𝟎𝟏

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— ¡Pero todos irán amor! — la rubia jalaba la manga del de ojos verdes, pataleando y sacando el labio inferior hacia afuera, tratando de hacer un gesto ''adorable'' — No puedo quedarme aqui, las chicas también van a ir y no puedo perdérmelo por nada del mundo, por favor, acabo de comprar unos botas nuevas ¡Tengo que estrenarlas! ¡Tenemos que ir!

Rodrigo estaba un poco harto, harto de todo, de su novia, de su trabajo, de su auto, de su casa, de todo. Tenía 21 años, un trabajo estable y una chica hermosa a su lado, debería sentirse afortunado, pero había algo que le faltaba en su vida, solo ''algo''

— Podes ir tu Eva, no te lo estoy impidiendo amor — la última palabra raspando su garganta.

— Es un campamento de parejas Ro, y tú eres la mía, se supone que tenemos que ir juntos — la miraba de la rubia cambio, sus ojos estaban iluminados y tenía una sonrisa traviesa jugando en su rostro.

Eva se subió a horcajadas sobre el castaño, este estaba viendo televisión y ahora su novia obstruía su mirada, la chica comenzó a besar su cuello moviendo sus caderas provocativamente y comenzó a sacarse la blusa.

— ¿Q-que haces boluda? — dijo. La rubia lo miro a los ojos alzando una ceja.

— Convenciéndote

— ¿Crees que con solo coger va a funcionar? — ataco

— A funcionado por 4 años Ro, no veo por qué ahora no — volvió a bajar su cabeza y chupo con fuerza el cuello del castaño, dejando un chupetón.

— ¡Que te pasa Eva! ¡No puedo ir con un maldito chupetón al trabajo!

Se levantó del sofá y tomo su chaqueta queriendo salir de su casa a tomar una cerveza.

— Ah ¡Y ni creas que iremos a ese puto campamento!















Rodrigo conducía por la carretera mientras Eva tenía sus pies en el guantero, cantando a todo pulmón ''Mil Horas'' de Los Abuelos De La Nada. Su chica tenía un gran potencial para cantar, juntos era un buen quipo, en algunas ocasiones cantaban en reuniones familiares y eran la sensación de la noche. Eva era su mejor amiga y su confidente, habían estado juntos por 4 años, su amistad se extendía desde su niñez, mejores amigos desde siempre, dar el siguiente paso parecía lo correcto, pero al parecer no podía dar en último paso, no podía pedirle matrimonio, no le parecía correcto.

La chica saco su cabeza por la ventana, gritando a todo pulmón la última estrofa en el momento en que giraban la desviación hacia el campamento.

Pues al final, Rodrigo había llegado borracho a casa y la chica aprovecha para seducirlo, tuvieron sexo hasta que Rodrigo cayo dormido, no sin antes haber grabado un ''te llevare al campamento'' con un tono borracho y somnoliento.

Llegaron al conjunto de casas para acampar, había alrededor de 10 rodeando un montón de troncos, los que suponía, que serían una gran fogata por la noche. Eva bajo del auto, murmurando un ''esto será divertido'' antes de correr hacia sus amigas.

— Que onda pibe ¿Cómo estas? — Ivan, su mejor amigo, se acerco a saludarlo con una cerveza en mano — pensé que no ibas a venir.

— Si bueno, creo que no fue una buena idea emborracharme.

Siguieron hablando un buen rato, recorriendo los alrededores y cuando estuvieron cansados, volvieron al campamento, se hizo tarde y comenzaron a prender los troncos, eran pedazos grandes y pesados, lo más probable es que ya estuvieran ahí, no creía que ninguno de los chicos pudiera haber levantado uno — tal vez Rubén, pero su amigo estaba con su novio y se ponia todo meloso ignorando a la habitación entera excepto a Samuel.

— ¿Quién trajo los troncos? — pregunto Alex, que estaba sentado a un lado de la fogata, insertando bombones en palitos.

— Fue el pibe que cuida el bosque — respondió Ivan metiéndose un bombón a la boca — vino temprano a darnos indicaciones y nos trajo los troncos.

La mente de Rodrigo se llenó de imágenes de un viejo barrigón, con una larga barba canosa, viviendo solo en el bosque hablando con ardillas, el solo pensamiento le dio escalofríos.

Se puso a quemar bombones en cuanto prendieron la fogata, el fuego era alto e irradiante, un buen calor. Eva se acurruco con él, recargando su cabeza en su hombro, Ivan saco su guitarra y comenzaron a cantar. El bosque estaba quieto, no corría aire, los pájaros comenzaban a irse a sus nidos, la luna comenzaba a ponerse en su punto más alto y todos comenzaron a charlar, actualizándose, riendo sin parar, y recordando viejos tiempos.

Ahora todo estaba en penumbra, solo la fogata alumbraba todo, algunos comenzaban a retirarse despidiéndose de sus respectivas parejas y yéndose a dormir a sus tiendas.

— Creo que los imitare y me iré a dormir — dijo Eva, la cual estaba comenzando a dormitar en el regazo del castaño — te esperare en la tienda amor — le dio un beso breve en los labios y se fue.

— Bien — hablo Rubén — ahora solo quedamos nosotros ¿Qué les parece si hacemos algo divertido ohm? — dijo mientras frotaba sus manos y sonreía malvadamente, su cara brillaba de emoción y sus ojos estaban al borde del éxtasis.

— Que tienes en mente chico ¡Habla de una vez! — le apresuro el chico del lado opuesto, Rodrigo no reconoció la voz del todo.

— Bien, jugaremos a las escondidas.

Un coro de bufidos se hizo presentes, seguido de protestas como ''es un juego de niños'' o ''eso no es interesante Doblas''

— Vamos, es casi la una de la madrugada, esta obscuro y apuesto a que la mayoría no se acercaría al bosque ni una linterna — algunos si's murmurados vagaron por el aire y Rubén sonrió — bien, como son demasiados, Samuel y yo contaremos y el resto se esconderá en el bosque, contaremos hasta 100, tienen tiempo para correr, ya conocen los alrededores, así que no creo que se pierdan, si no los encontramos en una hora, abracen un árbol y quédense ahí hasta que sea de mañana, tal vez vayamos a buscarlos.

Rubén y Samuel se apoyaron en un árbol y comenzaron a contar, los demás chicos comenzaron a correr, Rodrigo estaba a punto de decir a Ivan para esconderse juntos, pero solo vio como el de cabello ondulado se alejaba, suspiro y comenzó a caminar.

El bosque estaba obscuro y se sentía estúpido por aceptar jugar, podría estar acostado en estos momentos, pero no, mejor se va a meter en las profundidades de un bosque, el cual no conoce, aparte esta ese viejo leñador gordo, que pasaría si se lo encontraba, tal vez le cortaría la cabeza y la pondría arriba de su chimenea, como su trofeo.

Siguió caminando sacando su celular para alumbrar un poco, la luz estaba baja para no gastar batería, pero igualmente se las arreglaría así. Camino por un buen rato, pensando en su vida, en su relación y en todo lo que parecía afectarle últimamente, estaba tan ido en su mente que ya ni sabía dónde estaba, solo un montón de árboles y hojas secas, algo salto atrás de él y el castaño por el susto dejo caer su celular, lo recogió rápidamente para darse cuenta que era solo un mapache, un tonto y feo mapache.

Ya no sabía dónde estaba, así que mejor se sentó, esperando a que alguien fuera por él.

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⏰ Última actualización: May 31, 2023 ⏰

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