Cap. 7. El triste Domingo 6:00 pm

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Despertámos en la tarde y seguímos caminando hacia el aeropuerto, yo no tenía tantas fuerzas, así que me tuve que ir apoyado de un compañero, el me llevó. Cuando ibamos por el camino un tornado había arrasado casi todo nuestro alrededor, todos ibamos apresurados para que no nos pasara algo, cuando desde lejos se vió un edificio cayendo por un terremoto muy fuerte, seguíamos huyendo lo más rápido posible, pero el terremoto nos alcanzó y caímos. Me levanté cuando ya había pasado todo, resulta que que el terremoto partió las calles, el mundo seguía cayendo poco a poco, yo esperaba que este día acabara todo, pero no, era lo contrario, el mundo seguía peor, seguímos y seguímos, pero el camino era confuso por tanta destrucción, nos fuimos por solo un lado, el lado confiable y seguro, eso esperaba yo, ya no tenía chiste vivir, ya no se le hallaba la gracia tener vida en este infierno de sangre y destrucción, pero yo no pensaba eso, yo quería seguor vivo, quería estar con Alison todo el tiempo, y si llego a morir, por lo menos que ella no muera pero que este a mi lado, ya no tenía palabras para describir su belleza, siento como si fue ayer el lunes de alegría de tanto amor con ella, pero eso se convirtó en tristeza, depresión y guerra mundial en solo un parpadeo, yo sabía que tenía que seguir luchando y seguir adelante con mi vida y con Alison, sin ella no estaría aqui, estaría entre los terremotos, entre los tornados, entre los tsunamis y huracanes, talvez y hasta los rebeldes me hubieran matado, pero gracias a Dios y a ella, sigo vivo.
Ya no faltaba mucho para que esto tenga el fin, ya no faltaba mucho para que el mundo arda en llamas y en sangre inoscente, todo el mundo perdía la cabeza poco a poco, los refugios disminuían, los medios de comunicación no dejaban de darnos noticias lamentables y horrendas, ya parecía que hasta el aire que respirabamos eran sólo cenizas de gente inoscente, el agua parecía sangre de tanta muerte, hasta la gente se quería quitar la vida en un solo segundo, pero eso era muy estúpido, yo no deje de perder la fé, y menos Alison, todavía quedaba belleza en este mundo, y esa belleza era Alison, era lo único hermoso que quedaba de este infierno, si describo lo que pasaba en el mundo nunca terminaría.
Seguimos adelante hacia el aeropuerto, pero no lo encontrábamos, era como un laberinto, hasta que con la luz del sol vi un avión y montones de gente en ese lugar, fuimos hacia allá lo más rápido posible, al fin llegamos al maldito lugar, el policía ya estaba ahí, milagrosamente ya podíamos irnos de este miserable lugar, entramos en el avión y me senté, estaba muy herido, cansado y adolorido, mis dolores eran inexplicables, como 3 disparos en el pecho, el viaje tardaría mucho así que descansé, y muy alegre al lado de mi bella chica, Alison, la agarre de la mano, charlamos muy bello, hasta que nos despedímos con un beso, y dormimos como si el beso fuera veneno.

Triste DomingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora