echó para atrás, su compañero intentó despedazar a Goz con su motosierra y, también errando, bajó su guardia por un segundo y el espíritu formó una estaca en su mano para encestarle un golpe mortal en el pecho traspasando su cuerpo, al ver esto su amigo intentó huir para que unos pasos después la estaca del espíritu le atravesara el cuello. los otros dos sujetos se abalanzaron contra Güttär, pero no podían golpearlo, ni atacarlo, siquiera tocarlo, todo pasaba por su cuerpo tal como si fuese aire, no le inmutaba en absoluto. "Les mostraré cómo se debe matar", propuso Güttär; les tomó las caderas con sus pinzas y de un corte les partió por la mitad.
- Por favor, ten piedad —ruega casi en susurros uno de los tipos.
- Pides algo que no diste jamás, tu destino será el karma de tus acciones —responde Güttär, antes de incrustarle su pinza en el corazón.
- Después de aquel enfrentamiento, ambos se fueron pues sabían que tarde o temprano las autoridades llegarían al lugar y no darían espera en requisar el área para buscar más evidencias. Ellos habían hecho lo que quedaba en sus manos, era ese el inicio de una ola purgativa para erradicar gran parte del mal que carcomía la naturaleza, que destruía el hogar de tantos seres vivos inocentes.
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Eclipse
Mystery / ThrillerEn un mundo moderno lleno de muchos problemas y gran cantidad de injusticias, la naturaleza ha sufrido un gran declive gracias a muchas personas poderosas que se encargan de dañar cada vez más el ambiente y los bosques arrancando los recursos sin pi...