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JiMin como columnista de celebridades tenía la oportunidad de conocer y pasar mucho tiempo con ellos, amaba su empleo y mantenerlo era su ideal. Luego de haber tenido aquel encuentro con su compañero, Min YoonGi, ocasionalmente no volver a hacer una locura, después de todo, no siempre iba a conseguir librarse.

El suceso ya tenía alrededor de dos semanas, más seguía fresco en su mente, las caricias, besos y la excitación del encuentro se quedaron impregnadas bajo su piel. Recuerda cada detalle por muy minúsculo que fuera, YoonGi lo había complacido de todas las maneras posibles.

Luego durmieron y amanecieron juntos, desayunaron y simplemente cada quien se fue por su lado. Claro que se encontró de nuevo en la empresa por la tarde, pero eran de áreas distintas y casi no tenían ocasiones para entablar conversación. Aunque las miradas que se daban, cada que tenían oportunidad, dejaba muy en claro que había algo más y ahora ambos sabían que se gustaban.

En esa noche había una fiesta de diversos y modelos, JiMin tenía el trabajo de entrevistar al más reconocido del momento, Kim SeokJin y tomarle algunas fotos con su outfit de diseñador.

YoonGi estaba en el mismo lugar, pero en la sala continua y con otra tarea. Como encargado del área artística debía entrevistar a Kim NamJoon, el pintor más alabado del año.

JiMin estaba no muy lejos, al alcance de su mirada, podía ver la ropa que llevaba puesta y siempre apreciaba lo elegante que se vestía para su trabajo. El traje morado brillante, su cabello negro peinado con delicadeza, un maquillaje sutil y diversos aretes de swarovskis en sus oídos.

Era fácil para YoonGi reconocerlo porque a pesar de estar rodeado de diversas estrellas, era él quien más brillaba. Por algún motivo inexplicable, no pudo evitar alzar la cámara que llevaba alrededor de su cuello y apuntar hacia JiMin, tomando fotos de su sonrisa al entrevistar a SeokJin.

—No creo que lo correcto sea tomarle fotos a la gente a escondidas.— comentó NamJoon a su lado, quien había llegado sin previo aviso.

YoonGi se sobresaltó, casi deja caer su cámara al suelo, pero afortunadamente al estar moviendo sobre su cuello no sucedió y demostró al pintor con nerviosismo.

NamJoon y él se conocían desde antes, por la época de la universidad, cuando compartieron talleres de artes, aunque el moreno si tuvo la dicha de sobresalir.

—Me asustaste.— reprochó enfurruñado.

—Se supone que debe estar tomando fotos de miss esculturas y pinturas, no de los artistas.— dijo NamJoon divertido por su expresión —No hay gran cosa que ver en Kim SeokJin.— agregó, mirando al actor con desdén.

—Ni siquiera era a él.— aclaró YoonGi y luego reaccionó —Pero hablando de eso, hay ciertos rumores de que ustedes dos están saliendo ¿Quieres que iniciemos la entrevista y hablemos de eso?

NamJoon negó —Ni lo pienses, no hablaré de mis relaciones para luego ser comidilla de gente chismosa. Abstente a las fotos y pasemos de la entrevista, no va contigo.— pidió con voz tranquila.

—Está bien.— comprensible YoonGi.

El sonido de las risas de JiMin al otro lado de la sala resuena y por inercia su cuello se gira para observar el momento justo en que sus ojos se encuentran. Ambos se miraron durante varios segundos, sin ser conscientes de que tanto NamJoon como SeokJin se percataron de que había algo ocurriendo entre ellos.

—Entonces es él a quien fotografiaba.— comentó el moreno con picardía.

YoonGi sale del trance, sonrío un poco para JiMin a modo de despedida y luego se giró para ir a tomar las respectivas fotos a las esculturas y pinturas. NamJoon sabía que estaba huyendo, así que decidió seguirlo para molestarlo un poco.

—Es muy bonito.

YoonGi asintió —Lo es.— respondió fríamente, tomando nota y fotos de cada cosa, sin prestarle demasiada atención.

—Creo que debería pedirle que sea mi modelo, también parece estar soltero.— insistió NamJoon, mirando por el rabillo del ojo a JiMin, quien se acercaba lentamente a ellos sin que su amigo se percate.

YoonGi dejó de respirar unos segundos y bufo con exasperación, volteando hacia el moreno y no pudo evitar que los celos lo carcomieran de solo pensarlo. NamJoon es muy atractivo, en la universidad fue de los más deseados y sabía que si quería tener a JiMin en su mano, con lo directo y capaz que era.

—Absolutamente no, JiMin es mío, mi musa.— dictó, alzando su voz sin notarlo y agachando el rostro al ver que la gente lo observaba —Si hay alguien que lo tomara como modelo seré yo, quizás no sea tan bueno como tú, pero es mi escultura personal y únicamente yo puedo pintarlo.

NamJoon sonrió en grande y silbo, es la primera vez que ve a YoonGi comportarse tan posesivo con alguien y directo. Sin embargo, la verdad es que estaba contento porque había alguien detrás de su amigo y escuchó todo.

JiMin estaba en su sitio, había terminado su trabajo con SeokJin y al ver a su compañero se acercó para poder platicar un poco, pero terminó escuchando una conversación personal.

Estaba sorprendido, tanto que sus ojos estaban sumamente abiertos y sus pomposos labios formaban una bonita "o". Nunca creyó que YoonGi tuviera esa clase de pensamientos, poco se conocían y la forma en que se adueñó de él... le parecía atrayente.

—¿Qué?— cuestionó a YoonGi con molestia, sin entender por qué NamJoon se está riendo como si hubiera contado algún chiste.

—Deberías dar la vuelta.— aconsejó el moreno, retirándose para no estorbar.

YoonGi se gira y sus pálidas mejillas se enrojecen con fuerza, JiMin está justo allí y lo escucho decir todas esas cosas.

—Entonces solo soy tuyo.— dijo el pelinegro ladeando el rostro, se notaba que estaba jugando.

YoonGi se perdió en su mirada grisácea y suspiró, no tiene opción, ya no hay marcha atrás y es justo ahora cuando debería sincerarse. Exponer sus sentimientos después de su encuentro sexual y pasar la noche juntos no fue la manera correcta, pero ahora podía reparar eso.

—En realidad, aquí la pregunta es ¿Quieres ser solo mío?

JiMin pasó de sentirse seguro a nervioso, sus pequeñas y regordetas manos se empuñaron y desvió la mirada a la escultura que había a unos pasos de ellos. Nunca tuvo una relación seria con nadie, normalmente todos lo utilizaron para un rato y se marcharon. Tampoco estaba acostumbrado a que sea de otra manera, ni siquiera sus padres fueron duraderos y crecieron pensando así.

—Te aburrirás de mí.

YoonGi negó —No podría hacerlo, tengo años mirándote a la distancia y que nos encontráramos en la calle fue pura suerte.— seguro y respirando profundo, intentando encontrar el valor —dije que me gustaron, te quiero y deseo.

—Demuéstramelo, hazme sentir tuyo.— reto JiMin, esta vez sonriendo a medias y mirándolo fijamente.

La tensión era palpable entre ellos, el ambiente pasó a ser caliente y lleno de necesidad, la lujuria desprendiéndose por cada uno de sus poros.

YoonGi trago saliva y relamió sus finos labios, no planea negarse, no puede y no quiere después de haber probado su delicioso cuerpo. JiMin no es el único que quedó embelesado aquella noche y esta vez no sería solo sexo, seria para probar el ímpetu de sus sentimientos.

—Mi departamento está cerca.

Nada más eso bastó para que JiMin tomara su mano y lo arrastrará fuera del evento, queriendo volver a sentirse deseado y amado. Por sobre todas las cosas anteriores quiere que sea exclusivamente YoonGi quien lo haga, solo él.

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𝓜𝓾𝓼𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora