Capítulo 3.

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Me encontraba nervioso, no podía concentrarme en clases, esperaba cada segundo el final de la última clase del día. Minuto a minuto, volteaba a ver el reloj pegado en la pared frente a mí. Fueron las 2 horas más larga de mi existencia. Hasta que por fin el profesor dio por terminada  su clase y pudimos desalojar el salón de clase.

Sin pensarlo dos veces tomo mis cosas y a paso veloz me dirijo a la salida de la universidad. Eran las 4:30 de la tarde y había quedado con Nadine a las 5. Apresuro el paso y me dirigí a la cafetería donde ella me esperaba.

A una manzana de llegar recibo una llamada. Era ella. Un escalofrío de terror recorrió mi espina dorsal, sentía que si respondía esa llamada moriría en ese mismo momento. Me tragué como pude mis nervios y contesté.

-Hola—traté de contestar lo más seguro posible.

-¿Es tu mejor forma de hacerme perder el tiempo soldado?—me responde ella en un tono de sarcasmo y un ápice de enojo—sabiendo que me ibas a dejar plantada ni me molestaba en venir.

Me sentí mal en ese momento, consideré por un minuto que responder. Al principio pensé en responderle de forma graciosa, he intentar cambiar su humor, pero sus palabras me demostraban que no estaba para juegos en este momento, así que me tocó ser sincero.

-Ante todo perdóname—le digo con toda la pena que sentía en ese momento—he salido tarde de las clases, pero te diré algo, si tanto me deseas ver observa por la ventana.

Mientras me hacía la pregunta ya me encontraba a pasos del local, así que aproveché la situación para que me favoreciera.

Ella voltea a ver el gran ventanal que estaba a su espalda y me observa por unos segundos antes de poner cara de molesta, yo le doy una sonrisa de labios cerrados antes de colgar y adentrarme al local.
Al sentarme delante de ella pude detallarla mejor.

Llevaba su pelo planchado en un moño donde la parte delantera dejaba un par de mechones rebeldes,  lucía un vestido elegante pero casual de color negro.

Detallo el contorno de su cintura, su silueta en la silla, sus piernas que se encontraban cruzadas una encima de otra, sus tacones de punta negros a juego con su vestido.

Me fijo por ultimo en su rostro, llevaba un ligero maquillaje que le sentaba de maravilla y pintalabios rojo en los labios.

La imagen de la mujer frente a mí era simplemente sublime, era incluso más espectacular de lo que recordaba.

-Espero sepas disculpar mi retraso—le digo—por otra parte, luces increíble, veo que eres una mujer de palabras porque me has dejado sin habla—ella sonríe arrogante y con suficiencia.

Cambia el peso de las piernas y cambia de posición lentamente percatándose que me fije en cada uno de sus movimientos. Paso saliva con dificultad.

-¿Te lo dije o no?, te iba a dejar sin palabras—me sonríe mientras me lanza una mirada juguetona.

-Lo has conseguido—admito aún nervioso mientras ella me observa.

Para mis adentros me analizo a mí, a la situación y sobre todo a ella. Debo organizar mis ideas y retomar el control, esta chica me pone más nervioso de lo normal, en su mirada hay algo que me remueve el alma internamente,  y eso me desconcentra, me desenfoca de mi objetivo.

Tras pensar unos segundos vuelvo en mí, le sonrío mientras pido los cafés.

-Bueno Nadine, cuéntame sobre ti. ¿Quién eres?, ¿De dónde vienes?, ¿Estudias?, ¿Trabajas?—lanzo las preguntas rápido, verdaderamente interesado. Esto es un desastre, pierdo el control de mis emociones.

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⏰ Última actualización: Jun 02, 2023 ⏰

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