01

2K 292 9
                                    

"¿Por qué no puedo encontrar a nadie como tú?"

JiMin da una mirada hacia todos los lados, sintiendo su corazón palpitar de manera descontrolada, su respiración es profunda y sus manos sudan por la ansiedad. Demoró meses en tomar esta decisión, no sabe si es la correcta, pero realmente ya no podía soportar la enloquecedora necesidad.

Nunca ha sido un chico social, mucho menos atrevido y ahora está allí, cometiendo un delito. Se encuentra en un callejón bajo la oscuridad de la noche y desnudo, solamente con una gabardina puesta.

¿Saben lo emocionante que es esto para él? No, probablemente ni se lo imaginen, pero JiMin está seguro de que es la mejor sensación que ha tenido en toda su vida. Nunca se había sentido tan libre, tan poderoso... tan él.

Su desnudez en cualquier otra situación lo tendría extremadamente avergonzado, más en este momento lo sintió como si fuera algo natural. Estaba dispuesto a hacer una insensatez, esta noche se atrevería a mostrarse tal cual.

El sonido de unos pasos a la distancia le dio la señal que tanto esperaba, desató el nudo de la única prenda que llevaba puesta y tomó ambos extremos con una sonrisa nerviosa dibujada en su rostro.

Sí, ni siquiera se había dignado a mirar quién sería su víctima y ese fue su mayor error.

📸

Min YoonGi trabajó en la empresa de publicidad más famosa del momento, se dedicó a hacer columnas sobre esculturas y pinturas. Era un fan del arte, pero ante todo, de uno de sus compañeros, Park JiMin, quien era el reconocido columnista de espectáculos.

Más de una vez en sus sueños se imaginó que se sentiría ser él, como despertaba, que comía, que hacía en sus tiempos libres y que cosas le gustaban. Nunca se atrevió a acercarse a su persona porque JiMin poseía una mirada demasiado penetrante, que mejoraría ponerlo nervioso y luego estaba el detalle de su personalidad seria.

Recuerda que años atrás, cuando lo conoció por primera vez, fue durante una fiesta por el cumple años del CEO y desde entonces no pudo dejar de verlo. El chico era menor por solo dos años, de cabellos negros, mejillas sonrosadas, labios pomposos y unos ojos grises hipnotizantes.

Los demás empleados estaban asombrados de ver que JiMin asistió ese día, ya que nunca solían participar en esta clase de eventos. Por otra parte, YoonGi agradeció que lo hubiera hecho porque así tuvo la fortuna de conocerlo.

Fue casi en automático que se enamoró, de la forma en que sus labios se movían al hablar, el cómo sus pequeñas y regordetas manos se movían a la par. Su voz, joder, era hermosa, como ángeles escuchar y luego estaba su cuerpo, tantas curvas que te podrían llevar directo al infierno.

Y personalmente YoonGi estaría bastante contento de ir a ese lugar, de pasar la eternidad allí, si eso implicaba que podía tocarle, aunque fuera una sola vez.

Esta noche era justamente como años atrás, la empresa había hecho una celebración por ganar un premio y todos los empleados se habían reunido para festejar. Sólo, esta vez JiMin no se encontró entre ellos, quizás esta circunstancia no era tan importante y eso a YoonGi no le agradaba porque asistió solamente pensando que podría verlo.

—Vamos a otro lugar, chicos, ya tomamos y ahora tenemos que bailar ¿Qué les parece?— preguntó el jefe con ánimo, poniéndose de pie y levantando su tarjeta de crédito —Corre por mi cuenta.

En automático todos lo siguieron, haciendo una bulla enorme, contentos de no tener que pagar nada por ir a aquel sitio. Sin embargo, YoonGi prefirió no seguirlos, se despidió de los que creía necesarios y se fue rumbo a su hogar.

Su hogar no estaba muy lejos de allí, así que optó por caminar para bajar el poco alcohol que consumió y cansarse lo suficiente para caer rendido en su cama. La noche era hermosa y el cielo estaba limpio, pero su mente estaba centrada en otra cosa, se preguntaba ¿Qué estaría haciendo JiMin?

Por obra del destino, la respuesta no tardó en llegar a él, aunque de una manera muy inesperada y es que su compañero salió de entre los callejones. Se asombró muchísimo al verlo y alzó su pálida mano para saludarlo, no había notado lo que ocurría.

Cuando JiMin abrió la gabardina que llevaba puesta y se exhibió sin pudor, su rostro se transformó en todo un poema al reconocerlo. YoonGi no sabía cómo reaccionar, ciertamente era extraño, pero la situación era sumamente graciosa.

—L-lo siento.— tartamudeo JiMin, tapándose rápidamente y sonrojándose al punto de que su rostro ardía.

—Uh, no sabía que este era uno de tus pasatiempos.— comentó YoonGi, girándose para darle "privacidad", aunque siendo sinceros ya había visto todo.

JiMin se escondió nuevamente en el callejón al atar el cordón de su gabardina, sus ojos se pusieron acuosos y mordió seguramente su labio inferior. Esto era un problema muy grave, acababa de cometer la idiotez más grande del mundo.

¿Por qué tenía que tratarse de Min YoonGi y no de algún otro tipo desconocido?

Bah, su suerte era una mierda, lo reconocía desde siempre, pero esto era exagerar. Ahora no sabía cómo arreglar este asunto, su compañero bien podría decirle a toda la empresa lo que hizo y sería despedido.

YoonGi al ver su nerviosismo se adentró al espacio junto a él, en su cabeza tenía una idea retorcida, la cual probablemente beneficiaría a ambos. No era tonto, acababa de encontrar una debilidad de la persona que le gustaba desde hace ya tres años y planeaba darle buen uso.

—JiMin.— llamó el pelinegro logrando que le prestara atención.

—D-de verdad, l-lo siento.— volvió a tartamudear sin poder soportar la gatuna mirada puesta sobre él —No quería que esto pasara, c-creo que necesito ayuda.

Realmente lo había pensado con anterioridad, que estaba enfermo y debía visitar algún especialista. No era para nada normal que se la pasara pensando únicamente en salir a la calle desnudo y por las noches eso le causará insomnio.

YoonGi al escucharlo sonrió con inocencia, ladeo el rostro y se acercó un poco más, hasta invadir su espacio personal.

—Yo puedo ayudarte— aseguro con un tono de voz que JiMin no supo descifrar.

—No, hyung ¿Cómo crees? Acabo de hacer una tontería frente a usted, lo mejor es que me vaya.— opino apartándose un poco, con la intención de marcharse.

—Déjame acompañarte a casa, no puedes ir de esa manera.— Dije YoonGi, provocando que se quede inmóvil a unos cuantos pasos.

JiMin sintió sus alertas encenderse en su cabeza, sintió que algo no iba bien y quería refugiarse en la soledad de su casa para llorar de vergüenza. No obstante, era imposible porque si lo rechazaba podría hablar sobre lo que acababa de pasar y no podía correr ese riesgo.

—Oh.— exclamó intentando sonar normal —Tiene razón, se lo agradezco hyung.

"Fue difícil encontrar a alguien como tú"

𝓜𝓾𝓼𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora