Su campo de visión tuvo todo el sentido del mundo en cuánto vio a Hinata [...] Aquel rostro de felicidad genuina indicando que le encantaba la vista hacia el atardecer era lo mejor que le pudo haber pasado en la vida.
Debía admitir que estaba nervioso. Cierta parte de él quería que todo saliera a la perfección, mientras que la otra lo consolaba internamente, diciéndole que no todo en la vida podían ser rosas. Los errores eran de humanos.
Sólo esperaba que Kuroo se hubiese encargado de todo. No quería admitirlo, pero le resultaba aterrador el pensar en qué sería de todo el plan si él no estuviera ahí para sostenerlo, porque básicamente Bokuto era muy distraído, Atsumu como otro niño más, Sakusa demasiado amargado -sí, al menos él tenía sentimientos-, Kenma fiel a su novio y Akaashi... bueno, Akashi también aportaría su granito de arena.
Después de tantas paradas en joyerías y tiendas de decoración, se bajó del auto y caminó paulatinamente hasta la florería de la señora Chizu. Hubiese podido pedir sus flores a domicilio e incluso en un lugar de renombre, cuando se trataba de Shoyo el precio ciertamente no importaba, porque se merecía todo lo mejor y bonito del mundo. Pero sabía que Hinata amaba a la señora Chizu y su florería, la cual ciertamente era encantadora como su dueña.
—Oh, querido. —dijo la anciana en cuanto lo vio entrar por la puerta de cristal. —Tu pedido ya está listo, es bellísimo. Debes verlo ya mismo.
Kageyama sonrió un poco. La señora Chizu los conocía más que nadie. Tres años atrás de vez en cuando pasaban la tarde en su florería, con Shoyo admirando los tulipanes, las orquídeas y todo tipo de flores, y Tobio sólo lo seguía con la mirada y asentía cada que le decía: "¡Mira, Tobio! ¿Esta flor combina con mi cabello?" Porque sí, cualquier jodida flor que hacía presencia en las hebras pelirrojas del rematador le sentaba increíblemente bien.
El problema llegaba cuando Hinata se lo tomaba a mal y le gritaba entre ofendido por no prestarle atención y mofado al decir que sí a todo como una máquina robótica, pero Tobio nunca entendió por qué tenía la culpa, si le estaba diciendo la verdad. Con el tiempo definitivamente había trabajado en ello, pudiendo expresarse respecto a él. Hinata se había inyectado bajo su piel, como si se tratase de una droga de la cual nunca podría deshacerse.
ESTÁS LEYENDO
After all. 'kagehina.
Fanfic"Después de todo... tú y yo somos invencibles". Vivir dos años fuera de Japón, hizo que Hinata Shoyo pudiera experimentar el vivir por su cuenta, tener entrenamientos arduos y soportar todo ese tiempo sin el amor de su vida. Kageyama Tobio, por su...