Merlina & Tayler/One-shot (Traducidos)

16-Como fruta fresca al sol

                   Por:green_writer

El calor quieto y pegajoso hace que Merlina se sienta letárgica, con las extremidades pesadas y la cabeza confusa. Su piel eriza por el sudor y la hierba le hace cosquillas en los brazos desnudos y en la parte posterior de las piernas. Sus ojos están cerrados contra el resplandor del sol, pintando el interior de sus párpados de un blanco brillante. La brisa fresca ocasional proporciona un alivio que no dura, y se pregunta por qué aceptó hacer un picnic de verano con Tyler. Quizás porque se había esforzado en preparar todas sus comidas favoritas y parecía demasiado emocionado para tomar su mano mientras la guiaba por el parque. Y ahora se siente llena y apática, sin ganas de moverse y renunciar al agradable picor de la hierba y al olor de la tierra.

Por su parte, Tyler se siente conectado. Lo ha hecho desde que vio a Merlina con el pequeño vestido de tiras. Es corto, más corto que cualquier cosa que haya visto usar fuera de su dormitorio, y ha querido meterse debajo desde el momento en que la vio. Cuando ella abrió la puerta de su auto, sentándose sin ceremonias en el asiento del pasajero, él apenas había registrado su humor sombrío por el clima inusualmente cálido, demasiado distraído por la forma en que el diminuto vestido subía por sus muslos desnudos. Inclinándose sobre la consola central para saludarla con un beso, casi había abandonado su idea de ir de picnic a favor de rogarle que volvieran a su dormitorio y se besaran.

Ahora, la mira hambrientamente mientras ella yace perfectamente quieta bajo el sol abrasador. Sería como un cadáver si no fuera por sus mejillas calentadas por el sol y el constante ascenso y descenso de su pecho. Que (lo había observado casi de inmediato) no lleva sujetador bajo el fino vestido negro. Sigue una línea de sudor que cae en cascada a través de su clavícula y baja por la parte superior de su hombro antes de gotear de su piel. Se siente celoso de la hierba, por la forma en que la absorbe. Pero rectificar el sentimiento es sólo un momento de trabajo.

Merlina siente su lengua contra su piel desnuda antes de escucharlo moverse, inclinándose sobre ella para saborear la sal en su lengua antes de dejarse caer por más. Él le recorre el cuello, el ocasional mordisco agudo la hace temblar y un tipo diferente de pesadez se instala en sus huesos.

-Te ves tan bien, cucaracha.- Su voz es áspera contra su oído, y ella siente un escalofrío recorrer su espalda cuando él le muerde el lóbulo de la oreja.

-Mmm.- Ella no abre los ojos, contenta con la sombra que él proyecta mientras se cierne sobre ella.

Tyler aparta su flequillo sudoroso y siente el calor de sus mejillas bajo las yemas de sus dedos. Se ve tan hermosa así, pestañas oscuras contra mejillas sonrosadas, cabello un poco despeinado por la humedad, trenzas extendidas a su lado, sus finas puntas desapareciendo en la hierba. La desea todo el tiempo, pero mirarla ahora, apático y somnoliento por el calor del verano, de alguna manera le hace subir la sangre aún más de lo habitual.

-¿Mencioné lo mucho que me gusta el vestido de verano, cariño?

Merlina es vagamente consciente de la forma en que juguetea con la tela de su cadera, arrugándola un poco y exponiendo la parte superior de sus muslos a la mínima brisa. El aire se siente bien, así que levanta las piernas para acostarse con las rodillas dobladas, permitiendo que una pequeña cantidad de aire golpee la parte posterior pegajosa de sus muslos.

'La hace parecer muy atractiva', piensa Tyler. Tendido a su lado, quiere tocarla por todas partes, aprovechar su languidez. Se deja caer sobre un codo, se recuesta sobre su lado derecho y apoya la cabeza sobre su mano para mirar hasta saciarse. Pasa una mano desde la cadera de Merlina, a lo largo de la parte exterior de su muslo y alrededor de su rodilla. Ella se estremece de nuevo cuando él toca la delicada piel en el interior de su rodilla, y él persigue la reacción, arrastrando ligeramente las puntas de sus dedos por el interior de su muslo. Sus nudillos golpean su otra pierna mientras su mano cae más cerca de su centro, y rápidamente cambia de dirección, arrastrando su mano hacia el interior de su rodilla.