Capítulo 2.

3 0 0
                                    

Luego de despedirme de Valeria guardé su número en mi teléfono y volví con mis amigos que me esperaban en las afueras del local.

Al acercarme noto que estaban susurrando entre ellos, cosa que dejaron de hacer al verme, se incorporaron rápidamente y comenzaron a disimular al sentir mi presencia acercándose.

-No sé hagan—les digo—no los escuché, pero ninguno sabe disimular bien.

-Como sea, ¿Qué dijo la chica?—pregunta Lía.

-Nada en especial—le digo restándole importancia.

-Conseguiste que se interesara, ¿Cierto?—deduce Morgan.

-Si—digo con una sonrisa—ahora si me disculpan me voy a mi casa.

-Es muy temprano Von, vamos por ahí—sugiere Morgan—divirtámonos.

-No tengo ganas de embriagarme hoy Morgan, para la próxima—le digo.

-Pero—trata de comenzar otra vez, pero sabe que no dará resultado—está bien, ¿Tú vienes Lía?

-Sí, pero solo un rato—accede mi prima—nos vemos bunny.

-Usen protección—digo como despedida.

Ese comentario hizo que ambos empezaran a insultarme cada uno a su manera, yo me fui caminando con una carcajada dejándolos que siguieran su camino.

De camino a la casa estaba solo con mis pensamientos. Caminaba bajo la luz de las farolas y el frío viendo pegándome en el rostro. Estaba satisfecho con las vivencias de hoy.

Hice un repaso mental de lo que planeaba para mis futuras citas. Tendría que ingeniármela para salir con Nadine y con Valeria, quiero conocer a esas dos mujeres, se ve que promete.

Me quedé esperando en la parada del bus hasta que luego de 15 minutos logro tomar uno que me llevaría a unas pocas cuadras de mi casa. Tomo un puesto y el bus comenzó a andar, estuve viendo pasar las calles por unos minutos cuando pierdo el conocimiento.

Me encuentro en un espacio grande, a mi alrededor se escuchan los gritos de los niños jugando, yo por mi parte me encuentro en una esquina observándolos, queriendo ir a hablar he integrarme.

¿Pero por qué me atemoriza la idea de hablarles?, desisto y sigo observando a mi alrededor.

Veo una chica rubia de ojos azules, devolviéndome la mirada con una sonrisa, pero yo me apeno y dejo el contacto visual.

Mi corazón late rápido, preso de los nervios y no de los buenos, el pánico y la vergüenza son mis amigos. Me siento y trato de controlar mi respiración, lo logro tras unos minutos, decido levantarme y huir de la mirada de los demás niños.

<<No me gustan las miradas de las personas, me siento juzgado por ellas>>.

Me despierto de golpe. Al observar de nuevo a mí alrededor me encuentro una vez más en el autobús. ¿Cuánto tiempo pasó?, reviso la ventana y estoy llegando a mi parada.

¿Pero por qué siento que pasó más tiempo del que creo?.

El bus me deja a unas manzanas de mi casa, el resto del camino me pierdo en la nada y hago el recorrido en modo automático, sin darme cuenta ya me encuentro al frente de la puerta.

Entro a la casa y saludo a mi tía antes de subir a mi habitación y acostarme en la cama. Estuve un rato dándole vueltas al sueño que tuve, pero no sacaba nada de ello, así que lo dejé pasar.

Un ruido en mi laptop llama mi atención. Al iniciar sesión descubrí que era un mensaje de mis padres.

"Hola von espero que te encuentres con salud y que mi hermano se esté encargando de ti. De hecho, sobre eso quería comentarte hijo. Primero debo informarte que los viajes se alargarán más de lo que habíamos planeado y no estaremos por un tiempo por allá.  Debido a nuestra ausencia hemos considerado tu propuesta de independizarte y tu madre y yo coincidimos en que ya es hora. Próximamente, cuando te gradúes de tu carrera, nuestro regalo será un apartamento para que te puedas quedar en él. Sin más que agregar, espero sigas estudiando y portándote bien con tus tíos. Pdt: no seas tan malo con Lía".

El Vacío En Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora