Yuuji está seguro de lo que le dirán. Estás loco, ¿sabes que no va a cambiar, no? Ni siquiera sabe lo que es sentir. ¿Estás realmente bien? Es un verdadero monstruo.
Él lo sabe mejor. Compartir un cuerpo con Sukuna es mucho más que una desventaja, contrario a lo que todos piensan, no es el único expuesto en esta situación. En ese espacio reducido que es su dominio innato, Sukuna, de hecho, deja a la vista demasiados indicios, pequeños detalles que permiten entrever la naturaleza más real y en carne viva de la maldición más poderosa.
Por esa razón no deberían culparlo, no es que cualquier persona conozca al Sukuna real como lo hace él, con sus notables defectos y sus poquísimas y apenas contadas virtudes. ¿Cuántos pueden decir que comparten tal punto de intimidad con la persona que deberían odiar? Si estuvieran en su lugar, compartiendo realmente un cuerpo y un alma con el ser que les hace la existencia miserable, entonces, también tendrían dudas en algún momento sobre esas emociones negativas. Porque ese punto de intimidad hacía difícil franquear aspectos más sensibles, esas zonas en las que, tal vez, Sukuna no esperaba que Yuuji siquiera intentara ingresar.
El hecho es que Yuuji, sin quererlo, lo hizo. Ingresó en aquellos lugares más delicados del ser terriblemente malvado y egoísta que es Sukuna y descubrió... cosas, y esas cosas le hicieron darse cuenta que tal vez son más parecidos de lo que creía.
Desde que nació, Yuuji nunca ha sido propenso a hacer el bien en automático, siempre tuvo que pensárselo dos veces antes de actuar: ¿Valía la pena involucrarse y salvar a ese niño de aquellos fastidiosos abusadores escolares que podrían golpearlo a él en su lugar? , ¿Esa chica que acosaba a su compañera merecía que la defendieran de las degradaciones que ella misma se había buscado?, ¿Era lo correcto impedir que asaltaran al hombre que había molestado a una joven en el tren?
Cualquier persona de bien encontraría aquello reprochable, pensarían que no había forma de que él tenga la posibilidad de salvar a alguien y no lo haga, tan solo porque cree que debe existir una razón. Eso lo haría una mala persona para la gente buena, ¿no? Incluso cuando, al final, sí ha hecho lo que se supone que debe hacer.
Sukuna, por otro lado, no lo haría. No cuestionaría sus dudas, su inquietud por si es lo que debe o no hacer, ni siquiera se burlaría de esa vacilación suya, lo dejaría ser. Aunque cualquier otra persona, conocida o no, pondría en tela de juicio su humanidad tan solo por ello. Tal vez no es que sea considerado, quizás es solo puro desinterés en cualquier cosa que a Yuuji le preocupe, pero, de todos modos, es mucho mejor que el constante pánico que le inunda cuando piensa que sus amigos podrían decepcionarse de él si no es como ellos esperan que sea.
Entonces, sí. En un comienzo, ser aceptado con todo y sus partes malas, incluidas aquellas que él mismo no había sido capaz de aceptar, había logrado que surgieran ciertos sentimientos como la comodidad, la tranquilidad de saber que podía pensar y actuar como quisiera, porque, de todos modos, Sukuna no lo rechazaría... pero después eso se transformó.
Ya no era solamente eso: solo ser aceptado no podría haber logrado tanto en él. Fue en el momento en el que Mahito sacó lo peor de sí mismo, esa parte inevitablemente pestilente que retozaba en su estómago y que se desbordó de un día para otro, fue allí cuando Sukuna no intentó hacerlo sentir mal consigo mismo por lo que era, tampoco intentó potenciar su ira para poder apoderarse de su cuerpo, no hizo ninguna cosa que fuera inoportuna para él, por el contrario, lo arrastró a su dominio y lo consoló diciéndole que no estaba mal sentirse así. Odiarlo es lo que un humano normal haría, le dijo mientras acariciaba suavemente su espalda, y tú eres un humano.
Sus manos se habían sentido tan cálidas en contraste con la frialdad de su trono de huesos ensangrentados, y Yuuji sintió que estar con él, así, no era tan malo como creerían sus amigos y su maestro, quienes le pedirían que detenga esto. Yuuji no quiere que se detenga el único consuelo que ha tenido en tanto tiempo, entonces solo lo guardó para sí mismo. Pero las cosas fueron subiendo en cuestión de intensidad, cuando Sukuna no había sido una molestia notoria para sus amigos y conocidos, y lo cuestionaron al respecto.

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Flores [SukuIta]
FanficEl lazo que los une es difícil de explicar a cualquiera que no lo comparta. Bueno, en sí Sukuna es realmente complicado de entender.