Merlina & Tayler/One-shot (Traducidos)

5-Para adorar en el altar

                 Por:Kamil_the_Awesome

Advertencias:Esto es un AU al parecer Merlina es algún tipo de Diosa de la muerte o algo asi

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La cámara principal del Templo del Merlina de la Muerte estaba más tranquila que una tumba en esta particular y triste noche. Tyler Galpin lo sabría; tanto su padre como su madre habían sido entregados al abrazo de la Muerte hace mucho tiempo, aunque solo el último fue sepultado dentro de las extensas catacumbas arácnidas debajo del Templo. Había podido oír su respiración, los latidos de su corazón, incluso el hilo de sudor que le corría por un lado de la cara cuando los huesos de Francoise fueron colocados en su lugar de descanso final. Su padre había sido demasiado leal a la guardia, un gran capitán de hombres, para ser colocado en otro lugar que no fuera entre sus héroes muertos hacía mucho tiempo, íconos inmortalizados en canciones y poemas.

Normalmente, cuando realizaba sus tareas en la cámara principal, el Mortricianary Hall, el único sonido que llegaba a Tyler era débilmente como el de un violonchelo, sacando la tensión de una muerte cada vez más cercana.

Sonaba más cerca mientras frotaba con esmalte los huesos revestidos de ónice instalados en el gran altar en el otro extremo de la cámara. Tyler se detuvo momentáneamente, mirando a su alrededor mientras trataba de buscar una fuente. Lo había intentado varias veces en el pasado y había hablado con los acólitos superiores sobre el ruido; se habían reído y dicho que era la aprobación de su Señora. Para que él la escuchara, de alguna manera había obtenido Su aprobación y apoyo.

Los acordes de una música tenue se hicieron más y más y más fuertes; cada tirada del arco que él no podía ver, pero que sentía con su corazón latiendo, impulsaba la música más cerca. Tyler trató de volver a su trabajo, pero el sonido lo distrajo. Repasó el mismo hueso, un fémur largo con ónix ranurado en una serie de líneas que cortan el hueso. Mirar fijamente este hueso en particular provocó una dura violencia dentro de él, una violencia que siempre trató de reprimir. Su padre había visto esa violencia en su madre, y Tyler había estado confundido durante mucho tiempo por la tensión que ponía entre ellos. En todo lo demás, Donovan y Francoise se amaban. Pero esa violencia, estuvo ahí, entre ellos hasta el final.

Tyler dejó el trapo y pasó un dedo por el hueso. Solo el sumo sacerdote estaba destinado a tocar el altar con la mano desnuda y, sin embargo, Tyler no pudo evitarlo. Era casi una compulsión; una necesidad que llenó sus oídos con el martilleo de su corazón, tocando al ritmo de la música de su Dama. Algunos días deseaba poder comunicarse con ella como el sumo sacerdote, pero desconocía el secreto de cómo invocarla desde su reino mortal.

-No eres el que esperaba,- susurró una voz rica y encantadora, -pero te aceptaré de todos modos.- Tyler se estremeció y miró por encima del hombro. Nadie estaba detrás de él, pero tenía la sensación apremiante de que ya no estaba solo. Estaba destinado a estar solo a esta hora, excepto por la posibilidad de que alguien viniera con sus recién fallecidos, buscando Su bendición. Respiró lentamente, aún escaneando la cámara detrás de él. El techo era alto, con arcos góticos puntiagudos y una brea negra que cubría lo que podía ser ladrillo o piedra.

-¿Hay… hay alguien ahí?

Una cálida risa atrajo su mirada hacia el altar. Apenas podía verla, porque una larga tira de tela negra transparente colgaba frente a su rostro. Tyler respiró hondo y rápido; la tela reaccionó, moviéndose hacia él y luego fluyendo hacia el altar.

-Efectivamente,- dijo la mujer. Se estremeció, luchando contra el impulso de mirar hacia arriba. Algo cálido se posó sobre sus dos hombros, suave pero firme. -Mírame, Tyler Galpin. Mira, y recibe tu recompensa.